Por Natalia Concina
Aunque en la Argentina representan el 10% de los casos confirmados de coronavirus y el 0,25% de los fallecidos por la enfermedad, la vacunación de niñas, niños y adolescentes es un horizonte a nivel nacional y varios países del mundo ya la autorizaron no sólo para la protección de esta población -sobre todo de aquellos con comorbilidades- sino también para alcanzar la inmunidad de rebaño.
«La mayoría de los niños desarrolla cuadros leves de Covid-19 pero hay una muy baja proporción de población pediátrica que puede complicarse y en su mayoría se trata de niñas, niños o adolescentes que tienen alguna comorbilidad», señaló a Télam la infectóloga pediátrica Analía De Cristófano.
De Cristófano, integrante de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), explicó que «estas comorbilidades son parecidas a las que constituyen factores de riesgo en los adultos como inmunosupresión, obesidad, cuadros respiratorios crónicos o trastornos neurológicos que hacen que no puedan seguir las medidas de cuidado general como el uso de barbijo».
«Con lo cual, si se pueden vacunar, es una población que va a mejorar su pronóstico y disminuir la posibilidad de tener casos severos. Por otro lado, está el tema de la inmunidad de rebaño, y en este sentido vacunar a los niños ayudaría a disminuir la circulación viral», indicó.
Desde el comienzo de la pandemia, en marzo de 2020, en Argentina se notificaron 112.282 casos de coronavirus en niñas y niños entre 0 y 9 años y 355.479 entre 10 y 19 años. En este mismo período fallecieron 251 personas de ambas franjas etarias.
«Del total de confirmados de esta franja (0-18), los que representan más casos son los adolescentes entre 13 y 17 años; esto pudo verse con claridad sobre todo durante este año y se incrementó a partir del retorno de la escolaridad presencial», dijo por su parte a Télam el físico e investigador del Conicet Jorge Aliaga.
Por ejemplo, la franja etaria de 0 a 19 años fue la que tuvo mayor crecimiento de casos de coronavirus a partir del inicio de clases en la Ciudad de Buenos Aires (CABA) –que comenzó de forma paulatina a partir del 17 febrero–, aunque en el total de notificaciones diarias siguió representando un porcentaje bajo.
«Es decir, cuando aumenta la movilidad todos los casos suben, y los de los niños y adolescentes también; o sea que los niños se contagian y contagian a los demás», afirmó Aliaga.
En este contexto, un trabajo realizado por el colectivo interdisciplinario de investigadoras, investigadores y docentes del Conicet y de la Universidad Nacional de Rosario (http://covid.cifasis-conicet.gov.ar/) encontró que entre quienes habían recibido una dosis y tuvieron luego infección por coronavirus, en el «contagio intra hogar» fue mucho más frecuente que la persona no vacunada contagie a la vacunada que al revés.
Para hacer este estudio, los investigadores analizaron los datos de vacunación y los casos notificados en la provincia de Santa Fe entre el 1 de enero de 2021 y el 30 de junio en personas de entre 18 y 65 años.
«Se encontraron 494 grupos de contagiados donde uno de los convivientes estaba vacunado y el otro no lo estaba al producirse el contagio. En 179 de estos grupos el caso índice (primero en fecha de inicio de síntomas) fue la persona vacunada mientras que en los 315 grupos restantes el caso índice fue la persona no vacunada. Esto es, hay un 76% más de casos donde la persona no vacunada habría contagiado a su conviviente vacunado», indicó el trabajo.
Además de señalar la importancia del aislamiento intra-domiciliario cuando haya casos sospechoso o confirmados, en sus conclusiones las y los autores indicaron que «este estudio muestra la necesidad de avanzar cuanto antes sobre la vacunación de toda la población, incluyendo sobre todo niños y adolescentes», y en particular a «aquellos que conviven con grupos de riesgo».
En el mismo sentido, el inmunólogo e investigador del Conicet Guillermo Docena expresó esta semana en un seminario del Instituto del Ciencias de la Computación e Instituto del Cálculo (ambos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA) que «el tema de los niños es que se convierten en un reservorio».
«La mayoría no va a hacer cuadros severos pero sí pueden contagiar a un adulto no vacunado e incluso vacunado. Entonces vacunar a menores de 18 es fundamental porque ahí tenés una fuente de contagio en asintomáticos que no los detectas y te empezás a dar cuenta cuando comienzan a subir los casos del entorno», apuntó.
Esta semana Rusia anunció que comenzará a vacunar a los mayores de 12 años con la Sputnik V el próximo mes, cuando terminen las pruebas que se realizan sobre voluntarios en esa franja etaria.
«De los 100 participantes del estudio, 21 chicos y chicas recibieron el primer componente de la fórmula y sólo dos levantaron una fiebre de más de 37 grados», dijo el director del Centro Nacional Gamaleya, Alexander Gintsburg, a la agencia de noticias rusa Ria Novosti, lo que calificó como «una reacción normal».
El ensayo comenzó el 5 de julio en el hospital infantil ZA Bashlyaeva y el hospital infantil Morozov de Moscú, explicó Gintsburg y detalló que los voluntarios se sometieron a pruebas de PCR para confirmar que no estuvieran cursando la enfermedad y luego se les aplicó una dosis menor a la Sputnik V que se utiliza para adultos.
Además de la autorización en Rusia, actualmente las vacunas aprobadas para uso pediátrico y en adolescentes en el mundo son la de Pfizer a partir de los 12 años en Canadá, Estados Unidos y la Unión Europea, y las de Sinopharm y Sinovac en China desde los 3 años.
Por su parte, Moderna presentó en mayo los resultados de su ensayo clínico en adolescentes (TeenCOVE) y solicitó la autorización para uso de emergencia en esta población en varios países, pero todavía no fue concedida. En tanto, también lleva adelante estudios en niños de 6 meses a 11 años (KidCOVE).
La Argentina recibió en las últimas horas 3,5 millones de dosis de Moderna donadas por Estados Unidos.
AstraZeneca también realiza un estudio de su vacuna para la franja de 6 a 17 años, el mismo grupo etario del ensayo que está realizado CanSino Biologics (China).
En tanto que Janssen (de Johnson&Johnson) y Novavax han iniciado sus ensayos en adolescentes de 12-17 años.