Nueve de cada diez conductores no le dan prioridad de paso a los peatones en la ciudad de Buenos Aires, los «usuarios más vulnerables del sistema de tránsito» que representan el 33% de las víctimas fatales por accidentes en la vía pública en la misma urbe, según datos difundidos por la organización Luchemos por la Vida en la víspera del «Día Internacional del Peatón».
En el orden vertical de la «pirámide de la movilidad», el peatón es superior a todo lo que lo sucede: bicicletas, transporte público, transporte de carga y, sobre el final, vehículos particulares y motos. Hoy vemos como la pandemia provocada por la Covid-19 desordenó al mundo en diversos aspectos, hizo que los Gobiernos pongan por delante la salud y la prevención de las personas, y un paso fundamental fue revisar los hábitos de movilidad.
La masividad que hasta hace poco era la única forma de trasladarnos, se acabó. Entonces ¿cómo nos movemos? La situación -disruptiva por donde la observemos-, hizo que busquemos alternativas y re-valoricemos una de las practicas más esenciales y ancestrales; cobró valor esa capacidad que nos define en gran medida como seres humanos: caminar, ser peatones, andar a pie por la vía pública. Los municipios «peatonalizaron» más espacios, aumentaron los kilómetros de ciclovías y limitaron el uso de transporte público.
«Los peatones somos los usuarios más vulnerables del sistema de tránsito: no tenemos carrocería que nos proteja, tenemos un tamaño pequeño y poco visible para los conductores de vehículos y, obviamente, sufrimos graves lesiones en caso de atropello», dijo Alberto Silveira, presidente de la organización.
«Porque no tenemos que olvidar que, y hablo por ello y me incluyo en el grupo, todos somos peatones en algún momento del día», agregó.
Ahora a los peatones habituales se suman los neo-caminadores de la pospandemia, que optan por caminar más de 3k para llegar a su lugar de destino, la masa en constante crecimiento de ciclistas -otro «boom» histórico-, pero también vemos cada vez más usuarios de Vehículos de Movilidad Personal.
Silveira explicó que en virtud de «la fragilidad del peatón», la legislación internacional y también la argentina «establece que los vehículos deben darle la prioridad a los peatones que cruzan correctamente la calzada por las esquinas o sendas peatonales y con el semáforo a favor donde lo hay».
«Pero en la Argentina vivimos una suerte de reino del revés. Aquí se da la paradoja que los peatones tenemos que pararnos para darle la prioridad a los vehículos», dijo.
La estadística sobre prioridad de paso fue establecida a partir de un estudio que «Luchemos por la Vida» desarrolló entre diciembre de 2019 y febrero de este año, a partir del análisis de 1.536 situaciones vehículo-peatones registradas en la Ciudad de Buenos Aires, en días lunes a viernes, en horario de 8 a 18.
En todos los casos, se trata de situaciones en los que el conductor del vehículo podía decidir entre detenerse o no para darle la prioridad a los peatones, y en los que los peatones habían iniciado el cruce, excluyéndose situaciones equívocas.
«Esta situación explica el alto porcentaje víctimas de peatones ya que, en la Argentina, el 22 por ciento de los muertos en el tránsito son peatones y en algunos conglomerados urbanos, por ejemplo la ciudad de Buenos Aires, las víctimas superan el 33 por ciento del total de víctimas mortales», dijo Silveira.
De la comparación entre motociclistas, conductores profesionales y conductores particulares surge también que quienes menos ceden el paso a los peatones son los conductores de motos (92%), seguidos por los choferes (88%) y los automovilistas particulares (87%).
El relevamiento muestra una diferencia también en función de la trayectoria de los vehículos: el 95% de los conductores no ceden el paso si circulan en línea recta por una calle o avenida que el peatón intenta cruzar en la esquina y por la senda peatonal, porcentaje que se reduce el 84% si se trata de doblan en una esquina que una persona está por cruzar caminando.
«Entre todos podemos realmente transformar el tránsito de Argentina y desprendernos de esta actitud que nos avergüenza ante todo el mundo, particularmente ante los extranjeros que nos visitan acá», concluyó el presidente de Luchemos por la Vida.