En los últimos años, los hinchas brasileños solían burlarse de los argentinos durante los eventos deportivos rompiendo billetes de pesos o mismo arrojando una gran cantidad de estos a las tribunas locales, situación que empezó a raíz de la depreciación que sufrió la moneda nacional en la última década. Sin embargo, esta grotesca actitud de los vecinos cariocas ya esta siendo reemplazada por quejas sobre los elevados precios. Mejor guardarlos porque valen más que antes.
El motivo principal detrás de esta transformación está en la fuerte devaluación del real brasileño frente al peso argentino. Durante años, viajar a Argentina era una opción económica para los turistas brasileños debido al favorable tipo de cambio. No obstante, las fluctuaciones en las monedas de ambos países han reducido la accesibilidad financiera de los productos y servicios argentinos.
Los precios internos de bienes y servicios han escalado a niveles que incluso sorprenden a los brasileños, acostumbrados a sus propios desafíos inflacionarios. Esto ha llevado a una percepción de que la economía argentina no es tan accesible como antes.
Además, la percepción de los precios argentinos se ve influida por el llamado «dólar turista». Este tipo de cambio afecta a los extranjeros, quienes enfrentan tarifas significativamente más altas al convertir sus divisas para gastos en el país. En este contexto, los hinchas brasileños han cambiado sus comentarios sarcásticos por críticas más serias sobre los costos.
Por otra parte, el comportamiento económico también se refleja en la disminución de turistas brasileños en Argentina. Las estadísticas muestran una caída en las visitas, lo que impacta en sectores como el comercio y el turismo en ciudades que tradicionalmente recibían una gran afluencia de brasileños, como Buenos Aires y Bariloche.
El fin de la burla basada en «billetes rotos» y el inicio de las quejas por precios representan un cambio notable en la dinámica entre argentinos y brasileños.
