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La gata Willow, una nueva huésped en la Casa Blanca
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La gata Willow, una nueva huésped en la Casa Blanca

La pareja presidencial de Estados Unidos finalmente cumplió una de sus promesas: instalar un felino en la Casa Blanca. Se trata de una gata atigrada de pelo corto llamada Willow, informó un portavoz de Jill Biden, esposa del presidente, Joe Biden.

Las imágenes publicadas por la primera dama en Twitter muestran a la mascota de rayas grises y blancas merodeando en el esplendor de la alfombra roja de la residencia presidencial.

Se trata de una mascota suave, cariñosa, que la Casa Blanca podría necesitar en estos días de tensión con Rusia, vertiginosa y contagios de covid-19.

Willow tiene habilidades políticas serias: de dos años, es una gata criada en una granja de Pensilvania, la zona cero de las reñidas elecciones presidenciales. Fue vista por primera vez en 2020 cuando saltó al escenario donde la futura primera dama estaba haciendo campaña.

“Willow causó una gran impresión” en el presidente Biden, dijo Michael LaRosa, secretario de prensa de la primera dama. “Al ver su vínculo inmediato, el dueño de la granja supo que Willow pertenecía al Dr. Biden”.

Y agregó: “Willow se está instalando en la Casa Blanca con sus juguetes favoritos, golosinas y mucho espacio para oler y explorar”.

La Casa Blanca de Joe y Jill Biden transmite una imagen de normalidad muy cuidada que rompe con el estilo del mandato de Donald Trump. Antes de la gata Willow, la misa dominical, un columpio y un perro eran algunas de sus novedades.

Donald Trump no tenía perro, algo inaudito para un presidente estadounidense en la historia reciente. Joe y Jill están rodeados de pastores alemanes. La muerte del viejo Champ, en junio pasado, mereció un comunicado de prensa.

Major, adoptado en un refugio, no fue capaz de adaptarse y fue enviado a un lugar más tranquilo después de que mordiera a dos empleados.

Ahora es Commander, un joven pastor alemán de largas orejas, el que retoza en los jardines del número 1600 de la Avenida de Pennsylvania. Ahora tiene que compartir el espacio con la gata Willow.

En tanto, mientras los hijos de Trump ocupaban puestos estratégicos, el clan Biden tiene un columpio bajo las ventanas del despacho Oval. Porque Joe Biden, junto a su esposa, desempeñan el papel de abuelos consentidores.

Los fines de semana, su predecesor iba a jugar al golf, con frecuencia a Florida. Pero Biden prefiere hacerlo en un entorno menos llamativo y en cuanto puede se escapa a la casa familiar de Delaware, donde se rodea de su clan, sobre todo de sus nietos. 

Publicado en cooperación con Newsweek México

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