Por Gabriel Michi y Rolando Klempert
En las urnas de los EEUU se dirime mucho más que una elección presidencial: la estabilidad mundial y hasta la propia democracia occidental parecen depender de quién resulte ganador. ¿Qué le conviene a la Argentina? Newsweek Argentina consultó sobre este dilema a exembajadores y excancilleres argentinos, a quienes les tocó representar los intereses argentinos ante Washington.
De las “relaciones carnales” a las enemistades circunstanciales. Del alineamiento incondicional al “¡ALCA, AL-Carajo!”. De las fotos y los abrazos a las distancias marcadas. De grandes socios a las miradas desconfiadas. Así transitan las relaciones entre Argentina y los Estados Unidos a lo largo de la Historia. En una especie de péndulo donde se va de los buenos vínculos a las peleas, de acuerdo a quién esté en la Casa Blanca, pero, sobre todo, a quién esté en la Casa Rosada.
Porque en EEUU poco importa quién gobierne: su política exterior, en rangos generales, se mantiene esté quién esté en el Salón Oval, sea demócrata o republicano. Más allá de los matices, Argentina no es un país que ocupe un lugar importante en su agenda, porque, pese a nuestros vaivenes, ningún gobernante planteó una ruptura en serio con la principal potencia del planeta. Ni siquiera aquellos que tuvieron sus discursos más encendidos contra el “Tío Sam”.
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Hoy EEUU se enfrenta a unas de las elecciones más cruciales de su historia. Y la pregunta que surge por estas latitudes es quién le conviene a Argentina que gane: ¿Kamala Harris o Donald Trump? Y, en todo caso, qué es lo que EEUU pretende de este país austral, con un presidente como Javier Milei que, si bien ha mostrado su simpatía y admiración desmedida por el republicano, en los últimos tiempos –y en especial desde que la demócrata comenzó a las encuestas- se dio la orden en la Cancillería de que nadie hable de más, que no se haga ninguna declaración que pudiera afectar las relaciones.
Ante este escenario, Newsweek consultó a excancilleres y exembajadores argentinos de distintos pensamientos, quienes representaron a la nación en diferentes períodos históricos y que conocen muy bien el paño. Y todos ellos hablaron de la trascendencia de una relación madura entre ambos Estados, ya que el vínculo data de 1823 y se trata de un elemento muy importante para nuestra vapuleada economía.
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Los datos hablan por sí solos:
– En el primer semestre de 2024, EEUU fue el cuarto mayor destino de las exportaciones argentinas alcanzando un 7,6% del total de lo que se vende al exterior, solo detrás de Brasil (16,2%), China (9,4%) y la UE (9,1%), y superando a Chile (7,4%).
– También es el cuarto mercado desde donde importamos, con el 11,4% del total, detrás de Brasil (22,5%), China (16,8%) y la UE (15,9%).
– En términos de valores, en la primera mitad del año, Argentina le vendió a EEUU el equivalente a US$ 2.888 millones e importó desde la principal potencia del planeta unos US$ 3.129 millones, con un saldo negativo de US$ 891 millones. Así, EEUU se consolida como el cuarto socio comercial más importante de la Argentina y el tercero como país individual (ya que la UE es un bloque de 27 naciones).
– Además, EEUU ha sido el principal inversor como país en Argentina durante muchos años. Sin embargo, vale señalar que durante el primer trimestre de 2024 –último registro oficial disponible- cayó al tercer lugar en cuanto a los flujos transaccionales de Inversión Externa Directa, siendo superado por Brasil y España, ambos con ingresos netos por US$ 1.441 millones (con una caída del 14% respecto al trimestre anterior en el caso de Brasil y un crecimiento del 38% para España).
