Alberto Fernández se reunió en Olivos con los médicos infectólogos que lo asesoran en el combate contra el coronavirus. También participaron de la reunión psicólogos y sociólogos.
La noticia de la vacuna contra el Covid-19 que se producirá en Argentina fue tomada unanimemente como «una gran esperanza» que empezó a circular en el horizonte de la población. El hecho de que la tasa de letalidad continúe en el 2 por ciento, fue interpretado como un signo positivo en cuanto a la capacidad de respuesta del sistema de salud. También se evaluó con buenos ojos la continuidad de las actividades comerciales, productivas y recreativas que no implican riesgo de contagio.
Una consigna que se discutió es la necesidad de dejar de hablar de “cuarentena”, que cada vez tiene una connotación más negativa para la población, y reforzar la idea de que el país transita una etapa diferente en que el distanciamiento social y los cuidados representan la única herramienta disponible hasta que llegue la vacuna.
Por su parte, los expertos en salud mental evaluaron de forma muy positiva la estrategia sanitaria del gobierno nacional pero hicieron algunas observaciones puntuales. Pidieron más acompañamiento para los pacientes terminales con coronavirus, un contexto afectivo para que tengan una muerta digna. También hicieron mucho hincapié en la urgencia de cuidar la salud mental del personal de salud que después de tantos meses evidencia signos notables de sufrimiento y cansancio.
Por la tarde el Presidente recibirá al jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta y al gobernador bonaerense Axel Kicillof, para definir la próxima fase del aislamiento en el AMBA.
