Ubicada en el corazón de Beverly Hills, la mansión de los hermanos Menéndez se ha convertido en un lugar de peregrinación para aquellos fascinados por el crimen y el misterio.
Era agosto de 1989 cuando Lyle y Erik asesinaron a tiros a sus padres, José y Kitty, en el salón principal de la propiedad. El juicio que siguió fue un espectáculo mediático que capturó la atención del país. Años después, la casa sigue siendo un lugar de interés morboso, con turistas que se detienen frente a la entrada para tomar fotos.
Diseñada en los años 20, fue remodelada por José Menéndez, un exitoso ejecutivo de entretenimiento, y su esposa Kitty. La casa fue vendida en 1994 por 1,3 millones de dólares, una cifra baja para el mercado de Beverly Hills. Sin embargo, sigue siendo un lugar de interés, con visitantes que se congregan para tomar fotos y escuchar historias sobre la tragedia que ocurrió allí.
A pesar de las críticas, el flujo de visitantes a la mansión de los Menéndez sigue siendo constante. La casa sigue siendo un lugar de interés morboso, con visitantes que se sienten atraídos por la oscuridad y el misterio que rodean el inmueble.