La película La hija oscura (2021), dirigida por Maggie Gyllenhaal, está basada en el libro de Elena Ferrante y se estrenó en Netflix en diciembre. La cinta narra la historia de una mujer que se ha autodefinido como “madre desnaturalizada” por no cumplir con los cánones de la maternidad.
Las actuaciones dentro de la película son poderosas. La gran actriz Olivia Colman es capaz de ejercer los vaivenes del personaje principal, Leda, de pasar de la ansiedad y la depresión al disfrute. En el filme es acompañada por otras grandes actrices, como Dakota Johnson en el papel de Nina, y Jessie Buckley, como la joven Leda.
La película nos adentra en la historia de Leda, una mujer madura que decidió tomar unas vacaciones en Grecia. Durante sus tardes en la playa comienza a poner atención a una bella joven llamada Nina, quien tiene una hija y que se dibuja agotada por el cuidado de la menor. La obsesión de Leda por Nina comienza a tornarse en recuerdos sobre su propio proceso de maternidad.
Maggie Gyllenhaal decidió pasar el formato de la película a un thriller psicológico. Los recuerdos de Leda sobre el ejercicio de su maternidad y los sucesos con la familia de Nina van acomodando experiencias no gratas en torno a la maternidad. Además, muestran cómo la desesperación, la ansiedad y la frustración se vinculan con los trabajos de cuidar a los hijos.
¿LA “DULCE” MATERNIDAD?
Sentimientos de rechazo hacia la maternidad van creando una burbuja de culpa por el no cumplimiento del papel de la madre ejemplar. Así, la película parece plantear una pregunta incómoda: ¿qué pasa cuándo las madres se dan cuenta de que hubieran deseado no serlo?
Dos mujeres que cuidan de sus hijas, pero por diversas circunstancias reconocen que sus proyectos de vida se vieron afectados por una maternidad que llega por obligación femenina y no por deseo. Nos hacen preguntarnos si el plan de familia perfecta no obliga a muchas mujeres a ser madres.
Por otro lado, los recuerdos de la crianza de sus hijas que atormentan y al mismo tiempo cobijan al personaje principal abren perspectivas críticas. Sobre todo, respecto a cómo el trabajo de cuidados de las infancias, así como el desgaste físico y emocional, están cargados hacia a las mujeres.
Por un lado, se le exige con naturalidad a Leda hacerse cargo de sus hijas cuando el padre sale de viaje por trabajo. Pero cuando ella decide irse, el padre simplemente claudica la actividad de crianza, pretextándose como incompetente para ello. Así, se observa que para las mujeres simplemente se supone que la crianza es un acto natural.
En ese sentido, la película genera una reflexión extraordinaria cuando Leda se autodefine como “madre desnaturalizada”. Con ello deja en claro que el canon de la maternidad como una cualidad “natural” y adyacente a las mujeres es simplemente un constructo social.
Probablemente, una de las cuestiones más importantes de la película es plantear cómo las madres son mujeres con deseos sexuales, proyectos profesionales y afectos fuera de la maternidad. Ello muestra lo duro que puede ser dar cumplimiento a este rol abnegado de la maternidad que puede lograr agotar la existencia.
A la vez, mirar la película nos propone pensar en nuestras propias madres. Para reconocerlas no solo como esos seres que nos proveyeron cuidado y afecto, sino como seres deseantes. Incluso, podríamos extremar las conjeturas al preguntarnos: ¿cuántas cosas no dejaron atrás nuestras madres por criarnos?
EL MISTERIO DE ELENA FERRANTE
El nombre de la autora del libro, Elena Ferrante, es un pseudónimo. Tan solo Sandra y Sandro Ferri, los presidentes y cofundadores de Edizione E/O, son quienes conocen la identidad de la autora. Sus novelas se caracterizan por tratar las relaciones femeninas, la violencia por el cumplimiento de roles de género, las distinciones entre clases sociales y el deseo femenino.
Maggie Gyllenhaal declaró que tuvo comunicación con la autora solo vía correo electrónico y que ella le pidió expresamente que dirigiera el proyecto como condición para su conseguir su permiso. Además, Ferrante leyó el guion y permitió a la directora proponer su propio final, así como cambiar el ritmo narrativo por un thriller.
Para la directora la película, si bien tiene un hilo de suspenso psicológico, al mismo tiempo presenta las condiciones cotidianas de muchas mujeres que ejercen la maternidad.
Declaró a la prensa española: “Es una historia acerca de muchas de esas cosas sobre las cuales las mujeres hemos decidido permanecer en silencio de manera colectiva”.
La hija oscura ha ganado 19 premios. Entre estos, el Golden Osella del Festival de Cine de Venecia 2021, el Nyfcc Award de New York Film Critics Awards 2021. Y está nominada a mejor película, mejor director, mejor actriz de reparto y mejor guion en los Independent Spirit Awards.
También se encuentra nominada para los Critics Choice Awards y los Golden Globes, además de que obtuvo varios premios en los Gotham Awards.
Publicado en cooperación con Newsweek México