Un hombre que batalló contra la pobreza y debió incurrir en los simbolismos para denunciar el accionar de duros regímenes de gobierno.
La dura vida del escritor
A pesar de su escueta estadía en el planeta, se podrían escribir varias páginas sobre su vida. No es la intención de la nota; de todas maneras resulta imprescindible conocer los sucesos relevantes de su biografía para comprender el mensaje que ha deseado inmortalizar.
Eric Arthur Blair nació en una colonia británica de la India y, más adelante, se escudaría bajo el nombre de Geroge Orwell. Sí, se escudaría.
En 1905 desembarcó en Inglaterra con su madre y su hermana Marjori. Se establecieron en Notting Hill, Londres. Cuatro años después, estudió en una escuela parroquial situada en Henley. No se sabe mucho sobre este segmento de su vida pero se infiere que habría deslumbrado a sus profesores dado que en 1911 fue becado a St. Cyprian, en Eastbourne, Sussex (escuela de renombre). Desde temprana edad, Eric buscaba la libertad de pensamiento, como si hubiera llegado al mundo con ese propósito. St. Cyprian no era el lugar correcto para ello.
Congenió con los métodos educativos en las escuelas de Wellington y Eton y entabló relaciones que le permitirían dar a luz sus primeros escritos.
Urgido de dinero, ingresó en la Policía Imperial India en Birmania (actual Birmania), sitio que plantó en su interior la semilla del odio hacia el imperialismo y la regó durante más de cuatro años. La germinación consecuente se plasmó en las obras Los días de Birmania, Un ahorcamiento y Disparando a un elefante.
Regresó a Inglaterra en 1928.
En su escrito Sin blanca en París y Londres confiesa haber atravesado años de indigencia y sobrevivido gracias a pequeños y variados trabajos. La salud le jugó una mala pasada y lo obligó a marcharse a Hampstead; lugar donde se desempeñó en una tienda de libros de segunda mano. Suceso revelado de manera sintética en la novela Mantened la Aspidistra izada.
La obsesión por vivir de la literatura sobrevivió a intentos vanos y a surtidas labores como la de lavaplatos.
El año 1933 cambió la vida de Eric Blair y también cambió su nombre.
En Hayes, Middlesex, fue escritor del New Adelphi y redactó Sin blanca en París y Londres. Temeroso de la opinión de sus padres, decidió esconderse tras un seudónimo. Lo creó aunando su afecto por la tradición inglesa (Jorge V era el soberano) y lo emblemático que le resultaba el río Orwell, en Suffolk.
Expuso, en diferentes obras, su lucha contra la enfermedad, su soledad y su esfuerzo por sobrevivir a costa de actividades menores. Por ejemplo, La hija del clérigo (1935) y Mantened la Aspidistra izada (1936).
Instado por el Left Book Club a hurgar en la clase obrera inglesa, Orwell redactó El camino a Wigan Pier (1936; año donde contrajo matrimonio con Eileen O´Shaughnessy y adoptó un niño, Richard Horatio Blair). Experimentó en carne propia la crudeza de la indigencia y la explotación laborar; no obstante permaneció pasivo: nunca ejerció la política ni formó parte de asociaciones.
En El camino a Wigan Pier desnudó las condiciones extremas de trabajo de los mineros del cobre y presentó un ensayo político con marcados matices de denuncia.
A fines de 1936, en Barcelona, combatió en el partido POUM, con ideales cercanos a los de Trotsky. Pagó el precio por su accionar guerrero: recibió un tiro en el cuello, el 20 de mayo de 1937. Sacó rédito de la experiencia y lo plasmó en Homenaje a Cataluña. Puso al descubierto las falencias de los revolucionarios anarquistas, la influencia de Stalin en el Partido Comunista de España y el uso de la manipulación informativa.
El gobierno de Negrín reprimió al POUM y Orwell, en Barcelona, rozó tangencialmente la muerte.
No podía mantenerse ocioso durante la Segunda Guerra Mundial. Fue miembro de la Home Guard y recibió la Medalla de la Defensa. Grabó sus convicciones en Diario de guerra.
En 1941 declaró «sentirse como una naranja que ha sido pisoteada por una bota muy sucia». Se refería al trabajo que ejecutaba para el Servicio Oriental de la BBC. Debía obtener el apoyo de la India y del este de Asia en beneficio de los ejércitos aliados.
Dos años luego, resignó parte del salario para transformarse en columnista y editor del Truibune, la revista izquierdista de emisión semanal. Viudo, volvió a contraer matrimonio en 1949.
Vencido por la tuberculosis, el 21 de enero de 1950, murió en Londres a los 46 años edad. Sus restos reposan en Sutton Courtenay, Oxfordshire.
Obra literaria
Fue reconocido principalmente como periodista. Las obras más relevantes de esta índole han sido señaladas en el apartado anterior; sin embargo, el lector contemporáneo se ha familiarizado con sus dos exitosas novelas: Rebelión en la granja y 1984.