– Sin embargo, en cuanto al stock de IED, según el BCRA, “EEUU se ubicó como el principal origen de IED en Argentina, con un stock de US$ 28.257 millones (al 31 de marzo de 2024), lo que representó un 19% del total de tenencias”. Lo siguió España en segundo lugar, con una posición pasiva bruta de US$ 21.295 millones (14% del total), y en tercera posición Países Bajos, con US$ 16.528 millones (11% del total). Esos tres países concentraron el 43% del stock en Argentina. Le siguieron en importancia Brasil (US$ 12.163 millones), Suiza (US$ 7.891 millones), Uruguay (US$ 7.217 millones), Reino Unido (US$ 6.659 millones) y Chile (US$ 5.536 millones). Llamativamente China no aparece en los primeros lugares, lo cual es un alivio para los intereses geopolíticos de EEUU.
¿DOS CAMINOS CONTRAPUESTOS?
Para Diego Guelar, dos veces embajador argentino ante EEUU (entre 1997 y 1999, con Carlos Menem, y entre 2002 y 2003, con Eduardo Duhalde), es “indistinto” si gana Kamala Harris o Donald Trump: “Nosotros tenemos que tener buenas relaciones con EEUU, gane quien gane; no formamos parte del esquema de sus prioridades, que son otras. Entonces, debemos resolver nuestros problemas, tener buenas relaciones con uno u otro partido y una u otra administración; somos principales aliados de la OTAN, tenemos un vínculo que es tan largo como toda nuestra historia, así que no hay motivo para que sea distinto, salvo cuando ideológicamente decidimos hacer aproximaciones o establecer distancias. La realidad es que estamos en el mismo hemisferio occidental, y que EEUU es la primera potencia del mundo”. En ese sentido, remarcó que Argentina no es un aliado de Occidente: “Es Occidente”.
Diego Guelar (Foto: NA)
Pese a ello, afirmó que sí ve que pueda “generar incomodidades y ruidos” la inclinación que ha tenido Milei hacia Trump, siendo el magnate el principal enemigo de la actual administración de Joe Biden. Pero está convencido de que eso se terminará diluyendo por la historia del vínculo que mantienen ambos países.
Para Guelar, las relaciones individuales no primarán en este vínculo, más allá de las afinidades ideológicas. Y, de hecho, sostiene que existe un abismo entre Trump y Milei: “El presidente Milei es un libertario y Trump es un nacionalista proteccionista. O sea, hay diferencias sustanciales. En lo personal se encontraron menos de un minuto en un pasillo. Entonces, yo relativizo eso porque creo que las relaciones son entre países, son geopolíticas, son permanentes”.
Carlos Ruckauf (Foto: NA:Juan Vargas)
Por su parte, el exvicepresidente de Carlos Menem, exgobernador bonaerense y excanciller argentino, Carlos Ruckauf, le explicó a Newsweek: “Milei ha tomado la decisión de una política exterior alineada con EEUU, lo que para el Departamento de Estado y el Pentágono es una noticia relevante. Especialmente porque Brasil, Colombia, Bolivia y, naturalmente, Venezuela están alineados con China, Rusia e Irán. No veo que Washington pida mucho más. Inclusive entiende que haya un acercamiento con Beijing”.
Aun así, sobre lo que le convendría a Argentina en cuanto a las elecciones de EEUU, Ruckauf responde: “La administración Milei prefiere a Trump porque lo ve propenso a ayudar en el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. En mi opinión una administración de Harris también ayudaría en esos temas”.
Rafael Bielsa, excanciller argentino en los primeros años del gobierno de Néstor Kirchner (2003-2005), considera que “lo primero que hay que preguntarse es qué podemos ofrecer, con cierta independencia de quién gane”. “Tanto Harris como Trump trabajarán en el Salón Oval. Más allá de las conveniencias personales y de algunos análisis acrobáticos, Harris y Trump serán análogos para las expectativas argentinas”. Y agrega: “Argentina tomó una deuda difícil de pagar y más difícil de invertir como era debido, con la ayuda de Donald Trump al expresidente Mauricio Macri. Ahora, con el precio internacional de la soja en Chicago por el piso, para nuestras fábricas de aceite y harina parece haberse abierto una ventana de negocio trayendo el grano desde Estados Unidos. Son economías convergentes en aquello que sería mejor posibilidad para Argentina. Esto plantea la respuesta previa a una serie de preguntas críticas, que no parecieran estar haciéndose. En resumidas cuentas, pareciera que las relaciones son muy buenas. Pero no sabría decir en qué y para quién”.
