Hablar de Mayra Mendoza es hablar de una militante de peso en la Cámpora, de una ferviente seguidora de Cristina Fernández y Néstor Kirchner, a quien lleva tatuado sobre su brazo izquierdo, pero sobre todo de un rol que la hace protagonista de un hecho histórico: desde hace más de un año, cuando le ganó las elecciones al anterior jefe comunal Martiniano Molina, es la primera intendenta de Quilmes.
Mendoza sabe que su lugar en la función pública se da dentro de un fenómeno insoslayable: la creciente participación de las mujeres en la política institucionalizada. Un síntoma de madurez social al que, sin embargo, le encuentra una contracara a la que define como “violencia política” hacia militantes, funcionarias y miembros de organizaciones sociales: “A nosotras se nos ataca según los patrones hegemónicos de la belleza, pero también se nos ubica en la banalidad del consumismo, como pasó con las carteras de Cristina o mi termo y computadora”, explica.
Aun así la jefa comunal de Quilmes va por más y postula su deseo de un municipio feminista: “No le tengo miedo a la palabra, al contrario, me encanta. Hay que demostrar lo que hace el feminismo, que es sanar, curar, salvar, crear y construir poder para forjar nuevas relaciones, y que de estas mujeres nazca una sociedad justa, respetuosa, inclusiva, igualitaria, más amorosa y amigable”, afirma. La capacitación de todos los trabajadores municipales en materia de género es una de las iniciativas mediante las cuales Mendoza pretende materializar esa aspiración.
Signado por la pandemia, su primer año de gestión fue agitado a nivel público y privado. Desde el inicio de la cuarentena dejó de convivir con su hija para no exponerla a un posible contagio: “Las comunicaciones eran por video llamadas o mensajes, o encuentros muy cortos con barbijos y todas las precauciones, y fue durísimo para ambas”, cuenta. Finalmente, Mendoza contrajo Covid-19: “No soy una funcionaria de escritorio, soy militante y mi misión es estar junto a los vecinos y vecinas, recorrer los barrios y ver cuáles son sus necesidades. Sabía que el contagio era una posibilidad”, explica.
La “injusticia presupuestaria” que padece el conurbano, la urgencia de urbanizar los barrios vulnerables y la emergencia socioambiental son algunos de los temas que desarrolla en esta entrevista en que recorre algunos puntos centrales de su primer año de gestión.
-La pandemia visibilizó aún más la pobreza. ¿Qué fue lo más desafiante del cierre de Villa Azul en plena pandemia?
-Desde principios de mayo del año pasado estamos trabajando con operativos Detectar diariamente en distintos barrios. De esa manera fue que logramos darnos cuenta del brote que había surgido en Azul y lo mismo hicimos en Itatí, donde no hubo brote, pero sí casos que superaron el 30% de positividad día a día.
– ¿Cuáles son las decisiones políticas mediante las cuales buscan mejorar la calidad de vida de quienes residen en esos barrios?
-Lo que sucedió puso en evidencia una situación que no podemos permitir que siga existiendo. Por eso la urbanización de las villas en la Argentina tiene que ser una política de Estado y trabajaremos sin descanso para que eso suceda. Tenemos que pensar y planificar para construir mil casas como las que se necesitan en el barrio Villa Azul, que fueron abandonadas por la gestión anterior. Pero quizás eso tarda más de lo que dura una gestión, por eso esto tiene que ser una política más allá de los gobiernos y debemos buscar las herramientas que nos permitan concretarla. Hoy estamos trabajándolo entre el Ministerio de Obras Públicas de la Nación, el Ministerio de Hábitat de Nación, el Ministerio de Infraestructura de la Provincia, OPISU y AySA para poder llevar adelante este proyecto que mejorará la calidad de miles de vecinos de Villa Azul. Por ejemplo, en Itatí al día de hoy tenemos un avance del 60 por ciento en obras de agua y cloacas, y en Villa Azul estamos trabajando en un proyecto integral para resolver la deuda histórica que significa la urbanización de la parte quilmeña del barrio para que los vecinos y las vecinas de Villa Azul tengan una mejor calidad de vida.
-¿De qué forma impactó la pandemia en la problemática de la inseguridad en Quilmes y como piensan abordarla?
-En Quilmes no fuimos ajenos a lo que ocurrió en el resto del país en materia de seguridad. Esta fue una de las áreas en la que hicimos mayor hincapié en buscar soluciones inmediatas. Por eso, creamos el Plan de Inversión Municipal para la Prevención del Delito. En materia de seguridad, el Municipio de Quilmes invertirá 700 millones de pesos, que permitirán incorporar 30 móviles para la Patrulla Urbana; 90 patrulleros, 40 motos, nuevos módulos policiales, sumar 210 cámaras durante 2020 para llegar a duplicarlas en los cuatro años de la gestión, instalar 10 mil luces LED este año y triplicar la cantidad recibida al inicio de esta administración para 2021, intervenir en espacios públicos y plazas sumando luminarias y tótems de seguridad, incorporar 800 alarmas comunitarias, que en una primera etapa serán 200, modernizar el Centro de Emergencias Quilmes (CEQ) lo que permitirá armar un sistema de alarmas comunitarias y articular con Provincia los centros de atención telefónica de emergencias.
-¿Cómo es la situación actual con respecto al conflicto de las tomas de tierra y qué solución tiene en el mediano y largo plazo?
