El 22 de octubre de 2024, acompañado por un psicólogo y un intérprete, Geoff Payne declaró ante el fiscal Andrés Madrea, encargado de investigar la muerte de su hijo Liam Payne.
El joven, ex integrante de One Direction, había caído desde el balcón de su habitación en el tercer piso del hotel CasaSur en Palermo, apenas ocho días antes. Su padre llegó a Buenos Aires dos días después del fallecimiento, visitó el hotel y, conmovido, observó el santuario improvisado por fans de su hijo, quienes encendieron velas y dejaron mensajes de despedida.
Durante su estadía en el país, Geoff permaneció en el hotel Casa Lucía, mientras la investigación revelaba detalles perturbadores: el cantante tenía en su organismo rastros de cocaína, alcohol y el antidepresivo sertralina, cuya combinación habría provocado una crisis mental. También se confirmó que había contactado a dos trabajadoras sexuales horas antes de su muerte.
Payne padre conocía al empresario argentino Rogelio “Roger” Nores, quien acompañaba a Liam en el país y lo mantenía informado sobre su estado, pero las circunstancias detrás del trágico desenlace generaron dudas y acusaciones.
En su declaración, Geoff describió su relación con su hijo como cercana y fluida. Ambos se veían regularmente en Londres y compartían momentos con Bear, el hijo de Liam. Aunque el cantante había decidido vivir desconectado, sin teléfono, como método de protección contra las redes sociales y sus adicciones, la Policía descubrió que Liam poseía un celular en Argentina, utilizado para contactar a las trabajadoras sexuales. Este dispositivo, clave en la investigación, fue peritado tras su muerte.
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Según el testimonio de Geoff, las personas más cercanas a Liam durante sus últimos meses eran su novia Kate Cassidy y Roger Nores, quienes, según el padre, lo cuidaban por amor y amistad, respectivamente. Sin embargo, Nores fue quien notificó a Payne padre del fallecimiento de Liam mediante insistentes llamadas. “Tenés que venir a Argentina”, le dijo el empresario.
A partir de ese momento, las acciones de Nores comenzaron a generar sospechas, que finalmente derivaron en su procesamiento por homicidio culposo, junto a otros cuatro acusados, por haber suministrado cocaína al cantante.
El vínculo entre Nores y Liam era complejo. Mientras Geoff aseguraba que el empresario ayudaba a su hijo a reinsertarse en el mercado laboral de manera desinteresada, también admitió que notaba cómo lo alejaba de la música, su verdadera pasión, para enfocarlo en inversiones y negocios. Este cambio, aseguró, no beneficiaba a Liam, quien encontraba en la música su refugio.
Además, surgió la figura de Lourdes “Lula” Miranda, una cantante vinculada a Nores, cuya computadora fue secuestrada por la Justicia. Geoff declaró que ella, incluso, le envió mensajes de condolencias tras la muerte de su hijo, aunque nunca había compartido su número con ella.
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La relación entre los involucrados se tornó más complicada a medida que avanzaba la investigación. Correos internos del hotel CasaSur identificaron a Nores como el “manager” de Liam, aunque el empresario negó cualquier relación contractual con el cantante. Mientras tanto, Payne padre intentaba comprender los eventos que llevaron al trágico desenlace. “Roger parecía genuino al principio, pero luego intentó integrar a su novia en nuestro círculo de confianza, algo que no me parecía correcto”, aseguró en su declaración.
Hoy, la muerte de Liam Payne sigue envuelta en interrogantes. La conexión entre Nores, los acusados y las decisiones tomadas en los días previos a su fallecimiento continúan siendo analizadas por la Justicia argentina.
