Por Fernanda Arena
Dicen que siempre se vuelve al primer amor. A veces, se da más rápido de lo esperado; otras, se hace desear un poco más. En algunas ocasiones tarda toda una vida. Es más, algunas personas ni siquiera llegan a experimentarlo. Podríamos decir que Adrián Suar siempre ha sido un hombre apasionado. Sin embargo, le tomó veintisiete años reencontrarse con su gran amor: el policial.
Tras el éxito de “Poliladron” (1995-1997) y “Comodines” (1997), había coqueteado con el género en “22, El Loco” (2001), pero nunca más había protagonizado una película de acción con todas las letras. Así es como de la mano de “Jaque Mate” volvió a brillar en pantalla grande con un producto de estas características. Tras el paso del film por el cine, desde el 1 de marzo también se puede ver por streaming en la plataforma Prime Video.
En esta ocasión, Suar es un agente secreto retirado (Duque) que se ve obligado a volver al ruedo cuando secuestran a su sobrina de forma repentina. Mientras busca la forma de solucionar las cosas (y al mejor estilo ‘Misión Imposible’), reúne a un grupo de viejos compañeros de aventuras, cada uno con una habilidad diferente para vencer al villano de turno.
Para este regreso, se aseguró a un elenco de lujo con actores nacionales e internacionales. Una mega producción a la altura de cualquier película producida en Estados Unidos. Quizás por eso esperó tanto…
¡Felicitaciones! Regresa al género de acción después de tantos años, con elenco internacional, gran producción, tipo Tom Cruise, ¿qué más puede pedir?
-Me voy a creer lo de Tom Cruise (sonríe con un poco de vergüenza, pero a su vez se pone contento por la comparación)
Pero claro, con esta película está a la altura de una ficción de Hollywood. ¿Lo siente así?
-Sí, los dos tenemos casi la misma altura (vuelve a bromear con la comparación a Cruise que, por cierto, no usa dobles de acción en las escenas de riesgo). Fuera del chiste, estoy feliz. El género de acción me encanta. Lo noto como un elogio porque alcanzamos un nivel de producción que equivale a un productor de Hollywood, y por eso también se da la comparación, un poco en chiste, un poco en serio, con Tom Cruise. Nos propusimos que no fuera una película trucha. Los tiros, la acción: todo tenía que ser creíble. Y eso es difícil de lograr porque necesitás que se filme bien, valor de producción, estar a la altura de lo que el público ya conoce y vio millones de veces en otras películas de acción. Entonces ya sabe cuándo una producción es más trucha o menos trucha. Yo estoy muy orgulloso de haber hecho esta película. Lo hicimos con “Comodines” en 1997 y lo volvimos a hacer ahora con el mismo director -Jorge Nisco- y con todo este elenco maravilloso internacional.
Se preparó más para este personaje que en aquel entonces. Tengo entendido que entrenó unas tres o cuatro veces por semana.
-Sí, entrené durante un mes y medio muy duro. Todas las peleas, volver a agarrar un arma, caerme, levantarme, tener una actitud corporal para la acción…todo eso me llevó mucho trabajo. Si bien tengo la predisposición natural porque me gusta y me la recontra creo, tenía que volver al ruedo con todo. Cuando estoy con un arma y una cámara me genera una adrenalina increíble que, a mi manera de ver, puedo encausar e interpretar muy bien.
¿Extrañaba el género de acción?
-Realmente sí, por eso quise volver de esta manera, con un valor de producción alucinante. Amazon se sumó a esta idea y me apoyó con actores internacionales: Maggie Civantos, la actriz de “Vis a Vis” y “Las chicas del cable”, José Eduardo Derbez y Tsahi Halevi de “Fauda”.
Y buenos talentos locales también…
-Mike Amigorena, Benja Amadeo, Charo López, Diego Cremonesi, la verdad que el elenco argentino es fantástico.
LA CULTURA EN PELIGRO
A partir del proyecto frustrado de la llamada Ley Ómnibus, se instaló en el país un debate sobre el presupuesto que Nación destina a Cultura. Entre otros cuestionamientos que recibió la ley estaba el dinero que se recortaba a esa área sensible.
