El presidente, Javier Milei, se expresó por primera vez sobre la muerte del periodista, Jorge Lanata y explicó porque no se pronunció el día de su fallecimiento, el 30 de diciembre pasado.
«Desde mi punto de vista, frente a esa situación, yo temía, y acerté, que cualquier opinión que se hiciera iba a ser llenada de manera miserable y en esa miserabilidad tener un manoseo de índole político», comenzó diciendo.
Y en una entrevista con Luis Majul en la Radio El Observador sostuvo: «Uno puede cuestionar la creación de un ejército de zurdos que le contaminaron la cabeza a los argentinos (por su rol en la jefatura del diario Página/12) o puede reivindicarlo en su última etapa, persiguiendo a los kirchneristas hasta abajo de la cama. Esa es mi opinión y nadie puede poner en duda eso».
«Si he tenido diferencia con él, es un problema mío. Y tampoco es la estupidez de compararlo con el hijo de remil puta de Ginés González García (ministro de Salud de Alberto Fernández), que es corresponsable de una cuarentena que es un delito de lesa humanidad», agregó.
Luego apuntó contra el periodismo en general: «Días después de que partió Lanata, partió Leo Dany no veo que salieran a exigir que todo el mundo opine sobre eso. El problema lo tienen los periodistas que se creen el centro del mundo».
LA ANÉCDOTA DE LANATA Y CONAN
En otro tramo de la charla, el mandatario contó cómo logró salvar a su perro Conan gracias al periodista. «Tengo un fuerte agradecimiento a Lanata, y él nunca lo supo. Lo sabe muy poca gente. No hace falta que aclare que lo más importante de mi vida son mis hijitos de cuatro patas: Conan, Milton, Robert y Lucas; y hoy mi hermana. Y después el mundo, si se quiere».
Yo era un cliente intenso de PPT (Periodismo para Todos)», indicó y siguió: «Estaba en la casa de mi madre y al otro día tenía que ir muy temprano a trabajar. Mi mamá me dice: ‘¿por qué no ves Lanata acá?’. Y le dije mejor me iba a casa porque me tenía que levantar temprano».
Esa decisión marcó un antes y un después en su vida porque a los minutos de haber llegado a su departamento, una explosión en el edificio ocasionó un incendio. «Pensé que lo habían censurado a Lanata. De repente empiezo a respirar el aire, estaba raro. Conan se va al balcón y yo fui al balcón. Una vecina me llama y me dice: ‘hay un incendio'», relató.
El jefe de Estado logró rescatar a Conan sano y salvo. «Conan estaba bien, el problema era yo, estaba cianótico, me había puesto azul», remarcó.
Tras compartir este hecho de su vida, el mandatario concluyó: «Pude haber tenido muchas diferencias, pero cuando yo me jugué la vida por mi hijo de cuatro patas yo estaba en mi casa gracias a que estaba yendo a ver el programa de Lanata».