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Las peculiares mascotas de los Juegos Olímpicos de París 2024 inspiradas en la revolución y libertad
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Las peculiares mascotas de los Juegos Olímpicos de París 2024 inspiradas en la revolución y libertad

A poco menos de dos años para el comienzo de París 2024, este lunes se presentaron a las nuevas mascotas que representarán a los Juegos Olímpicos y Paralímpicos.

Se trata de las Phryges olímpica y paralímpica, que representan dos gorros frigios, un símbolo de la lucha francesa por la revolución y la libertad. Ambos serán los sucesores de Miraitowa y Someity, las mascotas de Tokio 2020.

“Elegimos un ideal antes que un animal”, expresó el presidente de París 2024, Tony Estanguet, quien reveló que la elección de este elemento se debe a que “es un objeto muy conocido y un símbolo de libertad, algo que las mascotas representarán por todo el mundo”.

Julie Matikhine, directora de marca, explicó que las Phryges forman parte de “una larga tribu”. “Según nuestra narrativa, han existido durante miles de años y estuvieron presentes en varios momentos clave de la historia francesa. Ahora han vuelto para este gran evento en Francia para liderar la misión de la revolución a través del deporte”, agregó.

Ambos personajes tienen la forma del gorro frigio en un rojo brillante, con ojos expresivos creados por una escarapela francesa, y portan en su pecho el logo dorado de París 2024.

La Phryge olímpica fue descripta como “reflexiva y astuta estratega”, con un “cerebro lógico y matemático”, y está “llena de energía y entusiasmo”. Por su parte, la Phryge paralímpica posee un prótesis en su pierna, la cual le permite “correr tan rápido como un antílope”, además de ser una mascota que “abre caminos” y “le encanta promover los valores del deporte”.

Los gorros frigios son uno de los símbolos de la historia de Francia, como también de otros países en Sudamérica. En lo que respecta al país europeo, esta vestimenta puede verse en el ícono nacional Marianne, como también en bustos y sellos.

Según los Archivos Nacionales de Francia, los gorros frigios fueron utilizados durante la construcción de la catedral de Notre-Dame de París en 1163, la revolución de 1789, la construcción de la Torre Eiffel y los Juegos Olímpicos de 1924.

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