Por Paul Rhodes, de Newsweek
En una entrevista exclusiva con el italiano Stefano Domenicali, CEO de la F1 desde el año 2021, habla sobre la firme decisión del Campeonato Mundial de carreras de motor más importante de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) de tener éxito en los EEUU, cómo traer sustentabilidad y diversidad al deporte para capturar una nueva generación de aficionados.
Aunque el piloto holandés Max Verstappen pudo haber obtenido la victoria en el Gran Premio de Miami el 7 de mayo, el verdadero ganador fue el presidente y director ejecutivo de Fórmula 1, Stefano Domenicali. Esa segunda carrera del calendario fue la primera de los tres grandes premios que se disputarán en Estados Unidos esta temporada, la mayor cantidad celebrada en suelo estadounidense en casi 40 años. Se trata de un resurgimiento liderado por el ejecutivo italiano de Liberty Media, la empresa con sede en Colorado, dueña de competencia, de la cual es presidente y CEO.
Lo hizo a través de un marketing inteligente, de las redes sociales y de la exitosa serie de Netflix “Drive to Survive”, además de la suficiente ideología del «despertar» (“woke”), tan amigable para los jóvenes como para agitar las plumas del gobernador del estado anfitrión (Florida) del Gran Premio de Miami, Ron DeSantis. La Fórmula 1 está capturando la imaginación de una nueva generación de aficionados americanos. Con una vibra de jet set internacional glamorosa y los montones de dinero que conlleva, no es difícil ver cómo la F1 ha llamado la atención de más de un joven en los últimos años.
«Esta es una oportunidad increíble para asegurarnos de que los nuevos fanáticos que miran por primera vez sean capturados por nosotros», le dijo Domenicali a Newsweek antes de la carrera de Miami.
«Explicando la emoción deportiva que hay en la pista, la increíble experiencia que queremos brindar a los fanáticos que asisten a las carreras, la pasión y la tecnología que hay detrás de escena de la F1 y asegurándonos de que damos a nuestra nueva audiencia estadounidense todos los elementos para que elijan la F1. Así lograremos un mayor crecimiento en este increíble país«.
Qué es APXGP, el equipo ficticio de Brad Pitt que se suma este fin de semana a la Fórmula 1
El nuevo enfoque estadounidense de la F1, sin embargo, no ha sido pasado por alto por otros pesos pesados estadounidenses en el deporte motor. Gene Haas, fundador del fabricante de herramientas Haas Automation y copropietario de Stewart-Haas Racing, que compite en NASCAR, debutó con su equipo homónimo de F1 en 2016. Mientras tanto, Ford está listo para suministrar motores al equipo Red Bull a partir de 2026, y Andretti Global se está asociando con Cadillac para unirse potencialmente al campeonato en 2025 (pendiente de aprobación por parte de la F1). Incluso hay un piloto estadounidense de F1, Logan Sargeant, de 22 años, el primero en la serie desde 2015.
Hace décadas que la F1 no había disfrutado de tanta popularidad en los EEUU. ESPN registró una audiencia récord en 2022, con un promedio de 1,2 millones de espectadores por carrera lo que significa un aumento del 28% sobre el récord anterior de 949.000 espectadores promedio, establecido en 2021. La temporada 2022 también fue la primera en la historia de la televisión de EEUU en tener un promedio de 1 millón o más espectadores por carrera.
La F1 dijo que en 2021 los seguidores en Facebook, Twitter, Instagram, YouTube, TikTok, Twitch y las plataformas de redes sociales chinas aumentaron a 49,1 millones. Para 2022, eso había vuelto a crecer otro 23%. En los últimos cuatro años, la F1 dice que ha sido la liga deportiva mundial de más rápido crecimiento en términos de seguidores en las redes sociales. Y ahora también es un grupo diverso de género: alrededor del 40% de los fanáticos de la F1 son mujeres, frente a un 8% cuando Liberty Media compró la serie de carreras en 2017, en un acuerdo de US$ 4.400 millones.
Todos estos aficionados ayudaron a la F1 a ganar US$ 2.600 millones en ingresos totales en 2022, frente a los US$ 2.100 millones del año anterior. Los ingresos operativos aumentaron un 333%, de US$ 40 millones a US$ 173 millones durante el mismo período. El creciente interés de los fanáticos y los ingresos han hecho que el valor total del negocio se dispare a casi US$ 17.000 millones.
A pesar de este éxito, Domenicali aún no ha terminado.
“MI AMOR SIEMPRE HAN SIDO LOS AUTOS Y LOS DEPORTES DE MOTOR”
«Estoy en Miami», exclama Domenicali, de 58 años, todo sonrisas antes del Gran Premio. Habla con la emoción de un colegial y a la velocidad de un coche de F1, a toda máquina, mientras describe su entusiasmo por el deporte del motor. Nació hijo de un banquero en Ímola, sede del Gran Premio de Emilia-Romagna, región que es el corazón del automovilismo italiano. Es el hogar de Ferrari, donde en 2008, como director del equipo, Domenicali ganó un campeonato de constructores, el premio más importante de la F1 para equipos de carreras, y de Lamborghini, donde fue director ejecutivo de 2016 a 2021, cuando se fue para dirigir la F1. Pero la pasión del CEO por las carreras comenzó mucho antes.
«Mi amor siempre ha sido por los autos y los deportes de motor», confesó el jefe de la F1, quien cuenta con el esquí y la aviación como sus pasatiempos (sirvió en la fuerza aérea cuando era más joven). «Miraba las carreras cuando era niño. En la escuela secundaria, iba como muchos estudiantes, ayudaba al promotor a estar allí en todas las carreras. Después de la universidad, envié mi currículum a muchas empresas y comencé ese viaje cuando tenía 26 años, formalmente con Ferrari».
