Un albergue transitorio, ruidos, un vecino, una demanda y un ganador. ¿Qué pasó? Se trata de la historia de Jorge Ruíz, quien ganó una presentación judicial contra un hotel alojamiento.
Jorge vive en La Plata, a mitad de camino entre la cancha de Estudiantes y el Bosque, en el barrio Mondongo y a tres cuadras de donde comienza la conocida Zona Roja. Durante años, padeció los ruidos que surgían de Hotel Uno, al punto de que sus nietos y sobrinos no podían ir a visitarlo a su casa.
El albergue rodea al complejo de departamentos en el que él vive por los dos costados y esa cercanía produjo que quienes vivían allí no pudieran escapar de los ruidos que provenían de ese hotel íntimo.
Pero el problema no eran solo los gritos de quienes decidían ir a ese telo si no que el líving y la habitación en la que Jorge vivía, ahora se mudó pero dentro del mismo complejo, tenía del otro lado de la medianera al lavadero del albergue.
En estos lugares, las sabanas se cambian cada dos horas por lo que Jorge padecía el ruido y el centrifugado de lavarropas industriales a toda hora, los cuales se movían sobre la loza. A eso hay que sumarle, la aspiradora que chocaba contra los muebles y la pared.
Los problemas no terminan ahí: el patio de Jorge siempre estaba repleto de todo lo que la gente tiraba, desde fundas de almohada que se salían de la soga hasta preservativos, latas de Speed, vasos y demás variados objetos.
¿Qué hizo entonces Jorge? decidió iniciar un proceso judicial. Tras su testimonio, el de sus amigos y hasta el de una pareja, este hombre logró una indeminización de aproximadamente 24.000 dólares.
