El tradicional desfile del carnaval de Río de Janeiro no tendrá lugar en febrero de 2021 como estaba previsto por la pandemia de coronavirus, según la Liga Independiente de Escuelas de Samba, que ha considerado por unanimidad que no se dan las condiciones para reabrir el célebre ‘sambódromo’.
Las escuelas por ahora solo han decidido aplazar la cita, pero el presidente de la organización, Jorge Castanheira, ya ha dejado claro que cualquier decisión sobre futuras fechas dependerá de la campaña de vacunación para hacer frente a la COVID-19, una enfermedad que ha dejado en Brasil 4,6 millones de infectados y casi 140,000 fallecidos.
“No podemos hacerlo en febrero. Las escuelas ya no tienen tiempo ni condiciones financieras ni de organización para llevarlo a cabo”, ha dicho Castanheira, aclarando que no se trata de una “cancelación” sino, de momento, de una suspensión de la cita.
En este sentido, ha planteado que estudiarán posibles “soluciones alternativas” durante los próximos meses. “Nuestra prioridad es respetar la cuestión de la seguridad”, ha enfatizado Castanheira en declaraciones ante los medios, recogidas por el portal G1.
El carnaval
El evento atrae a millones de turistas de todo Brasil y el mundo a la ciudad cada año. La edición de 2020, celebrada a principios de marzo, generó una cifra de ingresos aproximada de 900 millones de dólares, según las autoridades locales, que cifraron en 2,1 millones la cantidad de visitante que acudieron a la ciudad brasileña atraídos por su fiesta más internacional.
Hasta el momento el anuncio se aplica solo a la competencia de las escuela de samba. Las autoridades de la ciudad aún no han anunciado si se permitirán los “blocos”.
Y aunque la propagación del virus se ha desacelerado un poco desde su récord en julio, las cifras siguen siendo alarmantemente altas en Brasil, con un promedio de casi 30,000 nuevos casos y 735 nuevas muertes por día durante las últimas dos semanas, según cifras del Ministerio de Salud.
Brasil ha luchado por establecer una política cohesiva para enfrentar la pandemia. El presidente de ultraderecha, Jair Bolsonaro, ha criticado las medidas de cierre por considerarlas una catástrofe para la economía y ha minimizado la enfermedad hasta tildarla de una “gripecita”, a pesar de haber estado en cuarentena durante casi tres semanas cuando contrajo el virus en julio.
Río de Janeiro ha sido el segundo estado más afectado, después de Sao Paulo, el centro industrial del país.
Con 18,000 personas muertas hasta ahora, si el estado de Río fuera un país, tendría la segunda tasa de mortalidad más alta del mundo por la COVID-19, con 104 muertes por cada 100,000 habitantes.
Publicado en colaboración con Newsweek México