En el marco de la crisis internacional por la invasión a Ucrania, la Academia de Cine de Rusia informó que el país no presentará ninguna producción como candidata nacional para participar de los premios Oscar de la Academia de Hollywood en la categoría “Mejor Película Internacional”.
Es la primera vez en décadas que Rusia no presenta una película en la competencia y los artistas de ese país denuncian que se trata de una decisión puramente política, “unilateral”, “injusta” e incluso “ilegal”, al considerarla un boicot contra los premios más importantes de la industria del cine.
El líder del comité ruso, Pavel Tchoukhraï, publicó una carta (difundida por el sitio especializado Variety), en la que criticó fuertemente la decisión y presentó su renuncia junto a otros destacados artistas y productores, como Nikolaï Dostal, Sergey Selyanov, Vladimir Kott y Andrey Zvyagintsev.
Según afirman, el boicot ruso a los Oscar responde al creciente clima de tensión ante una escalada en la llamada “operación militar especial” de Rusia en Ucrania, con la amenaza de utilizar armas nucleares por parte de Vladimir Putin. EEUU prometió intervenir en favor de Ucrania si esto ocurriera. El líder ruso aseguró que EEUU está al borde cruzar la “línea roja” y pasara formar parte directa de una conflicto en el que hoy participa a través de armas y financiamiento.
El destacado realizador ruso Nikita Mikhalkov, director de la Unión de Cineastas de la Federación, apoyó la decisión de no presentarse y explicó que «no tenía sentido» seleccionar una película local y enviarla a un país que «niega la existencia» de Rusia.
Y esa postura fue compartida por la directora y guionista Karen Shakhnazarov, una de las integrantes del comité de selección, quien además comparó a EEUU con la Alemania nazi. «Mandar un filme a EEUU sería como mandar uno a Alemania durante la Segunda Guerra Mundial para obtener el premio del Tercer Reich», aseveró.
Asimismo, la agencia Télam cita al productor Evgeniy Gindilis, exmiembro del equipo de selección para el Oscar, quien renunció a su cargo en febrero, en el inicio de la invasión, y afirmó: «No podemos hacer como si nada cuando estamos en guerra. Dejé el comité luego de que Rusia invadiera Ucrania. Si bien está mal que festivales de cine o ceremonias de premios boicoteen las películas rusas, no siento que esté bien participar y promocionar filmes rusos en este momento«.
El cine ruso vivió un verdadero boom en los circuitos internacionales a partir de que «Loveless», de Andrey Zvyagintsev, fue nominada en 2017. Al año siguiente, «Beanpole», de Kantemir Balagov, se metió entre las candidatas; y finalmente, en 2021 fue seleccionada «Dear Comrades», de Andrei Konchalovsky.