Yo quisiera hacerle una propuesta, señor presidente, y ojalá pudiera escucharme: tiene una oportunidad histórica de posicionarse como un gran político, pero para eso tiene que bajar la candidatura del juez Lijo a la Corte Suprema. Con ese simple gesto conseguiría un respaldo y un gran apoyo, pero, además de todo, se mostraría como una persona que mira sus errores.
Si ya esto era importante antes de la asistencia de Lijo al Senado, luego de eso lo es todavía más. Lijo mostró durante su presentación que es un milagro que sea juez: es un tipo sin ningún nivel, más allá de la rosca política que pueda llevar adelante.
Mintió. Dijo que se habían levantado los cargos por enriquecimiento ilícito y el mismo miembro del Consejo de la Magistratura, que él citó, aclaró que el problema de muchas de sus propiedades es que están a nombre de testaferros. En el colmo del cinismo, quiso hacer demagogia diciendo «‘si yo soy juez de la Corte, va a haber una mujer en la Corte».
Si él es juez de la Corte, él no va a tener nada que opinar sobre si hay una mujer o un hombre en la Corte, porque el que lo propone es el Poder Ejecutivo y el que lo aprueba es el Senado. De la única manera que él cumpla eso que dice, de que va a haber una mujer en la Corte, es que él mismo se haga transexual, travesti o lo que desee, y que cambie su identidad en el documento.
Prometer eso es una falta de respeto hacia un montón de gente, no solo a los senadores. Según una encuesta de Clarín, el 80% de la gente está en contra de que Lijo sea ministro de la Corte.
Esto es algo que Lorenzetti le ha vendido, porque Lorenzetti quiere que nombren a Lijo para volver a ser presidente de la Corte. Hoy, con los votos Rosenkrantz, Rosatti y Maqueda, no le da.
Todo esto ha significado un gasto espantoso para el Gobierno. Si Lijo es votado, será muy malo para el Gobierno y muy malo porque el mundo, porque esto ya trasciende la Argentina. El mundo va a ver que el Gobierno argentino puso un juez corrupto en el máximo tribunal de Justicia del país, la Corte Suprema. Eso es todo pérdida. Y, si el pliego de Lijo no sale, quedará instalado que la presión de la gente y un grupo de políticos le «voltearon» un ministro de la Corte.
Por eso, señor Milei, tiene una oportunidad histórica: es un penal sin arquero. Tiene que salir del laberinto por arriba (laberinto que él mismo se autotejió. Es un laberinto del que, salga por donde salga, pierde. Pero si sale por arriba bajando el pliego, le hará un gran bien a la democracia argentina y también se lo hará a él mismo, porque esta situación solo lo deteriora.
Pero quisiera señalar algo más, un consejo, digamos: tiene que terminar de armar una alianza con el PRO. Pero no porque a mí me guste (yo nunca fui del PRO). La tiene que armar porque todo lo malo que le está ocurriendo en el Congreso le pasa porque su bloque en Diputados tiene un nivel cognitivo cercano a cero. Se pelean, se gritan; Lourdes Arrieta, sobre la que un juzgado dijo que hablaba «de manera infantil», que es como llamarla tonta; la otra chica, Bonacci, que es la hija de José Bonacci, que es un viejo nazi de la provincia de Santa Fe que se sacaba fotos con el libro «Mi Lucha», de Hitler.
Todo ese desastre que hicieron con gente de cuarta antes de las elecciones, ahora conforma un bloque sobre el cual no puede apoyarse. Necesita apoyarse en un bloque en serio.
Hace falta que las alianzas se definan de forma adulta. A Santiago Caputo no le gusta Macri (y yo sé que no le gusta debido a que una vez Macri no lo dejó trabajar con él cuando trabajaba con Durán Barba, y Santiago Caputo y todos sus socios se tuvieron que ir a trabajar con María Eugenia Vidal). Pero si a Caputo no le gusta Macri, que se lo aguante. Macri le demostró su poder y le enseño cómo es la política, bajándole los $100.000 millones para la SIDE.
Para terminar, quisiera subrayar el nivel de locura y de tontería de su equipo de comunicación. Salieron todos estos tuiteros que no saben nada de política, que son muy precarios, ¡pobres!, a decir que Macri estaba apoyando a Irán porque no votaban los $100.000 millones para la SIDE.
La necesidad de defender la reforma económica de Milei y el riesgo de cambiar una casta por otra
Yo les quiero explicar a todos esos chicos que el momento en el que la SIDE tuvo más plata fue durante el Gobierno de Menem. Tenía muchísimo dinero porque era un Gobierno muy corrupto que repartía mucho dinero desde la SIDE. En ese momento y con toda esa plata los iraníes ejecutaron dos atentados .
Cuando usted asumió el Gobierno había un director de la SIDE, pero luego se pelearon con el jefe de Gabinete al que echaron y ya cambiaron. Es decir, no es serio que en los meses que lleva de Gobierno haya habido dos directores de la SIDE y que cada uno venga a decir que tienen un plan.
Si tienen miedo con Irán, hagan un acuerdo con el Mossad, con la CIA, con el M 16, con los grandes servicios de inteligencia del mundo. Pero no vengan a explicarnos que Macri estaba defendiendo a Irán porque le volteó esto. Lo que en realidad hizo Macri fue mostrarle a Milei que el rey estaba desnudo y mientras todos estos chicos tuiteaban tonterías. Aun así, lo llamó a Macri para cenar y saldaron el conflicto personalmente, como tienen que hacer dos dirigentes políticos.
Entonces, señor presidente Milei, usted tiene aliados buenísimos: uno es Macri; y otro es su vicepresidente, Victoria Villarruel. No se deje llevar por el entorno que le hace cometer errores y hágame caso: baje el pliego de Lijo. Está para hacer historia.
(Columna emitida originalmente en el programa «Cristina sin vueltas», conducido por Cristina Pérez en Radio Rivadavia)
