El Tribunal Constitucional de Corea del Sur ratificó este viernes la destitución del presidente Yoon Suk-yeol, quien fue expulsado de su cargo tras la polémica imposición de la ley marcial.
Luego de haber sido destituido por la Asamblea Nacional, el ahora exmandatario fue inhabilitado de forma unánime por la Justicia, que consideró que su anuncio del estado de sitio no fue constitucional.
“La crisis política no justifica las acciones tomadas. La situación en la Asamblea Nacional en ese momento no justificaba el ejercicio de poderes nacionales de emergencia”, señaló el presidente interino del tribunal, Moon Hyung-bae.
Al respecto, consideró que se “violaron los principios fundamentales del Estado de derecho y la gobernanza democrática”, ya que además de la ley marcial “cometió actos que violaron la Constitución y la ley, en particular al movilizar fuerzas militares y policiales para impedir que la Asamblea Nacional ejerciera su autoridad”.
“Los efectos negativos sobre el orden constitucional y las repercusiones de las violaciones de la ley por parte del acusado son graves, lo que hace que los beneficios de proteger la Constitución al destituirlo superen con creces las pérdidas nacionales derivadas de la destitución del presidente”, enfatizó Moon.
Yoon había quedado en la mira por la efímera instauración de la ley marcial el 3 de diciembre de 2024, justificando que se debía a tensiones con la oposición. Eso no solo le valió fuertes acusaciones de insurrección, sino que además sumergió al país en una fuerte crisis política, social y económica.
Con este fallo firme, se convirtió en el segundo presidente de Corea del Sur en ser destituido: la primera fue Park Geun-hye en 2017, quien se vio envuelta en un escándalo de corrupción y tráfico de influencias.
Además del juicio político, el exmandatario también afronta otro juicio penal por el delito de insurrección.
PEDIDO DE DISCULPAS Y ELECCIONES
Yoon no asistió al tribunal para la lectura de la sentencia, y horas después emitió una disculpa a través de sus abogados sobre la situación que generó para el país.
“Lamento profundamente no haber podido estar a la altura de sus esperanzas y expectativas”, expresó.
Tras ratificar su expulsión del cargo, Corea del Sur deberá celebrar elecciones anticipadas dentro de los próximos 60 días. Según la agencia Yonhap, se estima que podrían realizarse el próximo 3 de junio.
El actual presidente interino, Han Duck-soo, anunció que hará todo lo posible para garantizar la “estabilidad” durante el proceso electoral y se comprometió a que haya una “transición sin problemas”.
“Como presidente en funciones, me aseguraré de que no haya ningún vacío en la seguridad nacional o los asuntos exteriores, y que Corea mantenga una postura de seguridad firme e inquebrantable”, dijo en un mensaje al pueblo.