– Para nosotros el acceso a la vivienda es un derecho y por eso trabajamos para revertir el abandono y la ausencia del Estado que los y las quilmeñas y bonaerenses sufrieron durante los últimos años. Hoy contamos con un Gobernador que tiene la firme decisión de lograr una verdadera inclusión, que nos permita construir una sociedad más justa. Esta problemática estructural de falta de vivienda en la provincia de Buenos Aires se ha agravado fuertemente durante los últimos cuatro años pero desde el trabajo articulado entre Nación, Provincia y Municipio hay una canal real para buscarle una solución.
-La pandemia también evidenció a nivel global la urgencia que tienen hoy las políticas medioambientales. ¿Qué tan prioritarias son en su agenda?
-Nosotros creemos en el ambientalismo popular, en fomentar prácticas y conciencia en los vecinos y vecinas, y también en los recicladores urbanos, en el manejo y reciclado de residuos, entre otras políticas. Quilmes es un distrito con casi 700 mil habitantes y el problema de la basura requiere de una solución estructural. Por eso, definimos como compromiso de gestión dos temas relacionados con el ambiente. Uno es el Eco Parque Quilmes y otro son los EcoPuntos.
-¿En qué consisten estas dos iniciativas?
-El Complejo Socio Ambiental “Eco Parque Quilmes” dará respuesta a dos problemas relacionados: por un lado, hará más eficiente el trabajo de los camiones recolectores de residuos en el distrito logrando así una ciudad más limpia para los vecinos y las vecinas; y por otro, permitirá desarrollar una gestión de los residuos más sustentable y amigable con el medio-ambiente, al contar con una planta de tratamiento capaz de tratar los residuos separados en distintos tipos. En cuanto a los EcoPuntos, son espacios gestionados por promotores ambientales para recibir residuos separados en origen por los vecinos y vecinas las 24 horas del día gracias a su diseño y así ayudar también a los recicladores urbanos. Al iniciar nuestra gestión, Quilmes tenía un sistema de recolección destruido. Prácticamente la mitad de los vehículos destinados para tal fin estaban fuera de servicio. Por eso nos ocupamos del tema y aun en pandemia, reparamos algunos de los camiones y vehículos, a los que les sumamos 10 unidades recolectoras 0km más y 5 camiones volcadores nuevos para la recolección de ramas y montículos.
-La reducción de coparticipación para la Ciudad de Buenos Aires hoy es un tema caliente en debate. ¿Considera que es justo que los fondos que le faltan a la Provincia de Buenos Aires salgan del bolsillo de los vecinos porteños?
-Lo que se busca es corregir una decisión injusta decretada por Mauricio Macri que cedió más recursos a la ciudad que más tenía. Macri y Horacio Rodríguez Larreta hablan de federalismo exigiendo más plata para el distrito más rico, en detrimento de las necesidades de millones de vecinos y vecinas de toda la argentina. En 2015, CABA recibía el 1,4 de coparticipación nacional. Por un decreto de Macri, se lo llevó al 3,75. Esos dos puntos no tienen explicación más allá del objetivo de Macri, Larreta y todo Cambiemos de consolidar un proyecto político basado en la Ciudad. Les debería dar un poco de vergüenza el tener destinada plata en iluminar helechos cuando todavía hay quienes tienen necesidades básicas insatisfechas que van desde obras de infraestructura, salud, educación. Lo que debemos ser es responsables y solidarios con todos y todas. El AMBA no es todo igual. El conurbano tiene problemáticas distintas, tiene una idiosincrasia diferente y, principalmente, tiene recursos que son muy inferiores a los que posee CABA. La injusticia presupuestaria prolongada en el tiempo lleva a las desigualdades que hoy vemos. No estamos hablando de mejores o peores gestiones, estamos hablando de tener recursos económicos para cambiarle la vida a la gente.
-¿Cómo se manifiesta concretamente lo que usted define como una “injusticia presupuestaria”?
-La diferencia presupuestaria es muy grande y sobre todo muy injusta. El presupuesto completo de Quilmes (alrededor de 12 mil millones) es lo que tiene CABA para arreglar sus espacios públicos. Esta situación no escapa a lo que sucede en distritos cercanos. Necesitamos hacer una sociedad más justa y que todas podamos acceder a los mismos servicios, a calidades de vida similares y para eso se necesita invertir más en los que menos tienen.
-A casi un año de asumir, ¿qué autocrítica puede hacer de su gestión y del gobierno nacional?
-Somos conscientes de que tenemos mucho por mejorar. En apenas tres meses de gestión, tras recibir un municipio, una provincia y un país en peores condiciones de las que nos imaginábamos; a esta pandemia macrista y neoliberal, se sumó la pandemia del coronavirus, que no solo nos hizo replantear el rumbo proyectado sino tomar uno nuevo. Así y todo, desde los gobiernos nacional, provincial y municipal se están tomando medidas que ayudarán a mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos y ciudadanas de todo el territorio argentino, bonaerense y quilmeño, para que de una vez por todas, podamos vivir en el país, la provincia y la ciudad que todos y todas nos merecemos. Nos demandó mucho esfuerzo reconstruir nuestro sistema de salud y generar redes de contención. Sabemos que falta. Pero trabajamos todos los días para que nuestra ciudad sea productiva, moderna, inclusiva y sustentable. Estoy convencida que con el compromiso de todos y todas vamos a hacer realidad la ciudad que nos merecemos.
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