«NOS TOMAMOS LA SOSTENIBILIDAD MUY EN SERIO»
Domenicali está compenetrado con el compromiso Net Zero 2030 del deporte, con planes para reducir la huella de carbono de la F1 en un mínimo del 50% para fines de la década. Para alcanzar este objetivo, la F1 se centrará principalmente en reducir la cantidad de equipos y personas que el grupo y los 10 equipos mueven por todo el mundo.
Los viajes y la logística crearon casi el 73% de la huella de carbono total de la F1, de 256.551 toneladas de CO2 en 2018, y las instalaciones y fábricas crearon casi el 20%. Un poco más del 7% provino de operaciones de eventos, detalló la F1 en un informe. Mediante los cambios que realizó en sus prácticas de trabajo, que incluyen el uso de energía renovable en sus oficinas, la F1 aseveró que para 2021 ya había reducido su producción total de carbono en un 17%.
Domenicali afirma que el objetivo también se logrará con la ayuda de los socios comerciales de la serie de carreras, que incluyen al gigante petrolero saudita Aramco, mediante la introducción de e-fuels (combustibles eléctricos) para ayudar a impulsar los motores híbridos eléctricos que los autos ya usan ahora, a pesar de las emisiones de los autos de carrera representan menos del 1% de la huella de carbono del deporte.
Un equipo de Fórmula 1 ya anticipó que cambiará de nombre en 2024
Domenicali anticipó: «Nos tomamos la sostenibilidad muy en serio. Hemos decidido volvernos híbridos con combustible sostenible en 2026. Y estamos presionando mucho para asegurarnos de que seamos neutrales en carbono en 2030″.
Para llegar al cero neto para 2030, Domenicali descarta cambiar a autos eléctricos y dice que «el crédito de carbono es parte de la estrategia completa», y allí es donde algunos críticos creen que el plan fracasa. La directora de ESG de la F1, Ellen Jones, agregó: «Nos damos cuenta de que, a medida que nos acercamos a 2030, habrá que considerar las compensaciones para determinar cuál es el saldo restante de emisiones inevitables».
“QUEREMOS TENER UNA CULTURA MÁS DIVERSA”
Además de tratar de volverse ecológica, la Fórmula 1 está intentando abordar la diversidad a través de su F1 Academy, una serie de carreras que literalmente pone a las mujeres en el asiento del conductor. Solo dos mujeres, las italianas Maria Teresa de Filippis y Lella Lombardi, se han clasificado para competir en la F1.
Al respecto, Domenicali señaló: «Este año tenemos la F1 Academy para asegurarnos de que algunas chicas se sientan atraídas por nuestro deporte. Eso demuestra con hechos e inversiones, cómo realmente nos preocupamos por la diversidad en nuestro deporte, no solo en términos de conductores; también queremos tener una cultura más diversa en nuestro ecosistema: ingenieros, mecánicos, técnicos, comisarios, todos».
Domenicali ha sugerido que pueden pasar cinco años antes de que veamos a una mujer piloto llegar a la Fórmula 1. Continuó: «Nos estamos tomando la diversidad muy en serio. Pagamos becas a comunidades desfavorecidas para asegurarnos poder brindar un camino aspiracional para las personas».
Aún así, el camino para muchos conductores comienza con privilegios. No está de más decir que el empresario multimillonario Lawrence Stroll, padre del piloto canadiense Lance Stroll, sea dueño del equipo de F1 Aston Martin en el que conduce su hijo, ni que el padre de Max Verstappen, Jos, haya sido piloto de F1.
El siete veces campeón mundial británico Lewis Hamilton, el único piloto negro en la historia de la F1, ha calificado al deporte actual como “un club de niños multimillonarios”. Domenicali admitió que existen «barreras financieras de entrada» al deporte, pero lo matizó: «La mayoría de los pilotos de F1 que están hoy en el campeonato provienen de una base muy normal».
Se mire como se mire, se necesita mucho dinero para llegar a la F1.
PASIÓN SIN NINGUNA NEGATIVIDAD
Varios críticos aseguran que uno de los desafíos para la longevidad de la F1 es la falta de pilotos estadounidenses. Pero Domenicali no está de acuerdo, y contesta: «Es importante centrarse en la calidad de los pilotos, no solo en el pasaporte. La forma en que se construye el sistema de pilotos está brindando la posibilidad correcta para todos los que quieren crecer».
«Es muy importante y no hay duda de que si hay un gran piloto estadounidense, este sería otro gran impulso para el mercado estadounidense”.
La popularidad del deporte no solo ha hecho que el campeonato se expanda en los EEUU, sino que también ha extendido su alcance en todo el mundo, pasando de 17 carreras en 2020 a 22 esta temporada (hubieran sido 24 si la Emilia-Romaña y el Gran Premio de China no se hubieran cancelado debido a inundaciones y el COVID-19, respectivamente). Algunos han especulado que este número saltaría a 30 a finales de la década, pero Domenicali derriba esa hipótesis.
«Hay más lugares a los que les gustaría albergar la F1», dijo, “pero necesitamos ser equilibrados en nuestros proyectos, así que nos quedaremos con 24; ese es un número creíble».
Si bien se ha rumoreado que algunas carreras más antiguas en Europa pueden ser eliminadas del calendario para dar paso a nuevos circuitos, no parece que EEUU obtenga por ahora más que Miami; Austin, para el Gran Premio de Estados Unidos, en octubre; y el regreso del Gran Premio de Las Vegas, en noviembre. «Por el momento, tener tres carreras en Estados Unidos… creo que es el equilibrio correcto», consideró Domenicali.