Pinturas dañadas, estatuas grafiteadas, el reloj Luis XIV destrozado: la horda de bolsonaristas que invadió las sedes de los tres poderes en Brasilia, capital de Brasil, destruyó todo a su paso, incluidas obras de arte de valor incalculable.
Los tres edificios vandalizados, el Palacio Presidencial de Planalto, la sede del Tribunal Supremo y la del Congreso, son tesoros de la arquitectura moderna de Oscar Niemeyer.
Las construcciones futuristas con curvas emblemáticas de este genial arquitecto han sido suficiente mérito para que la Unesco clasificara al tejido urbano de la capital brasileña como Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1987.
Cada uno de los tres edificios de los que se rompió una cantidad impresionante de ventanas, también estaba lleno de muebles raros y obras de grandes artistas brasileños. Así como de donaciones artísticas hechas por otros países a Brasil.
El Instituto del Patrimonio Histórico Artístico Nacional (Iphan) “lamentó profundamente los daños causados”. Aseguró en un comunicado que próximamente realizará una pericia para “evaluar las necesidades de restauración”. A continuación, una lista de las piezas más icónicas dañadas.
ESTATUA “LA JUSTICIA” Y EL RELOJ DE LUIS XIV
La estatua de granito “La Justicia”, esculpida en 1961 por el brasileño Alfredo Ceschiatti, se encuentra frente al Supremo Tribunal Federal, en la Plaza de los Tres Poderes, frente al palacio presidencial. Esta obra monumental de más de tres metros de altura representa a una mujer de rodillas, con los ojos vendados y una espada en la mano.
El domingo fue grafiteada, con la leyenda “Perdeu, mané” (“perdiste, pobre idiota”) en el pecho. Uno de los jueces de la Corte Suprema, Luis Roberto Barroso, utilizó esa expresión para dirigirse a un bolsonarista que lo increpó sobre la confiabilidad de las urnas electrónicas. Hecho que ocurrió en noviembre pasado. Esto durante un viaje del magistrado a Nueva York, poco después de la derrota de Jair Bolsonaro frente a Luiz Inácio Lula da Silva en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.
En el suelo, en el tercer piso del Palacio Presidencial, se encontró un reloj hecho por Balthazar Martinot, relojero del rey de Francia Luis XIV, de marquetería Boulle. Igualmente un cofre marrón y dorado muy dañado, con un agujero abierto en lugar de la esfera. Según la Presidencia, el objeto fue un regalo de la Corte del “Rey Sol” a la corona portuguesa. Este fue traído por el rey Juan VI a Brasil en 1808, cuando huía de Lisboa ante la llegada de las tropas napoleónicas.
Este relojero solo fabricó dos relojes de este tipo. El otro, que tiene la mitad del tamaño del dañado en Brasil, se exhibe en el Chateau de Versailles. La restauración del ejemplar de Brasilia es considerada “muy difícil” por Rogério Carvalho, responsable del patrimonio de los Palacios Presidenciales.
PINTURA DE 1,4 MILLONES DE EUROS SEVERAMENTE DAÑADA
El cuadro “Las mulatas”, del pintor Emiliano Di Cavalcanti, uno de los maestros del modernismo brasileño, expuesto en el Salón Noble del tercer piso del Palacio Presidencial, resultó severamente dañado. El lienzo que data de 1962 fue “apuñalado siete veces” por los atacantes, según la presidencia. Este representa a cuatro mujeres en un exuberante decorado vegetal.
“Su valor se estima en 8 millones de reales (unos 1,4 millones de euros), pero este tipo de obras suelen venderse por cinco veces más en las subastas”, señalaron las autoridades.
En tanto, la “mesa de trabajo de Juscelino Kubitscheck”, el visionario expresidente brasileño por detrás de la idea de Brasilia. La capital construida de cero en medio de la sabana e inaugurada en 1960, también resultó dañada. Esta mesa de color marrón oscuro, diseñada por Oscar Niemeyer y su única hija Ana María, fue derribada y utilizada como barricada por los radicales. Lo anterior, con el fin de bloquear el acceso de las fuerzas del orden al recinto, informó la Presidencia
Publicado en cooperación con Newsweek en Español