Cada domingo por la tarde, el horno de barro en casa de los Petersen cobraba vida cocinando pizzas napolitanas que Roberto Petersen y sus hijos preparaban con esmero. Esta tradición familiar se convirtió en la chispa que encendió un arrollador negocio. Con una fórmula única basada en productos nacionales de primera calidad, y tras años de trabajo y dedicación, Roberto y su hijo Mateo han creado pizzas de estilo napoletano congeladas realizadas con harina orgánica y que llevan el auténtico sabor italiano directamente a la mesa.
Su compromiso se refleja en cada bocado, llenándolos de orgullo con cada preparación que sale de su cocina. Esta combinación de pasión y calidad ha transformado una tradición familiar en un éxito internacional con su proyecto Pizza Zën. Ahora, sus variedades congeladas también llegan a mesas de Estados Unidos y Hong Kong, llevando un producto hecho en Argentina con una auténtica esencia artesanal.
¿Cómo se transformó un ritual de los domingos en un nuevo emprendimiento de pizzas?
Desde que mis hijos eran chicos, los domingos en casa eran sagrados. Prendíamos el horno de barro y hacíamos pizzas en familia. Siempre sobraban algunas y las guardábamos en el freezer. Esa tradición familiar fue la semilla que, años después, se transformó en Pizza Zën. Un día, con Mateo recién graduado de la carrera de abogacía, decidimos emprender juntos y llevar esa tradición, que tanto disfrutábamos, a otras casas en formato congelado, pero manteniendo la misma calidad artesanal.
¿Cómo es emprender padre e hijo?
Hacerlo con Mateo es una gran experiencia. Tenemos una relación padre-hijo muy cercana, y compartir este proyecto es un lindo desafío para nuestro vínculo. Mateo le da una mirada joven y aporta las ganas por expandir nuestros horizontes como empresa, mientras que yo me enfoco más en los procesos productivos y en mantener los altos estándares de calidad e higiene. Nos complementamos muy bien, y creo que esa sinergia le aporta mucho a Pizza Zën .
¿Cómo y por qué surge Pizza Zën ? ¿Y cómo fue el proceso hasta llegar a la receta final de esta pizza congelada?
Pizza Zën nació con el sueño de llevar al mercado argentino la pizza que disfrutamos hacer en casa. Queríamos lograr una pizza congelada que no perdiera esa calidad artesanal, y lo conseguimos enfocándonos en no tener tantos intermediarios en el proceso, y manteniendo nuestra esencia que nos define como marca.
¿Qué tiene Pizza Zën que la diferencia del resto? ¿Cuál es el secreto del éxito?
Lo que nos diferencia es el cuidado y la atención al detalle en cada etapa del proceso. Usamos harina orgánica, y nuestras masas fermentan entre 48 y 72 horas, lo que les da una textura única, ligera y crujiente. Todo en Pizza Zën está hecho de manera artesanal, y eso se nota en el producto final. El secreto del éxito no lo tenemos, pero creemos que es mantenerse fiel a nuestras raíces y no comprometer la calidad, incluso cuando aumentamos la producción.
¿Cómo se conforma el equipo actual de trabajo?
Hoy, Pizza Zën cuenta con más de 30 personas comprometidas con nuestro proyecto. Cada miembro del equipo entiende la importancia de mantener la calidad, los procesos de higiene y el espíritu artesanal que nos define. Comenzamos siendo sólo Mateo y yo, pero con el tiempo fuimos creciendo poco a poco, con mucho esfuerzo y voluntad, creando un equipo sólido que comparte nuestra visión.
¿Pensaron que se iba a expandir tan rápido alrededor del mundo? ¿Cómo fue llegar a Hong Kong con este nuevo emprendimiento?
Nunca pensamos que Pizza Zën crecería tan rápido ni que llegaríamos a lugares como Hong Kong. La expansión internacional fue un desafío, pero gracias a la visión emprendedora de Mateo logramos llevar nuestras pizzas más allá de Argentina. Es un orgullo enorme ver nuestro producto en las góndolas de Hong Kong, y eso nos motiva a seguir creciendo.
¿Cómo recuerdan el comienzo de este nuevo emprendimiento, cuál creen que fue el punto de inflexión y cómo los sorprendió este suceso de Pizza Zën?
Recordamos los inicios con mucha emoción. Empezamos en un pequeño galpón, con un solo horno y muchas pruebas. El punto de inflexión fue cuando Mateo tomó las riendas de la parte comercial y comenzó a hacer las entregas personalmente, asegurándose de que cada cliente recibiera una experiencia única. Eso marcó el inicio del crecimiento de Pizza Zën, y ver hasta dónde llegamos es algo que nunca hubiéramos imaginado.
¿Era una cuenta pendiente llegar a las góndolas del supermercado?
Definitivamente. Siempre soñé con ver un producto mío en las góndolas, y con Pizza Zën de a poco lo fuimos logrando. Desde el principio, queríamos ofrecer una pizza congelada que mantuviera la esencia de lo casero y lo artesanal, y creo que lo conseguimos. Ver nuestras pizzas y empanadas en los supermercados, tanto en Argentina como en otros países, es un orgullo.
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