Israel se encuentra conmocionado por la muerte de Shirel Golan, una joven sobreviviente de la invasión de Hamás en el Festival de Música Nova que tomó la trágica decisión de quitarse la vida en el día de su cumpleaños 22.
Golan fue una de las concurrentes al festival de música que se llevó a cabo en el sur de Israel, cerca de la frontera con Gaza, en donde unas 347 personas fueron asesinadas por la organización terrorista y otras 40 fueron secuestradas como rehenes.
Eyal Golan, su hermano, contó cómo vivió su hermana desde aquel 7 de octubre hasta este domingo, cuando decidió terminar su vida en su departamento.
“Shirel estaba llena de vida, era feliz y alegre. Cada vez que entraba un sitio, te dabas cuenta de su presencia con un simple chasquido”, expresó en una entrevista con CNN.
Eyal reveló que su hermana estuvo solo tres horas en el festival. Pero ese corto tiempo le bastó para sufrir graves secuelas como depresión y estrés postraumático. “Era como una luz que brillaba, hasta que se desvaneció. No salía de casa. No venía a visitarnos, estaba retraída”, señaló.
Toda la familia estaba preocupada por su estado de salud mental, e incluso él intentó incentivarla que busque ayuda profesional o hable con sus allegados, ya que él también padeció estos problemas al servir como reservista en las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) durante el conflicto entre Israel y Hamás en 2021.
“Le dije que hablara con cualquiera, desde nuestro padre y nuestra madre, hasta un extraño en la calle, habla con alguien, por favor. No te gusta ir a loqueros y psiquiatras, vale, ve a visitar a tus amigos que también fueron al Festival Nova y sobrevivieron. Puedes hablar de ello. Puedes superarlo”, le recomendó.
Si bien aseguró que no solían dejarla sola e incluso la familia se reunió para celebrar su cumpleaños, Shirel se alejó y se quitó la vida. Este lunes, su familia la despidió con un funeral que convocó a decenas de personas.
A lo largo del último año tras el brutal ataque terrorista, Shirel fue hospitalizada dos veces en el Hospital Lev Hasharon. Sin embargo, su familia denunció que nunca fue identificada como sobreviviente del festival y no recibió la ayuda del Estado que necesitaba.
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“La única culpa es del sistema”, manifestó Eyal. Denunció que el Gobierno de Israel cuenta con un programa de asistencia para quienes sufrieron secuelas psicológicas tras el atentado, pero que el mismo es muy limitado ya que solo otorgan 36 sesiones.
Además, Golan lamentó que para acceder a la ayuda necesaria las víctimas son quienes deben solicitarlo dado que es solo con inscripción previa. “Si le hubiesen tendido una mano, ella estaría acá al lado mío”, expresó.
