La Conmebol sancionó severamente al club River Plate por el impresionante recibimiento que sus hinchas ofrecieron el 29 de octubre en el partido de vuelta de las semifinales de la Copa Libertadores contra Atlético Mineiro.
La multa asciende a 205.000 dólares, y además, el club deberá disputar su próximo encuentro como local en un torneo sudamericano a puertas cerradas.
Este recibimiento, que incluyó bengalas, fuegos artificiales y un espectáculo de luces, fue destacado en medios internacionales, quedando en la memoria de los presentes y de los aficionados al fútbol en todo el mundo.
Las luces del estadio se apagaron, y durante casi diez minutos, el cielo de Buenos Aires se iluminó con bengalas rojas y fuegos artificiales, mientras los cánticos de más de 84.000 hinchas acompañaban el espectáculo.
Sin embargo, la Conmebol consideró que esta celebración excedió los límites permitidos, imponiendo también medidas adicionales como la exhibición de campañas contra el racismo en el próximo partido de River en Núñez.
La sanción incluye 145.000 dólares relacionados con el recibimiento y otros 50.000 dólares por incidentes racistas durante el mismo encuentro. Además, se aplicó una multa de 10.000 dólares por el comportamiento del equipo en el partido de ida disputado en Belo Horizonte.
Son decisiones refuerzan la postura de la Conmebol contra el racismo y conductas inapropiadas dentro del fútbol.
El técnico de River, Marcelo Gallardo, mostró su descontento tras conocer la sanción, señalando la contradicción entre la promoción del colorido de los estadios sudamericanos por parte de la Conmebol y las sanciones impuestas por los mismos actos. Este episodio pone en debate los límites entre la pasión de los hinchas y el cumplimiento de las normas en el fútbol internacional.