Naomi Osaka dio el sábado una clase de tenis al superar a Jennifer Brady por 6-4 y 6-3 para conquistar el Abierto de Australia por segunda vez en su carrera.
La victoria de Osaka sobre la estadounidense en el Rod Laver Arena marcó la conquista del cuarto título del Grand Slam para la japonesa, la nueva reina del tenis femenino.
Osaka, tercera preclasificada, no mostró un juego brillante al inicio del partido, pero con el marcador 4-4 la cosa cambió, ya que se llevó seis juegos seguidos para cerrar el set inicial y ponerse 4-0 en el segundo.
Brady opuso resistencia y llegó a ponerse 3-5, pero en el noveno game y con su saque Osaka cerró el choque sin problemas tras un tiro largo de su rival.
Osaka, que ganó el torneo en 2019, felicitó a Brady y dio las gracias a los aficionados en la ceremonia de entrega de trofeos.
«Cuando jugamos en las semifinales del Abierto de Estados Unidos, hace un par de meses, y le dije a todo el mundo que ibas a ser un problema para más de un rival, tenía razón», dijo Osaka, que será número dos del mundo cuando se actualice la clasificación.
«Me parece realmente increíble. No jugué mi último Grand Slam con aficionados, así que tener esta energía significa mucho», agregó.
Brady llegó a su primera final en un Grand Slam después de ser una de las 72 jugadoras que no pudo entrenar durante su dura cuarentena de dos semanas en la fase previa.
«Primero me gustaría felicitar a Naomi por otro título de Grand Slam», dijo la jugadora de 25 años.
«Es una inspiración para todas nosotras y lo que está haciendo es increíble. Espero que las chicas jóvenes en casa estén viendo y se inspiren en lo que está haciendo».