Por Lic. Alexis Chaves (*)
Los ámbitos legislativos se han convertido en un atractivo y enriquecedor escenario en el que la vieja y la nueva política desnudan sus ideas y objetivos de cara a una sociedad agobiada por las fake news. ¿Cómo se componen hoy estas cámaras?
El caso del Parlamento Europeo demuestra día a día lo que ya es una tendencia en varias cámaras de representantes legislativos del mundo: por un lado, legisladores de apellidos rutilantes con una extensa trayectoria política; por el otro, con el correr de las elecciones, emergen cada vez más eurodiputados jóvenes que dan el salto a la política y se instalan allí para demostrar que no solo representan una nueva forma de tratar los asuntos públicos. Hoy, estos jóvenes debaten cara a cara con esos dirigentes “experimentados”, quienes detentan el pergamino de haber ocupado roles centrales en los gobiernos de los diferentes Estados.
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El dato fáctico es que figuras resonantes de la actividad política de los países europeos suelen presentarse a las elecciones parlamentarias en sus respectivos países, como una manera de terminar su “carrera profesional”, casi como una jubilación anticipada, y que no se destacan precisamente por la producción de proyectos que le mejoren la calidad de vida al ciudadano. Por el contrario, pasan desapercibidos o solo asisten para elevar la voz y ejercer la crítica por la crítica misma.
Como contrapartida, cada vez son más los que hacen el camino inverso: jóvenes que se encuentran desarrollando tareas parlamentarias; otros que pertenecen a organizaciones no gubernamentales; y algunos que vienen de los claustros universitarios e incluso de credos religiosos e irrumpen en la política como representantes del Parlamento Europeo.
Hoy se destacan los debates entre estos polos de diferentes orígenes y trayectorias, que claramente enriquecen las discusiones públicas en los recintos. Incluso quienes miden los niveles de producción legislativa ya notan un incremento significativo, empujado por la fuerza de las ideas, la juventud y los intercambios en las discusiones en las sesiones.
Es notable la mayor visibilidad que adquirió el debate legislativo en la actualidad y cómo los partidos políticos advierten estos cambios, intentando modernizarse no solo en sus discursos, sino también en cuanto a sus integrantes. De hecho, comienzan a tratar de incorporar a sus filas a personajes destacados que forman parte de la vida cotidiana de las sociedades.
Los partidos también perciben que cuando las participaciones de los eurodiputados jóvenes generan cierta empatía en el electorado eso se refleja en un crecimiento de la popularidad. Y eso asfalta el camino hacia el Poder Ejecutivo, donde aportan frescura a la tarea diaria de gobernar y pueden llevar a cabo sus políticas con ciertos márgenes de aceptación.
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Algo valioso de este proceso es que se trata de un nuevo camino de meritocracia: estos nuevos líderes forjaron su carrera empezando como asesores, secretarios, empleados preparados; tuvieron su oportunidad; demostraron que eran efectivos desde sus bancas; y se transformaron luego en ministros, secretarios, consejeros e incluso en jefes de Estado.
En cambio, existen otros tantos que pasan por el Parlamento Europeo para “lavar” su imagen luego de haber ejercido altos cargos ejecutivos: una especie de transición en la que pasan a ocupar un rol más relajado en el Congreso, para luego evaluar acuerdos y volver al ruedo. Para muchos de ellos es difícil dejar de vivir del Estado, cuando toda su vida estuvieron ocupando roles públicos remunerados; y, no menos importante, adquieren cierta inmunidad y privilegios durante el período que ocupan una banca.
Hoy, los veteranos de mil batallas tienen que debatir con jóvenes que llegan con otra impronta, y juntos deben lidiar con el vértigo que suponen las nuevas ideas; enfrentar los problemas de cada región; asimilar el avance inexorable de la tecnología, de los medios de comunicación y de la inteligencia artificial; y tomar en sus manos los desafíos del medio ambiente al que deben proteger.
(*) Politólogo y analista parlamentario