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La magia detrás de la producción musical
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La magia detrás de la producción musical

Augusto Bussio es productor, Ingeniero de sonido y músico argentino que desde muy chico se apasionó por el mundo de la música. Ha formado bandas de estilos variados y produjo muchos discos en los cuales se puede apreciar su versatilidad musical y su gran talento.

La música es un arte en donde cada artista puede expresarse y hacer de sonidos una bella melodía que transporta a personas a través de su escucha y apreciación. Augusto Bussio es un productor y músico Argentino, con un talento innato y una profesionalización en materia musical que lo llevó a ser un artista versátil y dedicado. Su conexión con la música comenzó desde la primaria, cuando tomaba clases de guitarra, piano y batería, uno de ellos  fue Juan Rosasco, de Juan Rosasco en Banda, mentor y guía que lo ayudaría a formar las bases de su carrera profesional.

A los 7 años, Augusto ya jugaba con sus amigos a formar bandas y escribir canciones; y también a esa edad formó su primer grupo, llamado Los Firestones. Ensayaban en el living de su casa y tocaban para la gente del barrio. A los 14 años Augusto se inscribió en el programa de Formación Básica del Conservatorio Juan José Castro, al cual empezó a asistir después de clases y que completaría antes del último año de colegio. Allí, Augusto se formó en piano clásico, así como en teoría y apreciación musical. También en ese momento comenzó a tocar en vivo como invitado de Juan Rosasco en Banda en teatros y clubes de renombre de la ciudad de Buenos Aires, como The Roxy Live, La Trastienda y el Teatro Sony.

Durante sus últimos años de escuela, Augusto formó su primera banda oficial, Hijos del Limbo, que contaba con la participación de varios de sus mejores amigos y con la cual comenzaron a escribir canciones y dar shows en vivo. Una vez que la banda se empezó a establecer musicalmente y tenía un repertorio de canciones sólido, Juan Rosasco se involucró como productor y la banda grabó su primer y único disco, titulado “Bajo el agua”. Durante ese año de producción, que contó con la participación de grandes profesionales como el ingeniero de audio Tomás Vigo (Los Tipitos, León Gieco, Massacre, Leo García) y Mario Siperman (tecladista de Los Fabulosos Cadillacs), Augusto supo que eso era lo que quería hacer el resto de su vida.

En 2017, al poco tiempo de terminar el colegio, lanzar el álbum y presentarlo en Beatflow y Centro Cultural Matienzo, Augusto aplicó para Berklee College of Music, en donde ingresó con una una beca importante por sus composiciones del disco de Hijos del Limbo. Allí decidió cursar dos carreras: “ Contemporary Writing & Production”, con foco en la composición y arreglos para ensambles, y “Music Production & Engineering” que es producción musical e ingeniería de sonido”. Se graduó de las dos carreras con honores, Suma Cum Laude.

A los pocos meses nació Ok Goodnight, una nueva banda que surgió de la experimentación del rock y heavy metal. La banda  decidió grabar su primer álbum de manera independiente llamado “Limbo”  en el cual Augusto estuvo involucrado en la producción y la grabación.  El álbum salió el 31 de octubre de 2019, debutando en el top 10 de los iTunes Metal Charts. Este debut dio grandes esperanzas a la banda, que ya estaba pensando en el próximo paso, pero 2020 vino con todas sus restricciones.

Mientras producía y grababa el álbum de Ok Goodnight, Augusto comenzó otro proyecto que le permitiría explorar su lado más moderno y jazzero, llamado FM Collective. Esta banda nació con la idea de mezclar hip-hop con jazz, creando bases dinámicas e interesantes que complementan al rap que baila por encima. Inspirada por la gran cantidad de inmigrantes latinoamericanos e hispanoparlantes en Boston, FM Collective decidió combinar letras en español e inglés dando así representación a un público que muchas veces no la tiene.

Durante el 2021, ya con la experiencia de haber producido y grabado dos EP contra viento y marea, y sin poder tocar en vivo debido a la pandemia, Augusto resolvió continuar su experimentación con la producción y grabación, y se propuso grabar un tercer EP de cuatro canciones con Autoescuela Toni, banda que formó con su amigo Camilo Pérez (Ecuador).