Rafael Bielsa (Foto: NA)
Según Bielsa, si bien EE.UU. está preocupada por el avance de China en la región y en perder la gravitación que ha tenido en el sur de las Américas, a la Argentina no le ha pedido demasiado: “Apenas, que pongamos límites a la base de observación espacial manejada por China, en asociación con la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), en Neuquén; nos sugirieron argumentos de desconfianza sobre el desarrollo del Puerto de Río Grande; renovaron la materialización del acuerdo que otorga el dragado de la vía troncal del Paraná al Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los EEUU; multiplicaron el apoyo a lo que llaman ‘las bases humanitarias’ con sede en Chaco y en Neuquén, cerca de Vaca Muerta…”.
Quien no tiene dudas es el excanciller Santiago Cafiero (del gobierno de Alberto Fernández), quien señaló a Newsweek: “A Latinoamérica le conviene un triunfo de Kamala Harris. Trump ignoró en general a la región y cuando ocasionalmente le prestó fue para dividirla. La política migratoria sensible a los DDHH, el desarrollo regional autónomo y el respeto a las diversidades debería ser una política a llevar adelante por la próxima administración”.
Santiago Cafiero (Foto: NA/Daniel Vides)
Para Cafiero, el total alineamiento que expresó el Gobierno de Milei con los Estados Unidos “es un servilismo no requerido”. “Hay una sobreactuación de parte de Milei por agradar a los EEUU que oscila entre lo bruto y lo obsceno. Utiliza categorías anacrónicas para intentar empatizar y descuida los puntos que realmente interesan en la agenda bilateral”. Y concluye afirmando que la principal potencia del Mundo le pide a la Argentina “que sea un factor de continuidad institucional en la región” y, a su vez “respeta la agenda de DDHH, de diversidad, de desarrollo sostenible” y “comparte avances en materia científico tecnológica o tecnología nuclear”.
En ese punto, Bielsa completa: “El catálogo de los intereses estadounidenses en América del Sur ha venido estando integrado por las grandes reservas de petróleo; los recursos de Venezuela en cobre, petróleo y oro; el triángulo del litio de Chile, Bolivia y Argentina; y los bosques del Amazonas, que son los pulmones y el 31% del agua dulce del mundo”.
Y agrega: “Otro de los rubros en los que EEUU tiene interés es el área de Defensa, en lo que tampoco parecemos estar duchos. Insultamos a China, mientras que tropas de EEUU, Brasil y China materializan en Goiás un ejercicio con munición de velocidad, peso y tamaño de la superficie de impacto tangible. Al mismo tiempo, deseamos ser socios globales de la OTAN, cooperamos en actividades norteamericanas y enviamos helicópteros a Ucrania. Muchas preguntas previas sin respuestas conducen a respuestas posteriores sin sentido. Nos preguntamos: ¿quiénes son los principales aliados de Gran Bretaña? ¿Tenemos riesgos en el Atlántico Sur? Respondemos con nuestro apoyo al gobierno israelí en Gaza”. Y remata: “Contemporáneamente, China representa el desafío más alto de Estados Unidos en toda su historia, ‘sobrepasando a la Guerra Fría’, razón por la cual reorientaron la política internacional respecto de Asia y pidieron compañía a Europa para enfrentar a Beijing”.
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Guelar, quien también fue embajador en China (durante el gobierno de Mauricio Macri), señala: “Hay 130 países en el mundo sobre 190 que tienen a China como el principal socio comercial; esa lista la encabeza EEUU; le siguen las naciones europeas, pero también están Brasil, Chile y Uruguay. Es decir, es normal que haya una intensa comunicación con la segunda potencia del mundo, que está muy instalada en el planeta y en la región. Pero no son relaciones simétricas, nosotros tenemos una vinculación histórica, cultural, institucional más fuerte con Estados Unidos, pero China es un mercado comercial muy importante, una fuente de crédito y de inversiones importantes, una expectativa de que el mayor flujo de turistas del mundo. Por lo tanto, tenemos un largo camino positivo para recorrer como socios comerciales muy importantes de China”.
