Por: Emilia Zavaleta, creadora de Mulanas*
Si de fortificaciones y campañas militares se trata, no pareciera ser obra de mujeres. La historia argentina guarda algunos secretos que pueden ser revelados simplemente con preguntar quién fundó este lugar, o qué hizo esa persona para que un edificio o museo lleve su nombre. Suelen ser las mujeres las que quedan escondidas bajo el manto del patriarcado, recordadas únicamente como aquellas que cuidaron del hogar, criaron los hijos y protegieron el ámbito doméstico para el bien de una nación. Sin desmerecer esa ardua tarea, muchas también han luchado a la par del hombre como también han sido pioneras fundando importantes ciudades del país.
En épocas donde la expansión del territorio en pos de una nación era objetivo primordial para las autoridades gubernamentales, se llevó una “Campaña al Desierto” entre 1878 y 1885 para conquistar las tierras que aún pertenecían a los pueblos originarios. Durante estas campañas los pampas, los ranqueles y los tehuelches sufrieron un proceso de aculturación, ya que sus tierras y bienes fueron despojados y su identidad destruida para convertirse en mano de obra forzada. Los fortines eran construcciones que se realizaban en diferentes puntos estratégicos para proteger al ejército en la conquista y también para resguardarse de los malones que atacaban a los invasores en forma de emboscadas. Desde el sur de la provincia de Buenos Aires, pasando por el corredor que atravesaba La Pampa, Río Negro y Neuquén, diferentes Fuertes se instalaron con dicho propósito. Los criollos y gauchos eran, en su mayoría, aquellos fortineros que seguían las órdenes del General Roca durante el gobierno de Nicolás Avellaneda. Pero también participaron mujeres, muchas siguiendo a sus hijos y esposos, y otras sumándose simplemente en busca de un destino prometedor.
Esta mujer fue la primera pobladora de Cutral Có – Plaza Huincul, y no lo hizo siguiendo a un marido militar, ni arrastrada por la fuerza de un ejército. Fue decisión suya en su nuevo rol de puestera y criancera.
La Plaza Huincul, dentro del departamento de Confluencia de la Provincia de Neuquén, le debe su origen a una de estas mujeres fortineras aparecidas durante la Conquista del Desierto. Su nombre era Carmen Fuentes y era conocida como “La Pasto Verde”, como solían apodar de manera burlesca a las mujeres que participaban de la campaña. Con apenas 15 años, según la reconstrucción de algunos registros, “Carmencita” fue agregada a las tropas del del 7º Regimiento de Caballería de la 4º División del Ejército, que arribó a Neuquén desde San Rafael, Mendoza. Luego de esos 30 meses acompañando a los soldados, curando, cocinando y viviendo la dura vida del combatiente, Carmen comenzó su primer almacén de ramos generales en el Fuerte General Roca, hoy ciudad. El impulso industrial atrajo la instalación de las vías que formarían la más importante red ferroviaria del país, y ante la amenaza que ello representaba para su negocio, decidió mudarse. Viajó por varios años por diferentes lugares de la Patagonia, hasta instalarse en 1895 en una aguada que ella conocía en un lugar estratégico en el paso de Neuquén hacia Zapala. Esta mujer fue la primera pobladora de Cutral Có – Plaza Huincul, y no lo hizo siguiendo a un marido militar, ni arrastrada por la fuerza de un ejército. Fue decisión suya en su nuevo rol de puestera y criancera (productora ganadera) establecerse en ese lugar, quien además construyó ranchos e instaló un almacén donde daba alojamiento y comida a viajeros que pasaban por la zona.
Allí conoció a Pantaleón Campos, un criancero chileno con quien se casó en 1908, que a su vez se adhirió al emprendimiento de Carmen en todas las labores de la creciente ciudad. Juntos criaron hijos adoptivos y sembraron esa memoria de generosidad impregnada en el pueblo. Pronto el ferrocarril alcanzó esta zona desértica neuquina, atraído por un importante descubrimiento que prometía el futuro económico de toda la región: el petróleo. Las exploraciones alteraron la vida en la aguada, incluida la de la “Pasto verde” que preveía las pretensiones de los codiciosos del “oro” negro. “Lo veo fiero lo del pitróleo; no me parece bien que la gente curiosee lo que guarda Dios dentro de la tierra”, cita Mirtha Nora Solari en su investigación “Murmullos de Pasión – Carmen Funes la Pasto Verde”, donde retrata su vida como una mujer audaz, apasionada, trabajadora y generosa. A dos años de su muerte en 1918, se extrajo petróleo del primer pozo en la zona, dando comienzo a los Yacimientos Petrolíferos del país.
Esta valiente pionera es una de las tantas mujeres invisibilizadas que nos permite comprender nuestro legado cultural, y hasta disfrutar cada rincón de la Argentina desde otra perspectiva y con mayor atractivo.
Uno de sus contemporáneos, el historiador neuquino Félix San Martín, describió a esta valiente mujer en su obra literaria “En Tierras del Confín” en su paso por la Plaza Huincul:
“A la vera de la vertiente que manaba en el fondo del barranco que de allí partía y se desarrollaba en zanjón que corría hacia el Este con leve derivación al Sud, había levantado su vivienda Doña Carmen Funes, más conocida como la Pasto Verde, sobrenombre que le venía desde su juventud, cuando era una de las tantas heroicas que siguieron a nuestros batallones en la Conquista del Desierto….”
Hoy podemos recorrer el paseo “La Pasto Verde” donde se encuentra un monolito construido en su homenaje y la tumba donde descansan sus restos. El Museo Municipal Carmen Funes, además, exhibe la principal muestra paleontológica de la región, llevando su nombre como manera de valorar y homenajear a los primeros pobladores de este lugar. También la podemos escuchar en una de las tantas canciones folclóricas sobre la historia argentina: Tiempo de la «Pasto verde», Zamba del coraje hecho mujer, letra y música de Marcelo Berbel. Lo cierto es que esta valiente pionera es una de las tantas mujeres invisibilizadas que nos permite comprender nuestro legado cultural, y hasta disfrutar cada rincón de la Argentina desde otra perspectiva y con mayor atractivo.
* Emilia Zavaleta es Licenciada en Relaciones Internacionales, egresada de la Universidad del Salvador. Es magíster en Integración Latinoamericana y escribe relatos sobre mujeres de la historia latinoamericana “Mulanas”.
@sermulanas
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