En el transcurso de 2022, Ok Goodnight tomó la decisión de hacer un trabajo totalmente colaborativo en el que todos los miembros del grupo tengan poder de decisión e influencia, así  nació “The Fox and the Bird”, lanzado el 2 de junio de 2023 y contó con una gran recepción del público, convirtiéndose en el mejor trabajo del grupo hasta la fecha. En este proyecto Augusto tuvo una gran participación como compositor,

productor, multi-instrumentista, cantante, e ingeniero de grabación. Gracias al éxito de este disco, la banda emprendió su primera gira por Estados Unidos, tocando en diez ciudades de la costa este y del medio oeste. Gracias al éxito del álbum y de la primera gira, Ok Goodnight se embarcó en  una segunda gira norteamericana en 2024 visitando catorce ciudades de Estados Unidos y 4 en Canadá. En estos últimos meses Ok Goodnight se encuentra enfocado en la composición de su tercer álbum de estudio y preparan grandes planes para el año que viene con nuevas giras por Estados Unidos y Europa.

 

Has tenido un gran recorrido en el mundo de la música, ¿cuáles son los proyectos que se vienen para tus dos bandas? 

Con Ok Goodnight estamos por empezar el proceso de componer nuestro próximo álbum, que produciremos el año que viene. Va a ser un proceso interesante, ya que es la primera vez que componemos algo con la formación actual. Esta vez queremos hacer algo un poco más relajado, sin tantas limitaciones, que nos permita crear de manera libre y así explorar nuevos sonidos y temáticas. Estamos con muchas ganas de empezar este proceso y ver cómo se desarrolla, sabiendo que al tener una formación nueva van a salir a la luz nuevas inspiraciones y tomaremos nuevos caminos. También estamos preparando varios tours y shows en vivo para el año que viene. Ya estamos confirmados para tocar en el festival Mad With Power en Wisconsin en junio de 2025, este año tuvimos nuestro debut europeo tocando en la última edición del gran festival The Night of the Prog en Alemania, en el cual tuvimos un recibimiento increíble y que nos ayudó a conectarnos con la gran escena del rock progresivo que existe allí. Con FM Collective tenemos varios shows ya armados para fin de año y el año que viene por la zona de Boston. Vamos a estar tocando en varios eventos y festivales en la ciudad y sus alrededores, como el Festival Viva La Vida, en noviembre de este año, y Boston Cannabis Week, en 2025. También tenemos mucha música nueva en camino, ya que estamos preparando un pequeño EP en colaboración con nuestro gran amigo Moncho Berry de Perú, y en 2025 estaremos empezando el proceso de composición y producción de lo que será nuestro próximo álbum, donde estamos buscando expandir nuestro horizonte sobre la mezcla de hip hop y jazz moderno que caracteriza el sonido de FM, que se puede apreciar en nuestro último álbum Orologio.

Además de baterista, sos compositor, ¿cómo lográs meterte de lleno en la inspiración musical para componer? 

Algo que me ayudó mucho a poder meterme de lleno en la inspiración y estar a pleno en un estado creativo fue descubrir la meditación en los últimos años del colegio. A través de esa práctica aprendí a ser más consciente de mis pensamientos y de cómo habito cada momento. Otra cosa que me ayuda mucho es la ambientación del lugar en el que trabajo. Tengo todo tipo de luces de colores en mi estudio, y dependiendo de la canción en la que trabajo acomodo las luces para que reflejen el sentimiento que me transmite la canción. Siento que eso me permite estar más en contacto con lo que quiero que refleje el resultado final y me ayuda a sumergirme en el mundo de la canción más fácilmente.

¿De dónde sale tu inspiración a la hora de componer música?

De todos lados, puede salir de un libro que estoy leyendo, de alguna observación camino al trabajo, de algún video de YouTube o de alguno de los sonidos de construcción que escucho desde la ventana de mi cuarto. Soy una persona muy curiosa y que siempre está buscando algo nuevo en lo que indagar más allá de la música. Trato de mantener una mirada abierta y de hacer un esfuerzo consciente por no perder la capacidad de asombro. Usualmente, cuando algo me llama la atención, lo anoto en una conversación de WhatsApp que tengo conmigo mismo, y si es una idea musical la tarareo y la grabo en la app de notas de voz del teléfono para no olvidarla. Así tengo miles de notas de voz y de conceptos para canciones que cada tanto reviso, e inevitablemente cuando una resuena conmigo procedo a desarrollarla. También soy un fiel creyente de que la inspiración tiene que agarrarte trabajando, entonces soy muy metódico a la hora de dedicarles tiempo a la práctica de instrumentos y a la composición más allá de cómo me esté sintiendo.

¿Qué te espera en tu trabajo futuro con Berklee? 

