Los escándalos no se detienen en el París Saint-Germain. Lejos de las polémicas personales, como la falta de diálogo entre Lionel Messi y Kylian Mbappé, o económicas, como la posible salida de Messi al terminar su contrato, ahora los problemas son judiciales y de suma gravedad.
Esta semana, la fiscalía de Nanterre, en Francia, aseguró estar investigando al futbolista marroquí del PSG y amigo íntimo de Mbappé, Achraf Hakimi, acusado de una presunta violación.
Una mujer de 24 años denunció el pasado domingo haber sido violada, y señaló al jugador, quien fue puesto bajo vigilancia por parte de la policía, para evitar cualquier tipo de acercamiento a la víctima o intento de fuga, según lo relató el diario francés Le Parisien.
A través de su abogado, Hakimi rechazó la acusación. Su representante legal aseveró que la denuncia es falsa y que el deportista colaborará con la Justicia para avanzar en la investigación. De hecho, aseguran que ya se presentó a declarar. El club le manifestó su apoyo, pero no jugará este fin de semana ante el Nantes.
Pero este viernes, el escenario parece haberse complicado todavía más: el empresario Tayeb Benabderrahmane denunció haber sido secuestrado durante cuatro meses y torturado por el presidente del PSG, Nasser Al Khelaifi, en el marco de las negociaciones de los contratos televisivos para los mundiales de 2026 y 2030.
Según el diario L’Equipe, Benabderrahmane habría presentado documentación que probaría la vinculación del poderoso empresario, dirigente y extenista qatarí, quien ocupa el puesto desde 2011, cuando el emir de Qatar compró el equipo francés.
Según su relato, en 2020 pasó cuatro meses secuestrado y fue liberado recién cuando accedió a firmar un acuerdo de confidencialidad en el que prometía no revelar ninguna información que involucrara al PSG. El motivo de esta detención arbitraria e ilegal, sostuvo, podría haber sido que Benabderrahmane estaba al tanto de esas negociaciones y, además, podría contar con documentos que liguen al qatarí con el escándalo de corrupción que rodeó a la designación de Qatar como sede el Mundial de 2022. Por eso, buscaban silenciarlo, asegura.