Elizabeth Francis, reconocida como la persona más anciana de Estados Unidos, murió a los 115 años la noche del martes 22 de octubre. Su nieta de 69 años, Ethel Harrison, quien también fue su cuidadora, informó que Francis partió en paz, rodeada de su familia, en su residencia de Houston, Texas.
“Ella amaba a las personas, y lo más importante, amaba al Señor. Su fe era increíblemente fuerte”, contó a la prensa Ethel.
A lo largo de su vida, Francis se destacó por su carácter positivo y cálido. “Siempre estaba de buen humor, siempre preguntaba cómo te sentías y si todo iba bien. Esa era su esencia”, agregó su nieta.
Uno de los principios que Francis repetía con frecuencia era tratar a los demás de la misma manera que uno quisiera ser tratado, un valor que guió su larga vida.
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Elizabeth Francis nació en 1909, en un tiempo de grandes transformaciones globales. Durante sus 115 años, fue testigo de eventos históricos como las dos guerras mundiales, la Gran Depresión, la llegada del hombre a la luna y la revolución tecnológica que definió el siglo XXI. Vivió bajo el mandato de 20 presidentes de Estados Unidos.
Su longevidad la convirtió en una supercentenaria, un término que describe a quienes alcanzan o superan los 110 años. Al momento de su fallecimiento, Francis ocupaba el tercer lugar entre las personas más longevas del mundo, según los registros de LongeviQuest.