Hace casi tres años que estoy trabajando en Berklee College of Music como Studio Operations and Support Consultant, supervisando el uso de más de 30 estudios de grabación y haciendo de ingeniero de grabación para sesiones de la universidad. Hoy en día estamos con un proyecto enorme para mejorar varios de los estudios, instalando computadoras nuevas, mesas de mezcla, interfaces de audio y un montón de otros equipos para que los alumnos y profesores puedan tener las mejores herramientas a su disposición. Las sesiones de grabación son muy entretenidas también, porque dependiendo de la clase o el programa que te toque podés terminar grabando desde un cuarteto de cuerdas a una big band de jazz.

¿Qué es lo que más disfrutás a la hora de hacer música? 

Compartirla con mis amigos y compañeros de banda. No hay nada más lindo que hacer música con gente que uno quiere y admira, y poder compartir con ellos momentos de expresión sin límites o prejuicios. Siempre me gustó el concepto de la banda y trabajar en grupo, y es en lo que me he enfocado durante la mayoría de mi carrera. Aunque una gran parte del proceso de hacer música es individual, porque uno se pasa mucho tiempo practicando y estudiando solo, la magia ocurre cuando podés compartir y tocar en conjunto con otras personas. Una banda con el tiempo se convierte en una pequeña familia, y uno termina compartiendo muchísimos momentos con el grupo y forma relaciones de amistad muy profundas.

¿Qué proyectos podrías destacar de tu rol como productor e ingeniero en sonido y por qué? 

Uno de los proyectos más lindos que me tocó producir y en el que grabamos todo tipo de instrumentos fue el último álbum de Ok Goodnight, The Fox and the Bird. Lo produjimos junto a Martín de Lima y Martín González. Fue un proceso muy intenso en el cual experimentamos con un montón de sonidos y exploramos diversos caminos a la hora de componer. Como para recrear el ambiente del bosque en el que transcurre la historia del disco grabamos un montón de ruidos de tierra con macetas, unas lechugas crujiendo, gotas cayendo sobre un bol de arroz crudo, que después procesamos para crear patrones rítmicos o diferentes efectos. Otro proyecto muy hermoso fue producir, grabar y mezclar el álbum Orologio de FM Collective, que salió en abril de este año. Grabamos una gran parte del álbum en mi estudio, donde también compusimos la gran mayoría de las canciones. Fue un proceso muy divertido y de exploración, ya que buscamos hacer algo un poco más producido a comparación de nuestro primer EP, y creo que pudimos lograrlo manteniendo la misma línea en cuanto al sonido original del grupo. Mezclar el álbum fue un gran desafío, porque todas las canciones son muy variadas en estilo y cada canción pedía un trato distinto sónicamente.

¿Qué nos podés contar de tu trabajo con Juan Rosasco? 

Juan Rosasco fue un gran mentor para mí que me abrió las puertas a un montón de información y experiencias que me llevaron a ser el artista que soy hoy. Juan empezó dándome clases de música cuando yo estaba terminando la primaria, y viendo mi interés me tomó bajo su ala y me guio en mis primeros contactos con el mundo de la música profesional. Él produjo el disco Bajo el Agua de dicha banda junto a Sergio Mazza y Cristian Andolfi, y esa fue mi primera experiencia con el mundo de la producción y grabación profesional y lo que me llevó a querer dedicarme a lo que hago. La primera vez que escuché una canción que compuse grabada de forma profesional fue con la canción “Milanesa” del álbum Cuentos Para Coleccionar, de Juan Rosasco en Banda, que nació de una idea que compuse y desarrollamos con Juan en una de nuestras clases semanales.

¿Cómo fue estudiar en una de las mejores universidades del mundo de la música?

Estudiar en Berklee fue una experiencia maravillosa. Es un lugar en el que conocés muchísima gente que tiene la misma pasión, entonces es muy fácil estar inspirado y crear constantemente. El ambiente te empuja mucho a practicar y dedicarle tiempo a tu arte –ya sea practicar un instrumento, componer o pasar horas grabando en el estudio–, entonces uno aprende cosas nuevas todo el tiempo. Berklee tiene una comunidad muy linda y ahí conocí a algunos de mis mejores amigos y compañeros, con los que continúo trabajando hasta el día de hoy. Soy muy agradecido de haber podido formarme ahí y ahora contribuir como staff.

¿Tenés algún sueño que te gustaría cumplir como músico?

Poder seguir disfrutando de aprender de la música y de tocar con gente hasta que no me dé el cuerpo. Veo el camino de la música como algo interminable del que siempre se puede seguir aprendiendo y descubriendo cosas nuevas, y me gustaría patear este camino hasta que me muera.

 

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