El canciller alemán Olaf Scholz sufrió un duro golpe parlamentario este lunes al perder una moción de confianza en el Bundestag, lo que abre el camino hacia elecciones anticipadas, programadas para el 23 de febrero.
La votación, solicitada por el propio líder socialdemócrata, reflejó la crisis política desatada tras la ruptura de la coalición de gobierno, compuesta por socialdemócratas, verdes y liberales. El resultado fue claro: 394 votos en contra, 207 a favor y 116 abstenciones, lo que confirmó la fragilidad del Ejecutivo.
La decisión de los Verdes de abstenerse fue clave en el desenlace, ya que su postura facilitó que la moción no prosperara y, con ello, se activara el proceso para disolver el Parlamento. El Partido Socialdemócrata (SPD), leal a Scholz, respaldó al canciller, pero el apoyo sorpresivo de una diputada de Alternativa para Alemania (AfD) generó controversia, al argumentar que evitar el ascenso del opositor Friedrich Merz, líder democristiano, era prioritario. Mientras tanto, Merz, que encabeza los sondeos, emergió como la principal alternativa en un escenario político cada vez más polarizado.
Donald Trump invitó a Javier Milei a su asunción como presidente de EE.UU.
Antes de la votación, Scholz dejó en claro que las elecciones anticipadas serían un referéndum sobre su gestión económica, en un contexto marcado por la recesión y la creciente incertidumbre global. El canciller pidió a los ciudadanos decidir entre una política de inversión decidida o, como él la describió, una actitud «mezquina y vacilante». Scholz defendió su propuesta de permitir un mayor endeudamiento estatal para impulsar obras de infraestructura y reforzar la seguridad nacional, especialmente frente a las tensiones derivadas de la invasión rusa en Ucrania.
Por su parte, Merz criticó duramente al gobierno saliente, acusando a Scholz de haber fracasado en su promesa de modernizar las Fuerzas Armadas y de hipotecar el futuro económico del país con políticas que, según él, solo agravarán la crisis. El líder de la oposición conservadora defendió un enfoque más austero, alejándose de mayores niveles de deuda pública y posicionándose como el candidato que puede restaurar la estabilidad económica y la confianza en Alemania.
Tras la votación, Scholz acudió al Palacio de Bellevue para reunirse con el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, a quien formalmente solicitó la disolución del Parlamento. La Constitución establece que el presidente tiene hasta el 6 de enero para oficializar la disolución, tras consultar a los líderes de los partidos políticos. Aunque el proceso es protocolario, todas las fuerzas políticas ya acordaron el 23 de febrero como la fecha para los comicios, que definirán el futuro liderazgo de Alemania en medio de una situación económica y geopolítica compleja.