La Armada de Filipinas notificó en las últimas horas la presencia de un submarino ruso en su Zona Económica Exclusiva (ZEE), localizada en el disputado mar de China Meridional.
Este incidente, que ocurrió el 28 de noviembre cerca de la costa de Mindoro Occidental, generó una gran preocupación entre las autoridades filipinas. El presidente Ferdinand Marcos Jr. calificó la situación como “alarmante”, destacando la importancia de proteger la soberanía marítima del país.
Se trata de un submarino de clase Kilo, diseñado en la década de 1970. La tripulación del mismo habría confirmado su identidad y explicó que aguardaba mejores condiciones climáticas antes de continuar su trayecto hacia Vladivostok, Rusia. Mientras tanto, las fuerzas filipinas escoltaron la nave para garantizar el cumplimiento de las normas internacionales en su zona marítima.
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El hecho tiene lugar en un contexto de creciente tensión en el mar de China Meridional, donde Filipinas y China mantienen disputas territoriales.
A nivel internacional, la situación se agrava por el fortalecimiento de la cooperación militar entre Rusia y China, quienes han realizado ejercicios conjuntos tanto en el mar de China Meridional como en el Pacífico. Estas maniobras, llevadas a cabo en los últimos meses, reflejan la profundización de sus relaciones estratégicas frente a las crecientes tensiones con Occidente.
En paralelo, Filipinas mantiene una alianza militar de larga data con Estados Unidos, país con el que comparte un tratado de defensa mutua desde 1951. Este acuerdo permite a Washington utilizar bases filipinas, lo que añade otra capa de complejidad a los enfrentamientos en esta región geopolíticamente sensible.