Por Mara Laudonia
La Argentina está entre los 20 países que mayor proporción de recursos del FMI recibirán en función del nivel de reservas existentes, ya que los 4.355 millones de dólares que ingresarán a fines de agosto equivalen en la actualidad a alrededor del 10% de las reservas brutas en poder del Banco Central.
Así se desprende de un estudio privado que analizó los datos del FMI, que consignó también que los mercados emergentes y de medianos y bajos ingresos recibirán en total apenas 251.000 millones de dólares, el 38% total de 650.000 millones de dólares que el FMI repartirá a fines de agosto con la ampliación de los derechos de giro (DEG), la moneda del organismo multilateral.
Debido a la cuota de representación en el FMI, los países más desarrollados recibirán proporcionalmente más recursos, por un total de 399.000 millones de dólares, a pesar de que son en la actualidad los que menos lo necesitan, en medio de la crisis desatada por la pandemia de coronavirus a nivel global.
En el ranking de países que más fondos recibirán en función de las reservas internacionales que poseen en la actualidad, se ubican en primer lugar Zambia (112%); en segundo lugar Venezuela (79,6%), seguidos por países de África, Europa del este y América Latina (Nicaragua, el Salvador y Ecuador, además de la Argentina).
Brasil recibirá un monto mayor que la Argentina, estimado en 15.000 millones de dólares, equivalente al 4,3% de sus reservas internacionales.
El analista principal para la región de Goldman Sachs, Alberto Ramos, dijo que el nivel de los recursos que recibirá la Argentina «representaría un aumento considerable del 10% en las reservas brutas, (y un aumento de más del 50% del stock de reservas internacionales netas inutilizables)», aclaró.
En este sentido, esta línea de fondos «contribuiría en gran medida a cumplir con el pago programado del servicio de la deuda en DEG al FMI durante el segundo semestre del 2021».
Según Ramos, «la próxima asignación de DEG y el reciente acuerdo del Club de París brindan un puente valioso hasta que las autoridades acuerden un programa macrofinanciero a mediano plazo con el FMI (probablemente sólo después de las elecciones de mitad de período de noviembre) que permitiría al país reprogramar los cuantiosos reembolsos de la deuda para el fondo en 2022-24», consideró.
Por otro lado, en la región, se analizó que la asignación histórica del FMI es «para una serie de créditos de alto riesgo y de mercados emergentes en dificultades con reservas bajas y / o que enfrentan requisitos de financiamiento externo exigentes, incluidos la Argentina, Ecuador y El Salvador en América Latina; las reservas adicionales podrían marcar una diferencia significativa a corto plazo al aliviar las restricciones vinculantes de liquidez externa», se indicó en el informe.
Así, la nueva asignación de DEG «puede ayudar a suavizar el ajuste macro necesario y evitar políticas distorsionantes, al tiempo que abre espacio para el gasto en respuesta a la crisis, pero de ninguna manera sustituye materialmente a una política macroeconómica sólida y disciplinada», consideró Ramos.
Asimismo, con el fin de abordar el problema permanente de que la mayoría de las reservas de DEG se asignan a países que no las necesitan o utilizan de inmediato, el FMI está trabajando para establecer un fondo fiduciario al que los países con una posición financiera sólida puedan canalizar voluntariamente parte de sus asignaciones de DEG.
Este fondo, que se denominaría de Resiliencia y sustentabilidad, aún está en proceso de elaboración.
«Si las economías avanzadas pusieran a disposición el 15% de su asignación de DEG, los EMDC (emergentes y en desarrollo) podrían obtener US $ 60.000 millones adicionales», estimó Goldman Sachs.
En otro orden, el equipo de investigación de Goldman Sachas analizó que la asignación de DEG no amplía la oferta monetaria mundial por lo que no genera inflación.
«Los temores inflacionarios han estado al frente y al centro del debate macroeconómico mundial pero es poco probable que la asignación de DEG sea inflacionaria», afirman.
La tecnicidad que tienen los DEG, es que para los países que los reciben «no es dinero que sale del helicóptero», agregaron en alusión al teórico economista Milton Friedman.
Esto es así porque sí aumentará el stock de reservas globales, pero (inicialmente) no la oferta monetaria global, consideraron.
«Con 650.000 millones de dólares, el tamaño total de la asignación general de DEG equivale a sólo el 0,7% del PIB mundial proyectado para 2021 de 94 billones de dólares y alrededor del 4% de la base monetaria de los bancos centrales centrales», expresaron.
En conclusión, como «primer orden de aproximación, la nueva asignación no es inflacionaria. Sin embargo, en unos pocos lugares, las reservas más altas podrían respaldar políticas fiscales expansivas», indicaron. –