Una ficción que revive un hecho trascendental para Argentina. Después de tres años de trabajo, F. G. Labandal publica su obra 33 años sin llorar y se convierte en uno de los cinco finalistas del Premio Literario Amazon 2018. Un libro que reúne el odio, la venganza, el dolor y ante todo, el amor.
¿Cómo te definirías a vos mismo?
Agregaría a la información de mi biografía que, además de escritor y periodista, soy un lector compulsivo. He leído mucho, pero considero que las influencias de Agatha Christie, Dorothy L. Sayers y Pat Conroy moldearon mi escritura. Mis libros son ficciones de misterio y suspenso en las que imprimo mi conocimiento en medicina. Y también, exploran el impacto de la soledad, el amor, el crimen y la necesidad de justicia.
¿Cómo nace la historia de tu libro 33 años sin llorar?
Me llevó tres años hacer la novela, así que, para ser sincero, no recuerdo bien cómo nació. Viendo las conmemoraciones del aniversario de la Guerra de Malvinas, pensé que, en algún momento, me gustaría hacer una ficción al respecto.
Podemos intuir que hubo, por detrás, un intenso trabajo (por ejemplo, en la documentación sobre los sucesos del conflicto de Malvinas, en la confección de los personajes y su psicología, y hasta en la construcción de una prosa tan prolija). ¿Qué nos podrías decir al respecto?
Fue una novela compleja de diagramar y de escribir justamente por eso mismo: tuve que documentarme con varios libros para ponerme en la piel de los personajes. Yo era chico en 1982, no recuerdo nada de lo que se vivió en la Argentina durante el conflicto. Respecto a la prosa, te agradezco lo de la prolijidad, porque cuando escribo me esfuerzo por llegar al lector de la manera más eficiente. Por eso soy de esos que hacen muchas reescrituras.
El protagonista, Eduardo, es un periodista. ¿Cuánto de vos puede decirse que tiene?
Desde el punto de vista profesional, solo algunas características, no más, ya que hago periodismo enfocado a la literatura. Desde lo personal, Eduardo (el protagonista) y yo somos muy diferentes.
Es muy claro el mensaje que transmite el libro acerca de la venganza, el odio y la redención. Sin embargo, ¿hay algo que quieras agregar?
Agregar no, solamente resumir. En 33 años sin llorar quiero mostrar que el odio y la venganza muchas veces disfrazan una profunda culpa. Son fuerzas que te distraen del verdadero dolor. Y que, siempre, el camino es el amor.
Vemos en tu obra alguna influencia del arte cinematográfico: por ejemplo, en el estilo narrativo, donde el foco se mueve como el ojo de una cámara entre los personajes principales, observando y retratando situaciones desde diferentes ángulos… ¿Dirías que hay algo de eso?
Sí, lo diría. El cine me gustó desde que estaba en la cuna. Aunque es otra forma de narrar, otro lenguaje, tiene muchos puntos en común con la literatura. No en vano se han adaptado infinitas obras literarias. El cine se nutre de la literatura. Y la literatura, por qué no, del cine.
33 años sin llorar es una de las cinco novelas finalistas del premio Amazon 2018, un concurso que atrajo a más de 2400 autores de 43 países de habla hispana. ¿Qué significa eso para vos?
Significa una gran recompensa al tiempo y al esfuerzo que me llevó escribir 33 años sin llorar. No sé si existen concursos con tanta cantidad de obras de tantos países diferentes, así que imaginate la alegría que sentí cuando me llamaron para comunicarme que era el único representante del continente americano que había quedado entre los cinco finalistas.
¿Cuáles considerás que son tus influencias, literarias o de otro tipo, a la hora de sentarte a escribir?
Me gusta la novela negra, pero también las historias de amor y los dramas. Me atrapan aquellas que dedican espacio al desarrollo de la psicología de los personajes. Pat Conroy era un maestro en ese aspecto. Digo era porque falleció hace dos años.
¿Cómo ves el mercado editorial de hoy en día, por ejemplo, con el auge de las autopublicaciones y la propagación de los libros en formato digital?
Pienso que han saturado la oferta de libros. Muchos dicen que, gracias a la autopublicación, hay más escritores que lectores. No sé si es así. Tal vez sí. Pero los últimos datos muestran que el libro impreso ha crecido gracias a esto. Paradójico, ¿no? La conclusión es que no podemos saber cuál será el futuro de la industria literaria.
¿Algún proyecto en el que estés trabajando actualmente y del que quieras hablarnos?
Estoy trabajando en una novela que quiero terminar para el año que viene. En ella, uso un único punto de vista para mostrar los efectos devastadores de la sospecha en la psiquis de una persona. ¿Cómo se le puede dar batalla a un oponente invisible como la sospecha?
Gentileza Mustique.