Rebelión en la Granja
¿Cómo evitar la censura en un entorno totalitario? Denunciar por medio de una fábula: animales como personas. Sátira política.
Tras la fachada del entretenimiento esconde la crítica. Su objetivo era llegar a las masas, por lo tanto resultaba adecuado la utilización de un lenguaje llano.
En los animales se reconocen los aspectos humanos. La mayor parte de la Granja se hallaba ocupada por ovejas, fácil de seducir por el cerdo líder.
El carácter satírico se manifiesta en los animales empleados para representar la rebelión: los cerdos (no las vacas, caballos, etcétera). Los cerdos convencen a los animales para generar la rebelión y alzarse en el poder; sin embargo, cuando lo logran, establecen una dictadura.
Los cerdos se convierten en hombres. Y como Orwell dijo: «todos los animales son iguales. Pero algunos son más iguales que otros».
1984
Orwell profundiza de manera metafórica en los hechos y sus consecuencias, los personajes y sus conflictos. Recreando fantasías, nos transporta a los lindes de la realidad.
No pretendo profundizar en el desarrollo de su novela más reconocida: 1984; no obstante la citación de los pilares del argumento generará debates y una inevitable traslación a la actualidad.
En 1984 el escritor propone la escisión del mundo en tres bloques: Oceanía, Asia Oriental y Eurasia. ¿Quién es el verdadero enemigo de Oceanía? ¿Es la realidad lo que vemos y escuchamos? ¿El pasado puede ser manipulado?
Gran Hermano era quien conducía los destinos del partido en Oceanía. Su imagen vigilaba el exterior (parques, calles, cines, etc.) y el interior de cada hogar. Los organismos de control se dividían en cuatro: el Ministerio de la verdad: difundía las noticias, las bellas artes, el cine, la educación etc.; el Ministerio de la paz: regulaba de los pormenores de la guerra; el Ministerio del amor: celaba la ley y el orden; el Ministerio de la abundancia: dirigía la economía.
Un inglés reducido constituía la neolengua de Oceanía. Lo que no se lee, no se piensa. Y lo que no se piensa, no se hace. Las palabras generan ideas que motorizan acciones. Por ejemplo, para evitar que la población pensara en libertad, se eliminaban todos los significados relacionados a ello. El concepto real de la palabra se esfumaba de manera progresiva.
La tecnología de Gran Hermano ejercía un control exhaustivo sobre la vida de los individuos. La aniquilación de la privacidad, el adormecimiento de las mentes. El manejo de las masas. ¿Le resulta familiar?
Nada de esto se obtenía sin infundir temor. Gran Hermano proclamaba el peligro que suscitaba Emmanuel Goldstein: enemigo del sistema, perteneciente al grupo de La Hermandad y autor de El Libro (tesis revolucionaria). Si obedeces a Dios, te proteges del diablo.
Cerca del 90% de la población se hallaba constituida por las proles. Clase trabajadora y humilde etiquetada por Gran Hermano como “no peligrosos”. A más ignorancia, menos control.
El ciudadano Winston Smith medía sus acciones de manera rigurosa. Incluso sus pensamientos (acechados por la Policía del Pensamiento). El crimental (quien cometía crímenes con el pensamiento) era vaporizado (borrado de la historia).
Trabajó en el Ministerio de la verdad, manipulaba el significado del lenguaje. Allí, se relacionó con Julia y O Brien quién lo sedujo: Nos encontraremos en el lugar donde no hay oscuridad. Negado a considerarlo utópico, Winston Smith se arriesgó a transitar las calles de los proles. Obtuvo dividendos: El señor Charrington le alquiló un cuarto carente de telepantallas (sin el control de Gran Hermano).
Se vinculó sentimentalmente con Julia, laborista del partido y miembro de la liga anti-sex. Mantuvieron el vínculo encerrados en la habitación del señor Charrington.
En reiterados encuentros, O Brien, le manifestó su postura favorable hacia los pensamientos de Goldstein; incluso le entregó El Libro.
Winston lo leyó en su refugio. La función de la guerra: mantener la economía de los tres implicados. Julia no comulgó con su accionar. Finamente fueron hallados por una telepantalla en la habitación de Charrington, La policía de pensamiento arribó de inmediato.
Winston fue trasladado a una celda rodeada de telepantallas. ¿O Brien acudiría a rescatarlo?
El destino final: la habitación 101. Allí, el por el propio O Brien lo torturó y le reveló que Julia lo había denunciado. Y agregó: “sí el partido asegura que éstos cuatro dedos son en realidad cinco, es por que es cierto”. El partido, la estructura que durará para siempre.
¿Existen Gran Hermano y Emmanuel Goldstein?
La propaganda del partido manipulaba la información. Aseguraba que Goldstein había dejado Oceanía y congregado agentes en La Hermandad; representaba el mal, la disolución del Estado. Convenía aliarse al “bien”. Goldstein nunca fue visto y sus agentes pertenecían a la policía secreta del régimen, sicarios de Gran Hermano. En El Libro se presentan un puñado de obviedades.
