Cada 17 de agosto se conmemora el paso a la Inmortalidad del General José de San Martín, regido por la Ley N°27399. Se trata de un feriado trasladable, es decir, su fecha se puede mover dentro del calendario más allá del día en el que suceda.
Libertador de América, Padre de la Patria, héroe de la independencia… Así se conoce actualmente a José Francisco de San Martín y Matorras. Fallecido el 17 de agosto de 1850, en Boulogne-sur-Mer, Francia, este prócer que todo argentino debería saber marcó un antes y un después para nuestra Patria.
Nació en Yapeyú, hoy provincia de Corrientes. Su casa natal se puede visitar, frente a la plaza principal del pueblo, y está custodiada por miembros del Regimiento de Granaderos a Caballo. Allí se guardan las cenizas de sus padres, el capitán Don Juan de San Martín y Gregoria Matorras.
Sus primeros combates los realizó en España, ya que su familia se instaló allí por el trabajo de su padre. Volvió a América al enterarse de los hechos de mayo de 1810.
Creó el Regimiento de Granaderos a Caballo, fundado en ideales de libertad y soberanía. El propio San Martín diseñó los uniformes y las insignias del cuerpo militar. Este año se cumplieron 208 años desde su fundación.
La campaña libertadora que lideró tuvo como objetivo liberar a Chile, Perú y Argentina de los españoles, en la que cruzó los Andes en 25 días junto a 5.400 hombres. La primera y única batalla que libró en territorio argentino fue en 1813 al defender las costas del Paraná atacadas por los españoles.
Se casó con María de los Remedios de Escalada, a quien conoció en las tertulias porteñas. Tuvieron una hija llamada Mercedes Tomasa San Martín y Escalada. Cuando Remedios murió, San Martín decidió exiliarse a Europa junto a Merceditas, de siete años.
En 1825 redactó las famosas máximas, una serie de recomendaciones para la educación de su hija en caso de que él no estuviera a su lado. Aconseja el amor a la verdad, la tolerancia religiosa, la solidaridad y la dulzura con los pobres, criados y ancianos; amor al aseo y desprecio al lujo.
San Martín sufría asma, reuma, úlceras y estaba casi ciego. Su estado de salud se agravó hasta que falleció a los 72 años.
Sus restos se encuentran en un mausoleo dentro de la Catedral Metropolitana de Buenos Aires, custodiado por siete granaderos desde que fue repatriado de Francia en 1880.