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La encrucijada del peronismo: entre resistencia y construcción de futuro
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La encrucijada del peronismo: entre resistencia y construcción de futuro

En un contexto político convulso, el peronismo se enfrenta a un dilema crucial: ¿seguirá siendo oposición o puede construir una opción ganadora hacia el 2027?. Este debate, que ha cobrado relevancia en las últimas semanas, es analizado por el periodista y autor peronista Aldo Duzdevich, quien expone su visión sobre los caminos posibles para el movimiento.

“Lo que está en discusión son dos proyectos: seguir siendo oposición o intentar construir una opción ganadora para el 2027”, plantea Duzdevich, resaltando la tensión existente entre diferentes sectores del peronismo. 

Máximo, en particular, ha tomado la delantera en esta retórica, señalando a los diputados que se “mantienen firmes” frente a aquellos que ya han sido catalogados como “traidores pasados al bando enemigo”.

Cristina, por su parte, ha manifestado su inquietud sobre a “los gobernadores que llegaron por el peronismo y ahora se quieren ir con Milei”. La frase “enderezar lo torcido y ordenar lo desordenado”, según Duzdevich, sugiere una búsqueda de disciplina interna y homogeneización de pensamiento. “Lo preocupante de ese discurso es que, además de los dos gobernadores Ja Ja (como despectivamente los llama La Cámpora) Jaldo y Jalil, ya hay riesgo de que en la bolsa de los supuestos traidores aparezcan Quintela, Gildo Insfrán, y el mismísimo Axel Kicillof”, advierte.

La caracterización de Kicillof como un “nuevo Vandor” por parte de Horacio Verbitsky, resulta preocupante para Duzdevich: “es un exceso verbal que ni en chiste se puede usar para un compañero”. Recordando la historia del movimiento en los años setenta, llevó a lo peor: “Vandor terminó con cinco balas en el pecho y Rucci con veintitrés”.

“Ciertos sectores que añoran ciertas prácticas del pasado usan y abusan demasiado de la palabra traidor. Yo recuerdo muy bien que en 2016 esa palabra la usaron hasta el cansancio para calificar a dos dirigentes a quienes después, ellos mismos, fueron a buscar para ponerlos de candidatos a Presidente: Sergio Massa y Alberto Fernández”, remarca.

¿La unidad puede ser una construcción colectiva? Para conocer la posición de Cristina al respecto, Duzdevich dice “en su carta de aceptación al último y menguado operativo clamor, se presentó como la dirigente que mejor puede llevar adelante un proceso de unidad, primero del peronismo y luego de todas las fuerzas politicas anti Milei de fuera del peronismo. Pero, en lugar usar las palabras escuchar, dialogar, abrazar, usa las palabras enderezar lo torcido, ordenar lo desordenado y por sobretodo la necesidad de homogenizar el pensamiento y la acción. O sea, unidad con los que son iguales y guerra contra los que no aceptan la linea oficial de pensamiento.”

“Recuerdo en el 71 una organización revolucionaria, las FAP (Fuerzas Armadas Peronistas), que inició un proceso que llamaron PHC (proceso de homogenización compulsiva). El resultado fue que el 70% de los militantes rompió y se fue”, relata.

Volviendo al presente, sitúa el ejemplo de Brasil “Todos admiramos mucho a Lula, pero pocos han tomado nota de la estrategia que desarrolló para destronar a Bolsonaro. Lula convocó a un gran frente que, además del PT y otros partidos de centro izquierda, sumó a fuerzas de centro derecha”, explica y pone énfasis en la necesidad de diálogo con sectores que, a primera vista, parecen distantes como es el caso de Lula con su propio vice.

Una persona del entorno de Pullaro le dijo que “Si los peronistas quieren convocar a otros sectores políticos, tienen que poner otros interlocutores con quienes sí, podamos conversar”, descartando según el, que esa persona pudiera ser CFK.

Para el autor, el dilema en el que el peronismo está es que la conducción que los represente, tendría que ser una conducción abarcativa, y no expulsiva: “Una conducción de que este libre de prejuicios ideológicos y libre de viejas rencillas, que le permita sentarse a conversar con todos aquellos que no nos han acompañado en las ultimas etapas. Tanto hacia dentro del peronismo como hacia afuera. Que pueda sentarse a charlar, con los gobernadores de los distintos colores. Con la CGT, con los empresarios, con los sectores del campo, y por supuesto con todos quienes componen nuestro espacio inicial. Claro que la unidad con los iguales es mas fácil que la unidad con la diversidad. Pero, Perón nos enseño que en política se trata de sumar la mayor cantidad de fuerzas posibles en pos de un objetivo, porque si me quedo solo con los buenos, los buenos son suelen ser muy poquitos, y en política con muy poquitos no se puede hacer mucho«

 

En este contexto, el que destaca es Axel Kicillof, quien ha comenzado a trabajar de manera “silenciosa y con perfil bajo” para generar un espacio de diálogo. Sus visitas a Pullaro y otros gobernadores, así como su disposición a ofrecer ayuda en situaciones críticas, marcan una diferencia significativa en su estrategia.

“No sé cómo va a terminar esta discusión de la interna. Tampoco me animo a afirmar que Kicillof sea hoy el candidato ganador en el 2027. Lo que sí creo es que tanto el planteo de Quintela como el planteo de Axel hacia adentro y hacia afuera, van por ese camino. El de escuchar en lugar de disciplinar y enderezar lo torcido» ,como planteó Cristina, afirma.

Duzdevich cierra su análisis con una reflexión sobre la naturaleza de la oposición. “Para ser oposición testimonial dura y consecuente tal vez convendría votar a la Bregman. Los del FIT no van a defeccionar nunca, claro, tampoco nunca van a llegar a ser gobierno. Y como todos sabemos, si nos preocupa la grave situación que vive nuestro pueblo, para intentar reparar lo dañado hay que llegar al gobierno”, concluye, advirtiendo que el ser oposición no resuelve los problemas del pueblo.

 

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