Trabajadores sanitarios se desplazaron por el río Amazonas para empezar a vacunar a las comunidades ribereñas. La región fue duramente golpeada por el COVID-19 y ahora se enfrenta a una oleada letal de la nueva variante brasileña del coronavirus.
Protegidos con máscaras y batas protectoras, viajaron en una lancha abierta desde Manacapuru, un pueblo situado a dos horas de la selvática ciudad de Manaos. Allí los hospitales se quedaron sin camas y sin oxígeno el mes pasado y los cementerios no pudieron cavar tumbas con la rapidez suficiente para hacer frente a la mayor tasa de mortalidad de Brasil.
«Me alegro de que hayan venido. Hemos perdido tantos ancianos y también jóvenes», dijo Maria Araujo, de 83 años, tras recibir una dosis de una vacuna británica fabricada por el Instituto Serum de la India. «Esto nos ha dado la esperanza de que las cosas cambien, de que mejoren».
Brasil se esfuerza por acceder a más vacunas para combatir el brote de coronavirus más mortífero del mundo fuera de Estados Unidos. Hasta ahora, ha vacunado a 2 millones de personas, en su mayoría trabajadores sanitarios y ancianos brasileños, con vacunas fabricadas por la empresa china Sinovac Biotech Ltd y de AstraZeneca Plc. Más de 9,2 millones de brasileños han sido infectados por el virus y 225.000 han muerto.
En Manaos, la capital del estado de Amazonas, donde viven 2,1 millones de personas, han muerto más de 5.500. Es decir, 261 por cada 100.000, la tasa más alta de Brasil, según datos del Ministerio de Salud.
Los investigadores afirman que el agresivo aumento de casos en Manaos se debe en gran medida a una nueva variante del virus descubierta allí. Se llamada P1 y se ha convertido rápidamente en la cepa dominante, lo que lleva a los científicos a creer que es más contagiosa.
La variante se detectó por primera vez a principios del mes pasado en cuatro viajeros que llegaron a Japón desde el Amazonas.
La secuenciación del genoma indica que el 91% de los nuevos casos de COVID-19 en enero en el estado de Amazonas corresponden a la nueva variante, según Felipe Naveca, virólogo del centro de investigación biomédica ILMD/Fiocruz Amazônia. La cifra es superior al 51% de los casos secuenciados en diciembre y a ninguno en noviembre.
Los científicos aún no han determinado si la P1, derivada del linaje B.1.1.28 del SARS-CoV-2, es más letal que las variantes anteriores. Naveca dijo que claramente se propaga más rápido, aunque los casos también aumentaron debido al menor distanciamiento social durante la temporada de vacaciones.
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