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Un plan de gobierno: entre la motosierra y el abrazo con la casta
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Un plan de gobierno: entre la motosierra y el abrazo con la casta

Por Jorge García (*)

El gobierno de Javier Milei cumple 10 meses en el poder. Hizo mucho. Declaró mucho, también. La declinación de Petronas para ser parte de una planta de GNL en Río Colorado, junto a YPF, no asoma como una foto “chad” en el ambiente libertario. Pero se mete en la conversación la familia Bulgheroni, que festeja, porque PAE está asociado a la noruega Golar, que traerá un barco de licuefacción. La sintonía fina de Karina Milei y Betina Bulgheroni es clave.

El decreto 70, la Ley Bases y el proyecto de Presupuesto 2025 representan su ideario. La otra parte, las redes sociales, son parte de un juego de aficionados a la política que animan a los jefes de turno. La realidad queda plasmada en hechos administrativos y elecciones.

Ahora el humor social parece haber cambiado. “Paciencia”, pide un libertario posando su mirada en una pantalla que muestra los números de las encuestas de septiembre. Las fotos de los funcionarios y diputados “héroes” en el quincho de Olivos pagando $20.000 para comer un asado -rociado de buen vino tinto- generaron grieta.

Derrotar a la inflación y a la inseguridad. Así podría resumirse el voto mayoritario de 2023. La motosierra tenía que ser para la “casta” política y empresarial. “El liberalismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo basado en el principio de no agresión, y en la defensa del derecho a la vida, la libertad y la propiedad privada”, señala la plataforma electoral de La Libertad Avanza suministrada a la Justicia Electoral.

 

También sobresalen los puntos (11) eliminación del Banco Central, (12) competencia de monedas que permitan a los ciudadanos elegir el sistema monetario libremente o la dolarización de la economía, (13) liberar inmediatamente todos los cepos cambiarios, (14) eliminar retenciones a las exportaciones y derechos de importación y (15) unificar el tipo de cambio. Las últimas declaraciones del ministro de Economía, Luis Caputo, alejan esas definiciones, por lo menos, en el corto plazo.

De cara a las elecciones de 2025, Javier Milei tendrá que tomar la drástica decisión de si exhibe la motosierra en los actos o ensaya otro paso para sumar legisladores al Congreso. En el 2024, según los números, hubo un ajuste fuerte sobre la sociedad y la casta no sufrió un rayón.

Los gastos totales de la administración nacional cayeron 27,4 por ciento, de acuerdo a un trabajo realizado por la Oficina de Presupuesto del Congreso, y el indicador de los jubilados y pensionados representa -20,8 por ciento. El discutido superávit fiscal fue ayudado por menores transferencias a las provincias, reducción de fondos a universidades como al transporte en calidad de subsidios.

La “madre de todas las batallas”, diría el flaco Carlos Kunkel, recluido hoy en Florencio Varela, para el mileísmo sería aglutinar la oferta electoral centro y centroderecha y correr a Mauricio Macri. El ingeniero preside el PRO y muchos le responden, pero sufre la amenaza del nuevo líder. La fragua la lleva adelanta Karina Milei, la estratégica secretaria General de la Presidencia. Más que la Provincia de Buenos Aires, miran la Ciudad de Buenos Aires.

 

Máximo Kirchner, en cuclillas durante un acto, avala todo lo hecho por Milei. ¿Sorprende? Los mensajes cruzados entre el presidente y Cristina Kirchner existen. El libertario la puso en el ring, y podría convertirse en un error de cálculo.

Hay una capa en el Presupuesto 2025 denominada Gastos Tributarios. Beneficios fiscales para sectores. La “casta”, diría Milei. El texto oficial señala que “se denomina Gasto Tributario a la ausencia de recaudación que se produce al otorgar un tratamiento impositivo diferenciado con relación a un sistema tributario de referencia, con el objeto de beneficiar o favorecer el desarrollo de determinadas actividades, zonas, contribuyentes o consumos. Implica, por lo tanto, ‘una transferencia de recursos públicos implementada a través de una reducción de las obligaciones tributarias con relación a un impuesto de referencia, en lugar de un gasto directo’”.

Este punto poroso equivale a 3,54% del PBI, es decir, unos $27.025.062, donde $23.703.939 corresponden a tratamientos especiales establecidos en las leyes de los respectivos impuestos y $3.321.123, a beneficios otorgados en los diversos regímenes de promoción económica. ¡Viva la libertad, carajo!

El discreto encanto de la casta: Milei y las encrucijadas de una nueva etapa

La improvisación del management gubernamental queda al descubierto. Tal es el caso del secretario de Transporte, Franco Mogetta. Macri lo tiene en su agenda. Explicó que la privatización de Aerolíneas Argentinas dependía de la designación del gerente operativo. José Rolandi, exempleado de Eduardo Eurnekian en la petrolera, miraba.

El presidente Javier Milei se ganó un lugar entre los principales hombres de negocios de la tecnología en el mundo. Dice lo que ellos quieren decir. Estados chicos y pocos impuestos. Hasta Marcos Galperin se contagió del lunfardo troll. Se enoja porque gente de izquierda celebra la llegada de Amazon a la Argentina.

En la Asamblea General de Naciones Unidas condenó las dictaduras de Cuba y Venezuela. Olvidó el régimen de China. La diplomacia tiene matices.

(*) Director periodístico del grupo Alpha Media

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