Miles de argentinos se manifestaron ayer en distintos puntos del país en repudio al escándalo por la prioridad dada a funcionarios y personas con contactos políticos para recibir la vacuna contra el COVID-19, un tema que sacudió al Gobierno y motivó la renuncia del ministro de Salud.
El Gobierno comenzó su campaña de vacunación en diciembre, pero solo a trabajadores de la salud y, en los últimos días, comenzó a vacunar a personas mayores de 70 años, que deben aguardar su turno tras registrarse en sitios oficiales.
Pero la semana pasada salió a la luz un listado de decenas de funcionarios y sus familiares, empresarios, un expresidente y trabajadores jóvenes no esenciales que recibieron la vacuna contra el COVID-19, en lo que fue denominado «vacunatorio vip».
La manifestación fue convocada por el expresidente opositor Mauricio Macri y miembros de su partido en Twitter.
«Es un caso tan grave de indignación de la población, de los que no se pueden vacunar mientras los de la oligarquía K (por Kirchner) se vacunan todos», dijo Patricia Bullrich, titular del partido de Macri, en referencia al gobierno del presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner.
Cuando se desató el escándalo, Fernández pidió la renuncia del ministro de Salud Ginés González García, pero dijo que no existe delito por vacunar a alguien que se adelantó en la fila.
El mandatario, que el lunes tiene previsto dar un discurso en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso, intentó el sábado desarmar una manifestación de apoyo al gobierno al pedirle en Twitter a sus seguidores que no salgan a la calle.
«Con mi sincera gratitud antes que nada, les pido que sigamos dando el ejemplo y que esta vez cada uno siga mi mensaje en forma remota. Desde sus casas o desde sus lugares de trabajo. La pandemia aún nos ataca. Nosotros cuidemos al prójimo aunque otros no lo hagan», dijo Fernández.
En la histórica Plaza de Mayo, frente a la Casa de Gobierno, los manifestantes llevaban carteles que decían «Devuélvanme mi vacuna», «Que la vacuna no sea un privilegio», «Basta de despilfarrar nuestra plata».
Argentina fue uno de los primeros países de la región en firmar un acuerdo con Rusia para la adquisición de la vacuna Sputnik V contra el coronavirus. Ya recibió 1,22 millones de dosis por parte del Instituto Gamaleya ruso y se espera que hoy lleguen al país un número aún no informado de dosis.
El jueves recibió 904.000 dosis de la vacuna contra el COVID-19 desarrollada por la farmacéutica china Sinopharm, que se suman a las 580.000 dosis ya entregadas de Covishield, fabricadas por el Instituto Serum indio.
El Gobierno de Fernández busca incrementar la adquisición de vacunas antes de que llegue el invierno y una segunda ola de contagios. El país registró hasta el sábado 2,104 millones de casos y 51.946 muertos.