Las complejidades del momento necesitan de una mirada contemplativa, de un salvavidas humanitario, de una contención donde la confianza sea posible para elaborar situaciones de crisis o resultados no deseados.
En este contexto la resiliencia resulta cada vez más imprescindibles. Al respecto la Lic. en Ciencias Políticas, Mariana Losano, especialista en administración de empresas en crisis de la Escuela de Posgrado de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, explicó cómo lidiar con la incertidumbre y los imprevistos actuales.
“En mayor o menor medida, pandemia mediante, todos debemos volver a dar sentido a nuestros ámbitos de interacción: familia, amigos, estudio, trabajo, recreación. Hay mucho para reelaborar, para volver a empezar”.
Está comprobado que, además de la empatía, la inteligencia emocional es fundamental, que abre una dimensión más virtuosa para atravesar el fuerte oleaje que nos acecha. “Para lidiar con la incertidumbre se aconseja una mirada reflexiva y estar en conexión con lo que pasa. Para desarrollar la capacidad de resiliencia se necesita de un espacio para redescubrirnos y ponernos a prueba con soportes emocionales que habiliten un cambio de identidad”, explica la Lic. Losano.
Incorporar nuevos hábitos no es una tarea fácil, requiere de constancia y paciencia. “Se trata de dejar de lado viejos paradigmas para incorporar una forma de trabajo que permita complementarnos y que ayude a sobreponernos a las dificultades, a capitalizar los aprendizajes para dar un mejor sentido a nuestra realidad”.
La vida, en su fluir, nos propone momentos de expansión y de contracción. Una de las formas contractivas es la adversidad, y ella tiene su propio proceso: está para ser transitada y tiene fin. Aprender a transitarla con equilibrio emocional hace que se transforme en una experiencia de aprendizaje expansiva y, para hacerlo de la mejor manera posible, Losano aconseja en “este nuevo modelo debe ser flexible, debe incorporar espacios de escucha, de contención, de cooperación y que requiere de un liderazgo virtuoso que habilite pensar el propósito de lo que se hace y el para qué se hace”.
