Diego Armando Maradona fue adorado como un dios por millones de personas e hizo de su nombre un símbolo de reconocimiento mundial para cualquier argentino fuera de su país, inclusive luego de más de dos décadas de terminada su carrera como futbolista.
Maradona murió hoy a los 60 años debido a un paro cardíaco, dejando convulsionada y de luto a la Argentina, el país que se estremeció de alegría y tristeza con cada uno de sus logros y desventuras. El exfutbolista, que actualmente se desempeñaba como director técnico del club local Gimnasia y Esgrima, estaba en su casa situada al norte de la capital argentina cuando sufrió el ataque.
Arrastraba severos problemas desde hacía años por distintas adicciones. Semanas atrás había sido operado de un hematoma subdural y luego permaneció internado debido a un «bajón anímico, anemia y deshidratación» y un cuadro abstinencia de una adicción al alcohol. El gobierno argentino decretó un duelo nacional de tres días debido a la muerte del ídolo y la Conmebol anunció la reprogramación de la serie de octavos de final de la Copa Libertadores entre Internacional y Boca Juniors.
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