El sector editorial argentino demandó el viernes al gobierno que restituya una ayuda que venía entregando para el pago de salarios a más de 10.000 empleados durante la pandemia de coronavirus, en momentos en que enfrenta una crisis que provocó una profunda caída de la producción y venta de libros.
Representantes de la industria gráfica, editoriales y librerías dijeron en una rueda de prensa que la producción y venta de libros venía sufriendo un desplome del 50% en los últimos años y que las restricciones implementadas desde marzo para contener la propagación del COVID-19 en Argentina habían profundizado la caída a cerca del 80%.
Desde abril, el gobierno venía pagando al sector la Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP), un programa para dar alivio económico inmediato a las empresas y trabajadores afectados por la caída de la actividad debido a las medidas implementadas durante la pandemia. Pero este mes, decidió retirar esa ayuda a la industria editorial por no considerarla «crítica».
La caída en las ventas afectó también los ingresos de los autores y la producción de nuevas obras, resintiendo a todos los eslabones de la industria editorial.
«El tema se ha agravado cada vez más, se ha alargado en el tiempo, se ha convertido en una agonía y en este momento creo que es terminal sacar eso (el ATP) porque no podemos hacer frente a los sueldos y las ventas son miserables«, dijo José Roza, presidente de la Federación Argentina de Librerías, Papelerías y Afines (FALPA), en una rueda de prensa vía Zoom.
Según los representantes, el Ministerio de Cultura está analizando la situación. Fuentes oficiales no respondieron inmediatamente a un pedido de comentarios sobre el tema.
La Argentina tiene una fuerte industria editorial, librerías en cada vecindario y una de las más importantes ferias del libro de América Latina, que este año debió postergarse por las medidas tomadas por el gobierno para frenar el avance del COVID-19. Solo en la ciudad de Buenos Aires hay más de 400 librerías, que son el principal canal de comercialización de libros, según fuentes del sector.
Muchas reforzaron sus canales de venta por internet durante los últimos, pero esto no llegó a compensar la caída sufrida por las restricciones, que implicaron menor circulación de personas y reticencia a gastar en libros en medio de una crisis económica agravada por altos niveles de inflación y pérdida de empleos.
La caída en las ventas afectó también los ingresos de los autores y la producción de nuevas obras, resintiendo a todos los eslabones de la industria editorial.
«La situación en la que nuestro sector se encuentra viene de arrastre de años anteriores y la pandemia ha causado tremendos estragos en nuestra capacidad económica y financiera. Muchísimas familias dependen del libro. Más allá de una industria, el libro es un vector de cultura y de educación«, dijo Rodolfo Reyna, presidente de la Cámara Argentina de Publicaciones.
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