Las premisas ayudan a concluir que Gran Hermano ha sido el arquitecto de Goldstein, instrumento de regulación utilizado para capturar disientes y ejecutar las peores atrocidades.
Por otro lado, en 1984 nadie ha observado a Gran Hermano porque éste no aparece en público. Es el Dios, el Estado, el bien, quién proporciona la ciencia, la tecnología y la protección. De origen incierto; no se sabe cuando irrumpió.
Goldstein y Gran Hermano: relación simbiótica; uno no podría vivir sin el otro. Si Goldstein no existía, ¿por qué Gran Hermano habría de existir?
Hallamos notables similitudes en las reminiscencias históricas. En la independencia de las repúblicas que formaban la URSS intervinieron fuerzas religiosas, nacionalistas y civiles, con la colaboración exterior de El Vaticano, Irán y los Estados Unidos. Ningún partido trotskista accionó; no obstante el mensaje oficial de Stalin señalaba a Trotski como el traidor, creador de los padecimientos del país.
Stalin necesitaba a Trotsky como Gran Hermano a Goldstein. De manera análoga, ¿existieron Stalin y Trotski?
Si repasamos la historia del escritor (al principio de la nota), comprenderemos que Orwell conocía a la perfección el accionar de las milicias trotstkistas del POUM y sufrió censuras por exponer las falencias del estalinismo.
La crítica a la represión de las milicias del POUM en Homenaje a Cataluña, la persecución de Snowball en Rebelión en la granja y la creación del personaje de Emmanuel Goldstein en 1984, denotan un alineamiento inequívoco a Trotski.
El mensaje de 1984. ¿El empeño es inútil?
Winston y Julia soñaban con la «verdadera libertad». ¿Actuaron en consecuencia? La lucha acabó como lo profetizaba el régimen. La pareja se traicionó y terminaron vaporizados. El disenso individual contra el sistema represor no era más que una utopía. Si no piensas como la masa adormecida por Gran Hermano, únete a ella de todas formas.
Novelas de otros escritores proponen un escenario idéntico; por ejemplo Soy Leyenda, de Richard Matheson. El personaje es el único humano entre otros convertidos en vampiros. Él es el extraño y la masa intentará transformarlo.
¿Acaso hoy la sociedad no se altera cuando alguien rompe paradigmas?
1984 en el cine y la televisión
La idea de un programa que durara las 24 horas del día, todos los días, llegó al cine en 1998 con la película The Truman Show, una crítica a la televisión dirigida por el australiano Peter Weir y protagonizada por Jim Carrey.
El film cuenta la historia de Truman Burbank (Carrey), el primer bebé adoptado por una corporación para un experimento televisivo. Habitante de un mundo irreal que consideraba verdadero (un set de filmación) controlado por cinco mil cámaras.
Al igual que en la novela de Orwell, Truman habitaba una realidad digitada por otro, donde sus movimientos y pensamientos se monitoreaban constantemente.
1984 y la actualidad
Alterar la realidad e infundir temor, los pilares utilizados por Gran Hermano. ¿Existirá algún gobierno en el planeta que actúe diferente?
Se puede atribuir cierto carácter profético a Orwell en referencia a la neolengua de 1984. Digo cierto, porque el lenguaje de hoy ha sido ampliado y no reducido, producto de la tecnología, la ciencia, la política y la televisión. Crecimiento ubicado en las antípodas del dominio. ¿Quién no ha oído a los políticos parafrasear durante horas sin aportar nada? Discurso variado y vacío.
En 1984 los ciudadanos carecían de derechos. En el siglo veintiuno abundan las contiendas étnicas, religiosas, políticas y ambientalistas. Reclamos de diferente índole plasmados en sonoras manifestaciones. A Estados Unidos, el Gran Hermano de nuestros tiempos, le invaden el espacio aéreo y le derriban dos torres; y le averían el pentágono.
Quienes intentan manipular la verdad ven filtraciones a través de arrepentidos. La información circula por internet casi al instante de un extremo al otro del mundo. Los límites de la verdad se han tornado difusos.
La trilogía Matrix, de los hermanos Wachowski, se basó en los cimientos racionales de George Orwell. Un mundo virtual exacto creado por máquinas inteligentes que diagramaban la verdad con notable facilidad. Los humanos transitaban como sonámbulos; sus mentes, manipuladas. Pero, como he dicho antes, siempre surge quien lo advierte e intenta escapar de la “bella prisión”. Morpheus, para difundir la nueva realidad, daba a escoger entre dos pastillas: la roja, significa el cambio; y la azul, continuar en la ignorancia.
La matrix representa el bagaje de creencias y pensamientos automatizados que nos guían por los quehaceres diarios. La masa esquiva a todo cuestionamiento existencial; la pastilla azul.
¿Usted que pastilla elige?
Por FG LABANDAL