En los últimos años, las casas de apuestas deportivas tuvieron un crecimiento notorio en Argentina, lo que encendió algunas alarmas, especialmente en el fútbol de ascenso.
Recientemente, Claudio Paul Leguizamón, mediocampista del club JJ Urquiza que milita en la Primera C, reveló que les ofrecieron dinero a dos jugadores del club para que el equipo pierda.
El futbolista de 32 años hizo pública esta situación en su cuenta de Instagram, en donde contó que “recibimos un llamado de unos apostadores para perder”, a lo que el grupo respondió con un “no rotundo”.
“Mientras este plantel esté al frente le decimos que no a la corrupción. A estos muchachos que se les hace fácil arruinar a las personas, los hinchas, instituciones. Ladrones de sueños, proyectos, anhelos”, manifestó.
Su posteo generó revuelo, especialmente porque JJ Urquiza se vio fuertemente perjudicado el año pasado justamente por apuestas deportivas, que llevó al club a descender de categoría.
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Recientemente, en una entrevista con el periodista Gonzalo Cardozo, contó más detalles de cómo fue el ofrecimiento, destinado a dos juveniles de reserva, a quienes contactaron por WhatsApp para influir en un partido de dicha categoría.
“Al arquero le ofrecieron 1.000 dólares para dejarse hacer un penal. El apostador lo llamó, le dijo que era de una agencia de representantes y que tenía que dejarse hacer un penal en el primer tiempo”. Además “a uno de los capitanes de reserva le pidieron que vaya para atrás, que estaba todo arreglado”.
“Los chicos tuvieron la valentía de decir ‘no, no queremos’. Nos consultaron a nosotros y nosotros tomamos medidas. El abogado del club se va a encargar de tomar cartas en lo legal”, aseguró.
Al respecto de lo ocurrido el año pasado en JJ Urquiza, Leguizamón lamentó que eso haya ocurrido “por malos manejos de los referentes que accedieron a los apostadores”. “Lastimaron a muchos chicos, la cara triste de los que recién subían, costó mucho sacarlos adelante”, comentó.
Si bien su posteo generó buenas repercusiones, también aseguró que recibió “llamados intimidantes”. Sin embargo, decidió seguir adelante con su objetivo de visibilizar cómo afectan las apuestas deportivas al fútbol.
“Me dijeron que deje de hablar, que deje a la gente laburar tranquila. Si eso es un laburo, prefiero levantarme todos los días 5:30 de la mañana y cruzar la General Paz de punta a punta. A eso le llamo trabajo”, remarcó.
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Por otro lado, Leguizamón, de amplia trayectoria en el ascenso argentino, mostró en otra entrevista con Pablo Carroza cómo es la realidad de los jugadores de la categoría: “Vivo en un barrio humilde. Cuesta el día a día, pero decidí patear el tablero más que nada por los sueños. Es fácil agarrar la plata e irme a vivir a otro lado, pero no me sale”.
Por último, pidió que haya un mayor compromiso para controlar las apuestas deportivas. “Quizás es algo que me puede llegar a jugar en contra. Si sale mal, soy yo; si sale bien, somos muchos. Acepto la responsabilidad. Hacemos hincapié en que no ocurra más esto, no va. Es una corrupción muy grande, es una mafia que abarca mucho”, manifestó.
