La despedida a Jimmy Carter en la Catedral Nacional de Washington se convirtió en un evento histórico donde las divisiones políticas quedaron momentáneamente de lado. En una ceremonia emotiva, se recordó al expresidente como un hombre íntegro, comprometido con la humanidad y la justicia.
Sin embargo, lo que más capturó la atención fue un momento inesperado entre Donald Trump y Barack Obama, quienes, sentados juntos, compartieron una conversación animada que incluso terminó en una carcajada del expresidente demócrata. La escena rompió con la tensión habitual entre ambos líderes y se convirtió en el punto central de los comentarios en redes sociales y medios de comunicación.
President Obama apparently drew the short stick today!pic.twitter.com/1FcnhsHNMk
— Protect Kamala Harris ✊ (@DisavowTrump20) January 9, 2025
Mientras el país despedía a Carter, las interacciones entre sus líderes fueron un reflejo de concordia momentánea. Trump estrechó la mano de su exvicepresidente, Mike Pence, con quien mantiene una relación distante desde el ataque al Congreso en 2021. Aunque el saludo no incluyó a Karen Pence, quien evitó cualquier contacto visual con el expresidente.
Al mismo tiempo, George W. Bush, con su característico humor, ofreció una palmada amistosa a Obama, consolidando el ambiente de camaradería. Pero fue la charla entre Trump y Obama, cargada de sonrisas, la que generó especulación: ¿fue un gesto genuino o simplemente parte del protocolo?
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Los discursos destacaron la sencillez y visión de Carter. Su nieto, Jason Carter, emocionó al público al describir al expresidente como un «guerrero del clima» y un pionero de la energía renovable, adelantado a su tiempo.
Además, recordó detalles íntimos de su vida en Plains, Georgia, donde vivió siempre junto a su esposa, Rosalyn. “Básicamente, hace años, él fue el primer millennial”, bromeó, arrancando risas entre los asistentes.
Carter fue celebrado no solo por su paso en la Casa Blanca, sino también por su incansable trabajo en pro de la paz, la democracia y la erradicación de enfermedades.
El funeral también incluyó un mensaje póstumo de Gerald Ford, su antiguo rival político convertido en amigo cercano. Este gesto destacó la capacidad de Carter para construir puentes, incluso en las relaciones más tensas.
Los restos del expresidente fueron trasladados a Georgia en un avión presidencial que cambió su código a «Special Air Mission 39» como homenaje a su legado. Así, Estados Unidos no solo despidió a un expresidente, sino que también reflexionó sobre la importancia de la unidad y el impacto duradero de una vida dedicada al servicio público.