NW: – ¿Cuál es su reflexión al respecto como referente de la industria?
-En principio me gustaría decir que el cine es autárquico. Si bien hay un porcentaje que Nación le da, se financia sólo con las películas, con la venta de entradas y demás. Y eso es por ley. Uno puede entender que hay cosas para mejorar, pero desfinanciar al cine me parece una locura. Creo que hay mucha desinformación. Generalmente pasó en los diferentes gobiernos de los últimos treinta años.
Cada vez que escucho que hablan de la cultura o cuando opinan del Instituto de Cine, o del Instituto Nacional del Teatro o del Fondo Nacional de las Artes, hablan sin conocimiento de causa. No conocen bien de lo que hablan. Entonces, una cosa es mejorar y otra muy distinta es desfinanciar. Cuando lo querés desfinanciar lo estás matando.
¿Siente que existe una contradicción?
-Sí, se habla mucho de querer salir al mundo, de no quedarnos atrás, y sin embargo vamos camino a ser Venezuela. Con todo el respeto que se merecen los ciudadanos venezolanos. No es por ellos, sino por las políticas que se implementaron y que los dejaron afuera del mundo. Cuando en la Argentina se quieren hacer este tipo de cosas, para mi modo de ver, empezás a estar fuera del mundo. Yo soy de los que creen: no desfinancies la cultura, ponete como objetivo mejorarla.
“Milei necesita más voces en el Gobierno explicando cuáles son los beneficios de sus medidas”
Es necesaria la ayuda del Estado
-Pasa en las grandes potencias. En Francia el Estado ayuda, en Estados Unidos también. No es ajeno. Y, además, que el Estado solo se fije en qué te doy y qué me das desde el punto de vista económico es una manera de ver la cultura con muy poca empatía y de tomarla como una mercancía.
Una cultura que nos ha dado y nos da en el presente tanto reconocimiento a nivel internacional…
-Además, el gasto que representa la cultura en el presupuesto nacional es del 0,2 por ciento. Y lo que genera es mucho más. Hay una frase que tomo de un amigo que dice así: a los argentinos nos hicieron más daño las malas decisiones de los economistas que las obras de los artistas. Las obras de los artistas han generado mucho dinero, pero los economistas nos hicieron muchísimo daño. ¡Si hiciéramos un Excel con el debe y el haber, seguramente los artistas no estamos en el debe y los economistas si!
La cultura y el arte nos salvan finalmente, y nos han salvado en situaciones críticas como la pandemia, por ejemplo.
-¡Pero claro, un poco de coherencia por favor!
El FIN DE UNA ERA
A treinta años de su creación, Pol-ka deja de producir. El anuncio impactó a la industria audiovisual. La productora de cine y TV fundada por Adrián Suar y Fernando Blanco anunció el cese de actividades, lo que representa el fin de una época marcada por la creación de ficciones inolvidables. “Poliladron”, “Gasoleros”, “Soy Gitano”, “Campeones” o “Vulnerables” son solo algunas de ellas.
¿Qué va a pasar con el futuro de Pol-ka y la crisis que padece la ficción en televisión abierta?
-Es fuerte para todos los que integramos Pol-ka. Es un golpe, pero a su vez es un duelo que vengo haciendo hace unos tres o cuatro años. Sabía que el agua me iba a tapar por la forma en que ha cambiado la industria y cómo se hace ficción en la actualidad. Durante más de veinticinco años hicimos una tira diaria todos los años. En 2024 no la vamos a hacer, no sé si la haremos en 2025. Personalmente, más allá del cierre momentáneo de Pol-ka, estoy muy agradecido y muy orgulloso por todo lo logrado. Con las cosas buenas y con las cosas malas que hice. Fue una escuela personal y que compartí con todos los integrantes de la productora. Nos fuimos formando todos desde chicos. Tenía veinticuatro años cuando la armé. Recibo llamados de autores, directores, actores y técnicos con los que trabajé y me dan el pésame. Yo estoy bien y los llevo en el corazón a todos. Estoy bien por la tarea cumplida y seguramente es una página que cerró y que voy a volver a abrir porque yo moriré como productor. Para mi es un hasta pronto, voy a volver.