En medio del aumento de la ofensiva de Israel en la Franja de Gaza, Estados Unidos amenazó a Israel con cortar el suministro de armas si no permite el ingreso de ayuda humanitaria en la zona.
El Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, junto con el Secretario de Defensa, Lloyd Austin, enviaron una carta a los ministros israelíes de Defensa, Yoav Gallant, y de Asuntos Estratégicos, Ron Dermer, en la que manifestaron su preocupación por la caída en la asistencia a los civiles palestinos que padecen las consecuencias de la guerra.
Matthew Miller, portavoz del Departamento de Estado estadounidense, señaló en conferencia de prensa que, si bien tras la advertencia realizada en el mes de abril, el Gobierno israelí aumentó la ayuda en Gaza, los niveles “no se han mantenido” y en los últimos meses cayó un 50%.
“El Secretario, junto con el Secretario Austin, pensaron que era apropiado dejar en claro al Gobierno de Israel que hay cambios que deben hacer nuevamente para lograr que el nivel de asistencia que llega a Gaza vuelva a ser superior a los niveles muy, muy bajos en los que se encuentra hoy”, expresó el funcionario.
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En ese sentido, mencionó que la legislación estadounidense “exige que realicemos evaluaciones y constatemos que los receptores de la asistencia militar estadounidense no nieguen ni impidan arbitrariamente la prestación de asistencia humanitaria”.
“Nuestra esperanza es que Israel haga los cambios que hemos esbozado y recomendado, y que el resultado de esos cambios sea un aumento espectacular de la asistencia humanitaria”, agregó.
Al ser consultado sobre por qué se le dio a Israel un plazo de 30 días para que aumente la asistencia antes de aplicar posibles restricciones en la entrega de armamento, Miller explicó que “creemos que es apropiado darles una oportunidad para solucionar el problema”, ya que “esas restricciones no pueden impedir que los civiles obtengan el acceso humanitario que necesitan”.
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Con respecto a la justificación de Israel de la baja en la asistencia por el temor a que esto sea usado como suministro por los terroristas, el vocero comentó: “Sin duda existen problemas de seguridad en Gaza que dificultan la entrega de ayuda y que han llevado al saqueo de la asistencia humanitaria en algunos casos. Pero la respuesta a eso no es detener el flujo de alimentos y agua de los que dependen los civiles y que los bebés y los niños necesitan para sobrevivir. Esa no puede ser la solución a ese problema”.
“La respuesta definitiva a ese problema es establecer una autoridad gobernante en Gaza que pueda garantizar la seguridad y la protección del pueblo palestino de Gaza, que pueda garantizar la seguridad y la protección para la entrega de asistencia humanitaria, que pueda ofrecer una vía política a largo plazo para avanzar, como hemos venido dejando claro desde hace algún tiempo. La respuesta no puede ser, en modo alguno, penalizar a los civiles inocentes que dependen de esos alimentos, de ese agua y de esos medicamentos para vivir”, enfatizó.
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