Por José Luis Yahni
Cuando parece que su carrera se acerca al final, resurge como el ave fénix, una y otra vez. Con varias lesiones en su trayectoria, “Rafa” Nadal superó siempre todos los obstáculos físicos y mentalmente jamás se dio por vencido. Eso ocurrió este año en la conquista del Abierto de Francia donde desplegó su juego al máximo nivel y, después de alzar el trofeo, sus declaraciones abrieron un interrogante sobre su futuro: “No puedo seguir jugando con el pie dormido. Es obvio que no puedo seguir jugando en las circunstancias en las que estoy, así que voy a tratar de encontrar una nueva solución”.
Considerado como uno de los mejores jugadores de la historia del tenis, el astro español está acostumbrado a estar en la cima del podio. Con 22 títulos de Gran Slam –el jugador masculino con la mayor cantidad en la historia, Novak Djokovic tiene 21 y Federer se quedó en 20– tiene el récord de 14 Roland Garros, 36 copas de ATP Tour Masters 1000, 22 torneos ganados de ATP Tour 500, además de ganar la medalla de oro olímpica de 2008 en singles y la medalla de oro olímpica en 2016 en dobles; su talento no tiene límites. Además, es el jugador que más semanas se mantuvo en la primera posición del ranking de la ATP. Vale destacar que esas 14 hazañas de Majors son en París, récord que le valió el apodo “Rey del polvo de ladrillo”.
FIERA INDOMABLE
Nacido el 3 de junio de 1986, “Rafa” vivió en el seno de una familia con antecedentes deportistas ya que su tío Miguel Ángel Nadal fue futbolista profesional y jugó en FC Barcelona y en el RCD Mallorca. Pero fue su otro tío, Toni Nadal, su mentor y entrenador de tenis, quien reconoció el talento natural de su sobrino y lo introdujo en el juego cuando tenía tan solo tres años. Toni fue quien le enseño desde cómo agarrar la raqueta, prepararlo para llegar a lo más alto hasta que se convirtió en un deportista de élite.
En 2001, Rafa Nadal comenzó su carrera como tenista profesional, llegando a la segunda ronda del Challenger de Sevilla con tan solo 15 años. Pero su primera victoria en un partido de la ATP fue en Mallorca en 2002, faltándole un par de meses para cumplir 16 años. De esta manera, se convirtió en el noveno jugador en la “Era abierta” en ganar un partido de la Asociación de Tenis Profesional antes de los 16. Al año siguiente, Nadal alcanzó el Top 50 de la ATP por primera vez. Debutó en Wimbledon siendo el jugador más joven en llegar a la tercera ronda desde que, en 1984, lo hiciera Boris Becker con 16 años. A tan solo dos años del comienzo de su carrera como tenista, el manacorí daría el gran golpe en el ranking cuando en el Miami Open del año 2004 se cruzaría con otro joven maestro del tenis, el número 1 del mundo de aquel entonces, Roger Federer. El suizo y el español se cruzaron en la tercera ronda del torneo estadounidense y el resultado fue un batacazo mundial, Nadal venció a Federer con un sorpresivo 6-3/6-3 en un poco más de una hora de partido. Y desde entonces protagonizaron una de las mejores rivalidades de la historia del deporte, siempre definiendo torneos de élite, eran lo mejor de lo mejor.
SIN CUENTAS PENDIENTES
Pronto al nacimiento de su primer hijo junto a su pareja incondicional desde hace más de 17 años, Xisca Perelló, y con quien se casó en 2019, el batidor de todos los récords siempre mantuvo un bajo perfil fuera del court. Sin embargo, desde sus comienzos como deportista de alto rendimiento hasta el día de hoy Nadal brilla. A fuerza de potencia y destreza, cualidades inseparables a lo largo de su trayectoria, el “toro” se ganó el cariño del público. Manteniendo a la gente de pie en cada punto, nunca dando nada por perdido y haciendo vibrar estadios con su clásico festejo con el puño en alto y la pierna arriba.
Gracias a su talento sumado a su calidad humana, sin dudas es un referente y para muchos es un ejemplo a seguir tanto personal como profesionalmente. A través de su Fundación Rafa Nadal, presidida por su madre, ayuda a niños y adolescentes en riesgo de exclusión social. Por este tipo de acciones es que no solo se ha ganado el cariño de la afición por su juego en la cancha, sino también por lo que hace fuera de ella.
Tras 20 años en la élite del tenis mundial, Nadal aún se encuentra en el top 3 y con posibilidades de regresar a la cima, adaptándose a la nueva camada la cual se conoció como la “Next Gen”, demostrando que el tiempo pasa pero él siempre va a estar peleando. Sin embargo, tantas batallas le han pasado factura. Recientemente se lo vio en muletas debido a una lesión crónica que padece en el pie izquierdo y sufre desde hace 18 años.
Ahora se viene el US Open, una nueva posibilidad de oro para volver a pisar fuerte en el circuito si evoluciona bien ante el tratamiento que está llevando a cabo para poder competir en su mejor nivel. Si bien él sabe que no está en su mejor nivel físico tiene la experiencia y garra para levantarse y luchar. Luego de caer ante Borna Coric en el Máster 1000 de Cincinnati, declaró: «Me queda una semana y media para el inicio del torneo y tengo que activar ya el «modo Grand Slam» en todos mis entrenamientos. Tengo que superar esta derrota y salir fortalecido a nivel mental. Sé lo que tengo que hacer para llegar en mejores condiciones a Flushing Meadows. Estos próximos días van a ser importantes para mí».
RAFA EN ARGENTINA
Nadal ha tenido un par de visitas a nuestro país, incluyendo tres de manera oficial en el marco de jugar el ATP de Buenos Aires con un título en el año 2015 superando en la final a otro gran amigo suyo, Juan “Pico” Mónaco. Mientras que en el año 2013 estuvo presente en la despedida de David Nalbandian donde también dijo presente Novak Djokovic.
El mallorquí cerrará el año con una gira por Latinoamérica, que incluirá, además de Argentina, partidos en Brasil, Ecuador, México y Colombia, a donde llegará de la mano de Fenix Entertainment Group, en la que fue una temporada llena de éxitos (hasta ahora ganó los dos Grand Slams que disputó y tiene chances de volver al número 1 del ranking ATP) y que podría ser su última visita al país como profesional. El partido en Buenos Aires será el 22 de noviembre. Imperdible.