El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, es sometido a una segunda intervención quirúrgica tras presentar complicaciones relacionadas con un hematoma intracraneal. Este jueves, los médicos realizarán una embolización de la arteria meníngea media, un procedimiento necesario para evitar nuevos episodios hemorrágicos.
Lula, de 79 años, sigue recuperándose tras una primera operación realizada esta semana, en medio de preocupaciones por su estado de salud, que comenzó a deteriorarse luego de una caída en octubre pasado.
Aunque los médicos han asegurado que el mandatario está estable, la situación plantea preguntas sobre la línea de sucesión presidencial en caso de incapacidad.
Según la Constitución brasileña, el vicepresidente Geraldo Alckmin asumiría las funciones ejecutivas si fuera necesario.
Lula da Silva volverá a ser operado para evitar nuevas hemorragias
Qué dice la ley de incapacidad presidencial en Brasil
La legislación establece un proceso claro para estos casos. El Congreso, en conjunto con evaluaciones médicas oficiales, es responsable de confirmar cualquier incapacidad prolongada. Si esto ocurriera, Alckmin asumiría la presidencia temporalmente o de manera definitiva, dependiendo de las circunstancias.
Mientras tanto, Lula se enfrenta no solo a los desafíos de su salud, sino también a los retos de liderar un Brasil fragmentado. Su recuperación será observada de cerca tanto por los brasileños como por la comunidad internacional.
Su posible reemplazante
Alckmin, un político experimentado y pragmático, ha sido pieza clave en la administración actual al equilibrar las fuerzas progresistas de Lula con un enfoque más centrista. Exgobernador de São Paulo, es conocido por su habilidad para construir consenso y su enfoque técnico en políticas públicas.
Durante su trayectoria, el actual vice mantuvo un perfil político muy activo. Su alianza con Lula en 2022 selló un pacto político que buscó apaciguar divisiones en un país muy polarizado.