Se cumplió un año de Gobierno de Javier Milei. Mirando Twitter, vi que hay muchos seguidores de este Gobierno que cometen un error, y es que compran el paquete entero.
Si uno critica algo, es un traidor, y eso está mal. Lo veo como una tontería propia de jóvenes militantes. Pero yo creo que nos les conviene. ¿Por qué? Porque este es un Gobierno al que yo le respeto mucho algunas cosas: por ejemplo, una gestión económica de gente de muchísimo nivel, que ha logrado un plan de estabilización y un trabajo con la inflación que era impensable después de la catástrofe y la actitud delictiva de Sergio Massa como ministro de Economía, habiendo aumentado la deuda con medidas para favorecer su candidatura.
Si uno lo piensa desde ese lado, lo han hecho muy bien. También lo hacen muy bien en Seguridad, con Patricia Bullrich; y en lo que llamamos «la batalla cultural», al cambiarle el nombre al CCK, haber cerrado lugares como el Ministerio de la Mujer, cosas que son muy valiosas.
La expulsión de Kueider del Senado abrió un nuevo cruce entre el Gobierno y Villarruel
También hay que decidir que una de las canalladas más grandes de la Argentina es que se honraba a los terroristas y no se honraba a las víctimas del terrorismo. Eso también cambió en la gestión del Ministerio de Defensa. Y la vicepresidenta también cambió eso. Todas estas cosas están muy bien.
Pero el Gobierno tiene un déficit muy grave en materia política. Me refiero a lo que se vio con el senador Edgardo Kueider: que lo saquen del Senado con el voto del kirchnerismo (y no porque al kirchnerismo le importe que haya un senador corrupto, dado que ellos tienen en sus filas a la persona más corrupta de la historia argentina, que es CFK).
Si uno mira el resultado, fue que el kirchnerismo -con todo su cinismo y su hipocresía; y con Oscar Parrilli, que es lo peor de la política, involucrado en el tema del Memorándum con Irán, haciendo gestos desagradables- hoy tiene un senador más.
Nos podemos ir olvidando de Ficha Limpia, porque, si esto no se revierte en las próximas elecciones, va a ser muy duro.
Y esto hay que decírselo al Gobierno, después de decirle todas las cosas buenas. Hay que decirle que cuando tienen enfrente al kirchnerismo, en lo único que tienen que pensar es en cómo destruirlo.
Tengamos las Fiestas en paz: la estrategia de Milei para evitar errores no forzados
Hoy el Gobierno se está peleando con el PRO por cómo voto; con los radicales por cómo votaron; y con su propia vicepresidenta, Victoria Villarruel, a quien le están haciendo una operación para ver si pueden voltear la sesión, diciendo que ella no podía estar presidiéndola.
Son todas peleas entre «los buenos». Están peleándose por un senador que es corrupto, cuando todos lo senadores peronistas son iguales y si uno tira una moneda al aire no toca el piso. Lo que hacen es rasgarse las vestiduras cuando en realidad tendrían que haber esperado que el tipo este esté en situación judicial. Esto es prejuzgar desde el Senado y con una mayoría peronista: sin dudas, eso es muy peligroso.
La gente del Gobierno debe reflexionar. Cuando les criticamos esto, o les criticamos lo de Lijo, o les criticamos lo que hicieron con Ficha Limpia, no es porque estemos en contra. Somos capaces de elogiar cosas que han hecho y esperamos con ansías que siga la motosierra el año que viene, que siga el ajuste y que se puedan recomponer algunos sectores como los jubilados, que han aportado a lo largo de toda su vida.
Se están enojando con los que los votaron, con los que los apoyan, con ese 16%, 17%, 18% que no había votado a Milei en la primera vuelta y sí lo hizo en el ballotage. Mientras hacen eso, Cristina gana un senador, unifica el peronismo y va a ser candidata el año que viene.
El presidente dijo que no podemos pensar solamente en Cristina presa y que el gorilismo exagerado no sirve. Yo soy gorila exagerado y pienso muchas cosas. Y entre esas cosas que pienso está que sin Cristina presa, con Cristina candidata el año que viene y con todo el oficialismo dividido, este Gobierno puede arruinar todo lo que hizo bien en otras áreas. Ojalá no tomen ese riesgo.
(Columna emitida originalmente en el programa «Cristina sin vueltas», conducido por Cristina Pérez en Radio Rivadavia).