Este miércoles, se dio a conocer el nuevo dato de inflación de julio, que llegó al 4% y mostró una nueva baja. Pero pese a que los aumentos de precios cada vez son menores, el salario mínimo aún no alcanza a cubrir las necesidades básicas de una persona, lo que hace que muchos se encuentren bajo la línea de pobreza.
Según el último informe del INDEC, en el séptimo mes del año, la canasta básica alimentaria -que mide la línea de indigencia- y la canasta básica total -que mide la línea de pobreza- subieron un 3,1%, alcanzando un 263,4% y 261,8% interanual, respectivamente.
La inflación de julio fue del 4%: la reacción de los políticos
De esta forma, una persona adulta necesitó un ingreso mínimo de $131.294 para no caer en la indigencia; mientras que para no ser considerado pobre, el número aumentó a $291.472.
Sin embargo, este último número se encuentran muy por encima del salario mínimo (SMVM), que en julio era de $254.231,91. De esta forma, dicho monto solo alcanzó a cubrir el 87,22% de la canasta básica total, que incluye alimentos y servicios.
Si bien el Gobierno pactó nuevos aumentos para el SMVM hasta octubre, ninguno de estos montos logra alcanzar al mínimo necesario para no ser pobre: en agosto el salario subió a $262.432,93; en septiembre, llegará a $268.056,50; y en octubre a $271.571,22, aún por debajo de los $291.472 que indicó el INDEC en julio.
De acuerdo a datos estimados del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (ODSA-UCA), en el primer trimestre de 2024 el 54,9% de los argentinos es pobre, y la indigencia aumentó al 20,3%. A esto se suma que el 70,6% de los menores entre 0 y 17 años están en situación de pobreza.
Además, un estudio del Centro de Estudios para la Recuperación de la Argentina de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) dio cuenta de un fenómeno preocupante: el 35% de los trabajadores en Argentina están por debajo de la línea de pobreza.
