Por Flynn Nicholls, de Newsweek
Kamala Harris se enfrenta a Donald Trump esta noche en su primer debate presidencial en Filadelfia, en un momento en el que las campañas de los candidatos están muy igualadas.
A solo dos meses de las elecciones, el debate ofrece a Harris una oportunidad de alto riesgo para recuperar impulso en una carrera que recientemente se ha ajustado significativamente, con la expresidenta comenzando a reducir la ventaja en las encuestas que Harris ha mantenido desde que Joe Biden se retiró.
Aaron Kall, director de debates en la Universidad de Michigan, dijo a Newsweek que ambos candidatos son debatientes eficaces y que el evento probablemente será visto por decenas de millones de personas.
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«Donald Trump en 2016, parte de la razón por la que fue el candidato republicano, fue por su éxito en el escenario del debate», dijo Kall. «Obviamente, en el último debate en junio impidió que el presidente Biden se postulara para la reelección».
«Harris será más metódica, muy eficiente, fiscal, como la verías en un tribunal. Mientras que Trump es un poco más fluido y nunca sabes exactamente qué va a hacer; no hay nada que no haga».
Harris enfrenta la presión adicional de dar su primera impresión como candidata presidencial en el escenario del debate.
Kall reconoció que Harris tiene una tarea difícil por delante, ya que tiene que pasar la «prueba del comandante en jefe», demostrando que es capaz de enfrentarse a un expresidente que tiene una experiencia considerable en el escenario nacional.
«Creo que lo que más quiere hacer es no caer en la trampa de Trump y entrar en un ataque ad hominem de ojo por ojo, porque no va a encajar bien y no se percibirá de manera positiva».
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La semana pasada estuvo marcada por uno de los períodos más desafiantes de Harris desde que lanzó su candidatura presidencial en julio. Las críticas llegaron desde múltiples frentes, lo que creó la sensación de que su campaña se enfrenta a su primer punto de inflexión importante.
El descubrimiento de seis rehenes israelíes asesinados por Hamás la semana pasada, después de que Harris había advertido públicamente contra la acción militar israelí en la zona, ha provocado la indignación de los republicanos, que han utilizado el incidente para pintar su política exterior como ineficaz.
Además, las familias de Gold Star cuyos parientes murieron en el atentado con bomba en el aeropuerto de Kabul en 2021 han criticado a Harris por lo que perciben como su papel en la mala gestión de la retirada de Afganistán por parte de la administración Biden. La crítica se produjo después de que Harris criticara a Trump por su controvertida visita al cementerio de Arlington.
El experto en encuestas Nate Silver ha señalado una encuesta reciente del New York Times/Siena College como evidencia de este cambio.
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La encuesta muestra que Trump lidera por un estrecho margen a Harris a nivel nacional, con un 48 por ciento frente a un 47 por ciento, un hecho que, según Silver, «confirma» que el impulso se ha movido hacia Trump en los últimos días.
Trump ha redoblado la apuesta en sus temas de campaña favoritos (inmigración, inflación y delincuencia), que según Kall probablemente serán centrales para su estrategia en el escenario del debate.
Kall dijo que Harris tendrá que convencer a la audiencia de que se ha desplazado hacia el centro desde su campaña de 2019, donde fue una de las candidatas más progresistas en temas como el fracking, el Green New Deal y la atención médica para inmigrantes ilegales.
Según Kall, Trump ve estos temas como áreas en las que «tiene una ventaja», y el debate será una prueba clave de si puede mantener la disciplina para ceñirse a esos temas o si permitirá que Harris lo moleste.
«¿Tiene la disciplina para dejar pasar eso o no? Esa es una gran pregunta», dijo Kall. «Algunos de los peores momentos de Trump, decir que Hillary Clinton debería estar en la cárcel, llamarla una mujer desagradable, ese tipo de cosas podrían tener el potencial de lastimarlo mucho», dijo.
Publicado en cooperación con Newsweek