Por lo tanto, Guelar asevera que EEUU “nos pide simplemente que hagamos las cosas bien para nosotros”. “Yo creo que tiene una visión de que Argentina es una nación inconclusa, que no termina de definirse en su integración. Por supuesto es del interés de seguridad del propio Estados Unidos que nos estabilicemos, porque somos un país importante. Y porque gobierne quien gobierne finalmente Argentina, es un socio, un aliado importante de Estados Unidos”.
Eduardo Amadeo (Foto: Cuenta de Facebook de Eduardo Amadeo)
Quien coincide con esta lectura es Eduardo Amadeo, que se desempeñó como embajador en los EEUU en tiempos de la crisis 2001-2002 (bajo el gobierno de Duhalde) y hoy es referente del PRO en asuntos diplomáticos. “La Argentina necesita un mundo predecible porque hoy es muy impredecible. Las guerras, los movimientos políticos en Europa, hacen que el mundo esté impredecible. Y nosotros necesitamos estabilidad, porque necesitamos inversión y mercados. Necesitamos que el mundo se estabilice. Y, obviamente, EEUU no es todo, pero es muy importante para ello”, dijo, y fue contundente sobre qué le convendría al país: “Mi impresión -reforzada tras el debate- es que Trump nos va a llevar a un mundo impredecible, a un mundo de reacciones de violencia, que no nos ayuda. Los demócratas, y particularmente Kamala Harris, se muestran como una alternativa más predecible”.
De todos modos, admitió que “América Latina no estará para nada en las prioridades del gobierno estadounidense que viene” (con excepción de la inmigración desde México y Venezuela) y que “Trump puede dar más apoyo en los organismos multilaterales por una mayor cercanía ideológica”, porque “una Argentina en crisis sería un problema para los Estados Unidos”.
Pero quien probablemente haya estado más tiempo tendiendo puentes entre la Casa Rosada y Washington es Jorge Argüello, quien tuvo contacto con cuatro gestiones (George W. Bush, Barack Obama, Donald Trump y Joe Biden). Desde esa experiencia, le cuenta a Newsweek: “Yo no he visto en ninguna de estas administraciones que se nos adjudique un lugar de privilegio en la agenda. Pero no solamente ocurre con la Argentina, sino con toda América Latina. Las prioridades pasan por China, Ucrania, Gaza, Irán. La única excepción es cuando se detectan acciones o movimientos por parte de actores extrahemisféricos en la región, es decir, que China, Rusia o Irán perturben, por así decirlo, la tranquilidad de la región, desde la mirada de EEUU”.
Jorge Argüello (Foto NA: Pablo Lasansky)
¿Kamala o Trump? Para Argüello no hay elementos que permitan elegir a uno de ellos como más conveniente, ni tampoco cree que sea necesario. Ni siquiera abona la teoría de que la afinidad entre Milei y Trump pueda jugar un papel definitivo. “No tengo ningún elemento que me permita a mí asegurar que Trump pueda ayudar a Milei. Me parece que la expectativa debe estar centrada en que Trump haga algo parecido a lo que hizo con la gestión del expresidente Macri, es decir, respaldar fuertemente una iniciativa argentina dentro del FMI. Deben tener en mente aquel crédito el FMI le entregó a Macri, el más grande de la historia del Fondo, con las consecuencias que esto ha tenido…”, sostuvo.
Pero concluyó: “Tenemos que recordar que ese mismo Trump de la noche a la mañana cerró el acceso al mercado estadounidense para las exportaciones argentinas de biodiesel, lo cual significó una pérdida para la Argentina de unos US$ 1.200 millones o US$ 1400 millones por año. Yo creo que Milei apunta a eso pero, como se suele decir en el ámbito internacional, ‘it takes two to tango’”.
Newsweek consultó al respecto a la Cancillería argentina, dirigida por Mondino, pero no obtuvo respuesta hasta el momento.
